PARA TERTULIANOS, CONOCEDORES Y CURIOSOS AQUI COMPARTIREMOS MIS ARTICULOS, COMENTARIOS, DOCUMENTOS Y CUANDO SEA POSIBLE GRABACIONES EN VIDEO DE MIS CLASES PARA MIS ESTUDIANTES DE CIENCIA POLITICA
sábado, 8 de agosto de 2020
https://diariocorreo.pe/opinion/unidad-y-consenso-noticia/ ¿UNIDAD Y CONSENSO? MARIA DEL PILAR TELLO El gabinete parchado podría albergar buenas intenciones pero lo que cuenta es la voluntad política de Vizcarra. Que la unidad que proclama no sea solo gesto o discursos. Se trata de convocar a expertos, de dialogar con todos y de tender los puentes con las organizaciones sociales para detener el desangramiento y esperar lo que viene con capacidad para sanar la economía. Menos confrontación. La salida de Cateriano es la derrota de la soberbia, nadie quiere más conflictos. Cuando el pueblo llora hay que atender las urgencias. Unidad y consenso implica aceptar la realidad sin mentiras y procesar la acción sin división. Ni ideologías, partidos, intereses económicos o políticos deberían obstruir. La muerte está a la puerta de nuestros hogares, las amenazas de pobreza y pérdidas económicas son para todos, el aporte también debería serlo y no de un grupúsculo de simpatías oficiales. La emergencia y el dolor no pueden ser puerta abierta a la dilapidación, tampoco deben implicar opacidad o ausencia de fiscalización. Mucho dinero circulando puede ser el arca abierta para inescrupulosos y corruptos. Y en ello tienen mucho por hacer la Contraloría y el Congreso. Unas líneas de despedida para mi gran amigo Ricardo Cervera Niño, excepcional ser humano, periodista de mucha experiencia y fascinación por el ideal de una sociedad justa e igualitaria. Su enorme sensibilidad social le inspiró una vida consecuente con más gratificaciones espirituales que económicas. Vivió desde muy joven libre y con propósito, su sorpresiva partida nos deja un inmenso vacío, sin su notable pluma y sin las anécdotas que narraba con maestría. Conoció a los grandes personajes del mundo y se ocultó tras ellos. Cuando el personaje real fue siempre él, por su honestidad y generosidad proverbiales y por su entrega total por el destino del Perú. Con más peruanos como él, el país sería otro. Esperamos nos ayude desde arriba. Nos vemos Ricardito.
domingo, 19 de julio de 2020
EL TERCER DESAFÍO
En diario Correo el 18 de Julio 2020
Momento decisivo. Con la peor pandemia de
la historia y números escalofriantes que casi superan en cuatro meses a los 60
mil muertos que nos dejaron las dos décadas de la embestida senderista contra
el Estado. Momento sumamente penoso que sin embargo no ha motivado el acuerdo
político indispensable para ayer y aún más para hoy.
La realidad manda. La
emergencia sanitaria nos ha traído el desafío de luchar por la defensa de la
vida de miles de peruanos, en especial de los más pobres. y también el de
enfrentar una pavorosa crisis económica con dos millones y medio de
desempleados formales y otros tantos informales. La caída de la producción es
enorme, similar a la posterior a la Guerra del Pacífico, a lo que se agrega el
tercer desafío que es el político-democrático-electoral. Ojalá estuviéramos entre
los pueblos gladiadores que renuevan resistencias y valores para enfrentar el
mal en fondo y forma.
La pandemia ha traído muertos y pobreza en
todo el mundo, en unos países más que en otros, como en el nuestro. Y también
concentración del poder, autocracias, limitación de derechos y libertades.
Estamos bien ubicados en el ranking de la ineficiencia universal, gastando y
perdiendo mucho tanto en vidas como en productividad, Y ahora agregamos una
contienda electoral con grandes riesgos ocultos.
El actual gobernante pretendió
reeditar con torpeza la confrontación que llevó al cierre del Legislativo
pasado. Pero los tiempos son distintos, miles de muertos –según las cifras
oficiales– y una recesión que destruirá más del 15% del PBI según el Banco
Mundial, que incrementará o llevará a la pobreza a millones de peruanos. Esta es una guerra que ya ha comenzado pero no puede ser entre peruanos. No podemos estar divididos ni aceptar ninguna manipulación política o mediática. Porque la autocracia acecha y los populismos y los elementos antisistema son la cereza del pastel de la autodestrucción que sectores
irresponsables nos invitan electoralmente a degustar. Para enfrentar estos tres desafíos estamos todos y cada día cuenta, no olvidarlo.
sábado, 11 de julio de 2020
EL DERECHO A LA VIDA
ES LA PRIORIDAD
En Correo el sábado 11 de Julio 2020
TENEMOS DERECHO A SABER
En Correo el sábado 6 de Julio 2020
Estamos viviendo el momento más difícil de nuestro país y de nuestra
sociedad, una etapa que pasará a la historia como muy dolorosa. Somos testigos
excepcionales y la información que dejaremos son las lecciones de lo que
aprendimos, de lo bueno y lo malo que hicimos o dejamos de hacer para proteger
la vida como primer derecho humano. Tan importante como eso, vamos generando la
memoria colectiva que debe ser preservada a toda costa. Pero este gobierno no lo asume como obligación
y manipula la información desde la publicidad oficial o de las ayudas económicas
a las empresas mediáticas afectadas por la crisis. Los medios no son iguales a otras
empresas, trabajan con la conciencia social y deben guardar independencia de
los poderes políticos y económicos para estar en capacidad de denunciar lo
denunciable como la malversación de fondos del Estado, o el número falseado de
fallecidos o los errores en el manejo de la pandemia y sobre todo no exaltar por
consigna liderazgos inexistentes. Tenemos derecho a saber la verdad. Es
inadmisible que el hackeo al diario Expreso, que se esfuerza por dar a conocer
disidencias con el pensamiento único y críticas al manejo sanitario y económico,
no haya motivado mayores protestas. Necesitamos conocer los números reales y
rechazar las distorsiones y para ello están las libertades de prensa y de
expresión que integran el derecho a la información. Pero su defensa ha estado
ausente o con volumen inaudible. La democracia deliberativa admite todas las
opiniones sin demonizar a críticos o adversarios. El
hacker contra Expreso quiso también destruir dos décadas de su archivo
periodístico. Podemos estar en desacuerdo con los
contenidos que difunde pero no con su derecho a exponerlos más aun en tiempos
en que personajes ineptos actúan contra nuestro derecho de registrar la historia real y mantener la memoria del riesgo que debemos superar hoy y mañana.
sábado, 27 de junio de 2020
LA NORMALIDAD DEL DESASTRE
Pasamos los cien días y la pandemia es más peligrosa que cuando el gobierno
decidió recluirnos para evitar el contagio masivo. Aunque las razones persisten
se ha decretado la vuelta a la normalidad para no dañar más la economía cuyo decrecimiento
del 40%, nunca antes visto, la ha colocado en cuidados intensivos. El desastre está
graficado en cifras de terror que Martín Vizcarra no quiere leer porque exigen
un cambio total de estrategia. Nos queda la primera página de El Comercio con 100
días que pasarán a la historia de la inoperancia y la fatalidad. La catedral
con las fotos de miles de fallecidos y el balance autocomplaciente del
presidente, que no reconoce errores ni omisiones. Este legado precede la nueva normalidad
que regirá la salud y la economía hasta el fin de la epidemia, con días de riesgo
ubicuo y permanente para todos, con un sistema sanitario con demasiados puntos
débiles no contrarrestados. Pero la soberbia oficial se sostiene sin rubor. Sin
propósito de enmienda de la política inepta y excluyente de este gabinete o Consejo
de sabios que hace rato debió renunciar. Y solo faltaba que algunos medios pidieran
que Vizcarra se quede en el poder para reconstruir el país como lo hizo Leguía post
guerra del Pacífico. Porque es un provinciano predestinado que ha hecho todo
por las mayorías. ¿Qué? ¿En qué país están? En el de los amigos que no
critican, los de la feria de millones que no llegaron a la gente de las ollas
comunes, la que pide comida en las calles y es despedida por las grandes empresas.
Las dimensiones del drama claman por un cambio de ministros y de políticas. El
fracaso agrava la rabia, la indignación y el dolor. Solo la unidad podría enfrentar
la calamidad anunciada y la angustiante indefensión presente. Si continuamos
así pagaremos caro la obsecuencia. Cada día cuenta.
¿QUÉ VIENE?
En Correo el 19 de junio 2020
Pregunta clave en esta larga
incertidumbre. El mundo entero vive una dinámica de ensayo y error arriesgando
la salud y la economía de millones. Sin fórmula segura toda reapertura tiene problemas amparados en el
desconocimiento del virus. ¿Cuántos se enfermarán y cuántos empleos se salvarán?
La prensa extranjera define al Perú como calamidad regional y la percepción general
es que la cuarentena no preservó a la gente del actual desastre de salud pero
sí lesionó gravemente la economía generando desempleo y hambre que crecen sin
control. La reapertura económica es inminente pero viene con una emergencia
sanitaria sin control que va para peor. Las críticas a las decisiones políticas
y de salud del gobierno abundan especialmente al Ministro de Salud. Los números
son dramáticos, a pesar del maquillaje oficial, colocan al Perú entre los
países de mayor desastre regional y mundial. ¿Será posible equilibrar las
necesidades sociales con las de salud? ¿Existe un plan de acción para el
retorno o estamos ante simple propaganda?. Con la reapertura podríamos esperar se
superen la arrogancia política, el rechazo a las críticas y propuestas de los
que saben y en especial que el coro mediático no continúe con la lamentable
desinformación que oculta la dimensión de la tragedia. Ni meseta ni consejo de sabios
nos alumbran, números terroríficos determinan el clamor por cambios urgentes en
la conducción política, económica y de salud. Jaime de Althaus y Juan de la
Puente, convocados a un debate virtual por los egresados del Instituto de
Gobierno de la USMP, respondieron a esta pregunta con gran solvencia académica.
Coincidimos con ellos en activar los consensos ahora inexistentes, superar la
confrontación para la confluencia de esfuerzos, un gobierno de unidad nacional,
cambio de gabinete por expertos que nos ayuden en esta catástrofe al tiempo que
nos preserven del riesgo de autoritarismo y del populismo que amenazan. El que
pueda escuchar que escuche.
¿QUÉ PASÓ EN EL PERU?
En Correo el 6 de Junio 2020
Perú es el octavo país con más infectados en el mundo. Antes elogiado como el primero en la región en tomar
medidas y disponer la ayuda social hoy es el más criticado por su manejo y los
inocultables malos resultados. Martín Vizcarra se refugia en el subregistro que
es simple maquillaje estadístico. Expertos reunidos por egresados del Instituto
de Gobierno de la USMP analizaron este martes la realidad y las respuestas. Y llegaron
a conclusiones evidentes. La informalidad no se atendió adecuadamente y hoy está
fuera de control poniendo en peligro a miles de peruanos ante el dilema salud o
hambre. Mientras pugnan por trabajar el gobierno desatiende sus urgencias y los
reprime cuando debería organizarlos para su subsistencia habida cuenta que los bonos
no les han llegado, un misterio que pronto se convertirá en investigación por
corrupción.
¿Qué pasó?
Un error descomunal y fatídico fue la decisión de comprar pruebas rápidas que dan
resultados inciertos en lugar de pruebas moleculares que son seguras. Aplicar
moleculares a todos los peruanos hubiera sido caro pero con buen resultado como
se hizo en otros países. Aquí se ha gastado mucho y las cifras son terribles.
Las moleculares hubieran evitado los falsos negativos que han continuado
contagiando hasta llevarnos a la presente situación inmanejable.
La falsedad está al descubierto. No hay meseta, lo que hay es un genocidio
del pueblo sin dinero para atenderse, el que muere diariamente por centenas en
los hospitales públicos o en sus hogares y sin atención. Ya estamos en el
puesto 14 de muertos en el mundo y el gobierno no rectifica, no escucha a los
expertos ni acepta críticas. Dice que somos el país que hace más pruebas pero las
cifras están ahí y miden su arrogancia. Mientras afirman que todo está bien pronto
tendremos más de 20 mil muertos. ¿Quién responderá por ellos?
sábado, 6 de junio de 2020
LA CONECTIVIDAD DIGITAL
NO ES UN LUJO
En Correo el 06 de Junio 2020
Miles de compatriotas están muriendo y otros tantos
lloran sus pérdidas, la ansiada meseta anunciada hace dos semanas no llega. No
hay educación presencial, escuelas y universidades apuestan por clases
virtuales. En pleno confinamiento la única socialización es por internet vía Whatsup o
Skype y los debates académicos, sociales y políticos se refugian en las videoconferencias
y zooms como espacios rescatados al monólogo gubernamental y mediático.
Estamos
unidos digitalmente para comunicarnos y ejercer nuestro derecho a la
información. Pero la conectividad no existe para millones de peruanos en
la capital y por supuesto en los lejanos pueblos, sin acceso a Internet. Éste no
es un lujo, es un derecho humano, que sin supervisión ni censura debería ser
proporcionado gratuitamente para los que no pueden pagarlo, convertirlo en servicio
público.
Martín Vizcarra ofrece tablets y Kits tecnológicos para la educación digital de
los más pobres pero la reguladora OSIPTEL anuncia el corte por falta de pago del
servicio telefónico que incluye a Internet. Contradicción que linda con la esquizofrenia
dado que las deudas responden a la aguda crisis económica y el Estado gasta sus
ahorros distribuyendo millones en ayuda social. Y ese mismo gobierno desarticula
al país impidiendo la comunicación, debilitando la estrategia fundamental en la
guerra sanitaria como en la económica.
Sin internet no se hace nada. Es un derecho social, sin ella eres un marginal
aislado de los esfuerzos colectivos. OSIPTEL permitirá los cortes en perjuicio
de la sociedad mientras que las grandes empresas telefónicas tienen trato
especial y privilegios tributarios. Para la ONU cortar el acceso a Internet es una violación de los
derechos humanos. La red es esencial para
la vida y en especial para la educación y la economía. Lo dijo Barak
Obama en 2015 “la banda ancha no es un
lujo, es una necesidad”. ¿Qué parte de esto no entiende Vizcarra?
LA REALIDAD
NO DA CONFIANZA
En Correo el 29 de mayo 2020
El Congreso aprobó la investidura
al gabinete Zevallos pese a que su
presidente, Manuel
Merino, consideró que la respuesta de las autoridades del Gobierno ante el
COVID-19 “no es la que los peruanos
esperábamos”. Decepcionante confianza y una oportunidad perdida para un
cambio radical de las políticas que han fracasado con inmenso costo de vidas y
números de contagiados que asustan a todos.
No sólo se teme a la muerte por
contagio masivo también al desborde social por hambre y desempleo cuyas cifras
van creciendo sin control. Los parlamentarios se prodigaron en protestas y
reclamos pero no se produjo la llamada de atención y menos la exigencia de
rectificaciones urgentes, para que esas autoridades a las que se refiere Merino
sean reemplazadas por expertos que detengan el genocidio que a ojos vista
afecta los pobres que se refugian en la informalidad, en el trabajo en las
calles con hogares pobres y hacinamiento familiar. El gobierno en lugar de
golpearlos cruelmente debe preocuparse por facilitar espacios para ese trabajo que
alimenta a millones que no reciben ayuda.
Dar confianza a quienes han
fracasado en defender la vida traerá consecuencias sociales y políticas por el
contraste exasperante entre el discurso oficial y la realidad que pocos medios exponen
solitariamente. El sistema de salud fue abandonado con la excepción del segundo
gobierno aprista que construyó los hospitales que hoy nos sirven. La
fragilidad sanitaria fue agudizada por la decisión de comprar pruebas rápidas, ineficientes
e imprecisas, y no moleculares que nos hubieran dado mayores luces para
enfrentar el virus.
La sesión de control político estuvo
llena de cuestionamientos a los resultados, a las cifras oficiales, a la
represión que golpea a quienes salen a trabajar por hambre, a la corrupción en
compras y distribución de bonos, etc.etc Pero se habló demasiado para dar con 89 votos una
confianza que la realidad no da.
lunes, 25 de mayo de 2020
NO AL CONFLICTO
DE PODERES
En diario Correo el sábado 23 de mayo 2020
Martín Vizcarra cerró el anterior Congreso
alegando obstruccionismo a la reforma política y judicial desde un largo conflicto
con la oposición mayoritaria. El nuevo Congreso tiene poco tiempo y comienza a
ejercer funciones pero el Presidente ya muestra su disgusto ante la fiscalización que cuestiona
sus políticas en tiempos de emergencia.
El Perú padece esquizofrenia, el
Ejecutivo pide al Congreso la investidura que nunca recibió y que no merece con
el sistema de salud colapsado y los números abrumadores. A pesar de los
subregistros de infectados y fallecidos su desgaste político es evidente. En otro
sentido el Legislativo avanza solitario, orientando esfuerzos a las próximas elecciones
generales y a la reforma política mientras el país entero se moviliza contra el
virus en una guerra de vida o muerte.
Ambos poderes tienen una mirada distinta
pero funcionan en situación excepcional, en plena crisis y en tránsito a un
mundo desconocido ya que la normalidad nunca retornará como la vivíamos. La
emergencia debe priorizar la salud sobre la economía que está incubando la peor
crisis del siglo. Las políticas sanitarias y económicas no han dado resultados,
los peruanos no estamos protegidos y el fracaso del Gabinete Zevallos debería llevarlo
a renunciar para dejar paso a Ministros expertos en salud y economía. Los 32
millones de peruanos seguimos en severo riesgo mientras las enormes pérdidas económicas
y la pobreza acechan sin remedio.
Zonas de desastre, en Lima, norte y sur,
son reales y exigen soluciones de mentes ilustradas y expertas que deberían surgir
de la unidad nacional. No es momento de confrontar sino de conjugar esfuerzos
para remar en la misma dirección. Si bien el Congreso ha hecho poco o nada
respecto de la pandemia y aunque la confianza al gabinete no esté asegurada, no
hay espacio para el conflicto. Hay demasiado dolor en el país para agregar irresponsablemente
la confrontación destructiva.
sábado, 16 de mayo de 2020
LOS HEROES DE LA
PANDEMIA
En diario Correo del 16 de Mayo 2020
Todo el país debería estar de pie por el drama de quienes enfrentan al
virus sin la protección adecuada, sin suministros y sin balones de oxígeno. Lo que
sucede con los profesionales de Iquitos y el fallecimiento de una decena de médicos
son inaceptables para cualquier peruano de bien. Estamos ante una pandemia gravísima
y no necesitamos incrementar riesgos de desatención y menos aún mártires. Necesitamos
médicos y enfermeras bien cuidados y protegidos, no enviados a la guerra sin
armas, directamente al sacrificio.
El Ministro de Salud no solo es inoperante y
burocrático, su malsana indolencia y desinterés se evidenció cuando el Colegio
Médico le pidió que los más graves fueran trasladados a Lima en una avioneta
que el gremio iba a financiar. Su respuesta desvalorizó la misión por la cual
el mismo juró y su demora costó dolorosamente la vida de varios médicos que
pudieron ser salvados. Víctor Zamora debió atender con dignidad el pedido de
renuncia del Colegió Médico pero Martín Vizcarra lo exculpó porque trabaja
muchas horas mientras los muertos se
acumulan y él negocia su permanencia.
The New York Times informó
hace unos días que en el Perú
hubo 6200 muertes solo en el mes de abril, igualando la mortalidad de París en
su peor mes de pandemia. Cuanta inoperancia consentida y cuanta indolencia para
dejar que este personaje continúe manejando la salud de millones de peruanos
mientras se prodigan
en datos sobre camas de hospitalización y de cuidados intensivos irreales al
extremo de que hay pacientes que mueren en las puertas de los hospitales sin
espacio para recibirlos.
El colapso es real, el número
de muertos aumenta mientras se viola flagrantemente los derechos de los
pacientes, de los médicos y de los profesionales de la salud. Necesitamos otra
conducción para evitar que las semanas que vienen sean de desastre sanitario y
humanitario. Urgente!
jueves, 14 de mayo de 2020
URGENTE NUEVO GABINETE!!
En Correo el 8 de Mayo 2020
Mañana es un día de la madre en
confinamiento, algo que nunca sucedió en esta celebración homenaje, También será
el fin de la cincuentena. La angustia crece por los malos resultados del
gobierno, los peores de la región. Martín Vizcarra, sus Ministros y asesores no
han dado la talla ante el desafío. Lo menos que podríamos esperar es
autocrítica y mayor tolerancia a la crítica, menos arrogancia y más sentido
común para consultar a los que saben. Sufrimos los errores, las omisiones y la falta
de conocimientos para salvar vidas, las ya perdidas y las que se perderán al
reactivarse empresas y servicios. El contagio se incrementará cuando el sistema
de salud ya está colapsado y la curva de infectados y muertos no se aplana.
Entre omisiones, errores y
aprovechamientos políticos y económicos se juegan las vidas de miles de
peruanos. Requerimos otra estrategia y otra conducción desde otro gabinete formado
por ministros con conocimientos, experiencia y especialización. Las responsabilidades
de lo sucedido se ajustarán en su momento pero hoy estamos ante una gran emergencia,
una amenaza de exterminio a los más pobres que siendo las víctimas son paradójicamente
señaladas como culpables de las malas cifras. No se trata de lo pasado sino del
presente que exige capacidad. Un gabinete de ancha base o un gobierno de unidad
nacional es un recurso fundamental a la medida de la gravedad.
Convocar comandos
de expertos en salud y en manejo económico ya que la crisis está en ambos
frentes. Y el Congreso debe exigir al presidente las rectificaciones que lo obligarán
a llamar a los mejores por encima de las diferencias y de los intereses
políticos que lo han guiado hasta hoy. Y apelar a las FFAA, a su movilización para
la defensa nacional, para apoyar las decisiones del poder civil tal como lo pidió
el almirante Jorge Montoya. Estamos sobre un volcán.
GOBIERNO
DE UNIDAD NACIONAL
En Corrreo el 01 de Mayo 2020
Terminaremos el aislamiento y seguimos a ciegas sobre el contagio masivo y
las víctimas del COVID. Cansados del encierro y también de la complacencia del
gobierno, inmune a la crítica y propenso al maquillaje de las cifras reales que
el New York Times ha publicado de un Perú con los peores resultados en la
región. Las malas decisiones vienen de un equipo ministerial cuestionado antes
del cierre del Congreso y que ahora no puede enfrentar la crisis con muertos
que se acumulan, contagios que crecen, ayuda económica que no llega a los
pobres, logística deficiente que genera colas y aglomeraciones. Una recesión
económica descomunal acecha mientras el gabinete pide a gritos un cambio por
gente comprometida, capaz y representativa.
Hay enorme desconfianza
mientras el triunfalismo irrita por las cifras mentirosas, las pruebas rápidas
imprecisas, las camas de UCI que faltan, los pacientes que mueren en las puertas
de los hospitales, el número de respiradores insignificante para las urgencias,
los miles de peruanos que invaden las carreteras y la policía resentida
que va hacia la inacción mientras los penales hierven en defensa del
derecho a la salud y a la vida. La curva no se ha aplanado y el desborde está aquí. El
silencio no es una opción.
No se ve el final del túnel. Sólo un gobierno de
salvación nacional o un nuevo gabinete de ancha base reunirán la fuerza para remar
en la misma dirección, para salvar vidas de la enfermedad y del hambre. Tan
grave como esto. Los gobiernos enarbolan la unidad en momentos
cruciales como guerras y catástrofes. Un gabinete de unidad nacional con profesionales
capaces por encima de ideologías e intereses de grupo es un recurso de gran
poder para evitar el caos, la anarquía, el desgobierno y la violencia que
traerán el contagio masivo, el dolor, el hambre y la necesidad. O vamos directo
al despeñadero.
EL CANSANCIO
DE
LA CUARENTENA
En Correo el 24 de abril 2020
La prórroga de la cuarentena estaba cantada y nadie puede asegurar que no
habrá más. Hay poca credibilidad en los datos oficiales. Sabemos lo que vemos y
ello indica que estamos alcanzando límites del aislamiento y del bloqueo
económico que lesiona familias y empresas. Cuando hay cansancio surge la
intolerancia y las críticas al Gobierno por un equipo ministerial con muchos
errores y poca capacidad para enfrentar el enorme desafío. La caja fiscal puede
ayudar pero la logística no da la talla, son más los riesgos de colas y
aglomeraciones que la eficacia en su distribución. La mayor recesión económica de
las últimas décadas acecha lo que significa hambre y desempleo.
El Gobierno parece inmune a la crítica y más aún a la autocrítica. Las
compras que se realizaron y las que se omitieron van dejando forados de
desconfianza. Nos faltan pruebas moleculares y rápidas, las camas de UCI de los
hospitales públicos son insuficientes, el número de respiradores es insignificante
para las urgencias. Ante un peligro de vida o muerte hay responsables. Pruebas
y mascarillas debieron llegar y no llegaron. Estuvo bien la cuarentena temprana
y estricta. También la celeridad de la decisión de ayuda social. Pero las
soluciones pasan por mayor organización y planeamiento ante el sistema de salud
desbordado. No podemos seguir actuando a ciegas sin pruebas moleculares. Este
retraso es fatal y tras cuarenta días la gente, harta del encierro, se vuelve
irresponsable y ansiosa. Se va perdiendo el ánimo. La improvisación y las
deficiencias sumadas a los errores tienen un costo social que se multiplica sin
que sepamos cómo se expresará. A todos nos interesan respuestas eficaces y
oportunas y para ello deben llamar a los mejores especialistas para hacer correcciones
y formular nuevas propuestas. Necesitamos nuevas energías con nuevas caras y
nuevas ideas. El gobierno no tiene el monopolio de la verdad.
sábado, 18 de abril de 2020
TENEMOS DERECHO A SABER
Esta crisis
de salud muestra la importancia de la información y de la verdad para la credibilidad
en el gobierno para proteger el derecho a la vida. Si queremos reducir riesgos e
incertidumbres debemos tener la data que refleje la realidad sobre la evolución
de la pandemia. No sabemos cuándo se aplanará la curva ni si hay muertos no conocidos.
El fantasma del drama de países poderosos con sistemas de salud más sólidos nos
asalta. Demasiados rumores mellan la confianza, teorías conspirativas, desinformación y propaganda
socavan con razón o sin ella la labor de los funcionarios de salud de maneras
que podrían alargar la pandemia o deformar la realidad maquillando cifras de
infectados o muertos.
Podríamos estar al borde del pánico lleno de temores o de
la prescindencia en la creencia de que todo va muy bien y pronto retornaremos a
la normalidad. Ambos extremos son muy graves. Para cuidarnos necesitamos la transparencia
motivadora y no la oscuridad paralizante.
Muchas falsedades son promovidas por
gobiernos que buscan ocultar sus fracasos
o un beneficio político. Y las dudas están ahí más aún con conferencias
presidenciales que no admiten repreguntas. El desacato lleva a imponer multas a
gente sin recursos que sale a las calles a vender lo que sea ante el dilema
virus o hambre. Y poco les importa el distanciamiento social, quedarse en casa
o usar mascarillas para contener un virus que viene cobrando vidas de cientos
de miles.
El coro informativo desconcierta al punto que la Organización Mundial
de la Salud advierte de una “infodemia”
con fuerte contaminación desde las redes sociales o de los medios controlados o
subvencionados. La supresión o el maquillaje de cifras y estadísticas son más peligrosos
que la verdad que empodera al ciudadano y motiva su responsabilidad. Ni mordaza
a funcionarios que disienten ni persecución a críticos y descontentos. Tenemos
derecho a saber.
Acuerdos y cooperación para ganarle al virus
Columna de opinión
A grandes problemas grandes soluciones. La crisis de salud es inmensa y la reestructuración del orden económico es nacional y global. Importa la supervivencia, pero en el largo plazo está la incertidumbre. Hay un antes y un después de estos días angustiantes. Nadie puede predecir como funcionarán las empresas y la sociedad, jaqueadas por el virus.
Lo primero es la salud. Salvaguardar nuestras vidas y nuestros medios de vida, en ese orden, el virus y la economía. El liderazgo político, económico y social está en cuestión. El optimismo gubernamental es opacado por las cifras y hay poca o ninguna transparencia para revelarlas. Los sistemas de salud están en pie de guerra en capacidad de camas, suministros y trabajadores. El desborde amenaza mientras la gente sale a las calles por alimentos y hay irresponsabilidad de quienes creen que tienen poco que perder si son contaminados. La información, que es un derecho, aparece parcializada con la oficial con poco espacio para la crítica o la disidencia.
Se necesitan dos altos comandos de guerra, uno de Salud y otro de Economía, en los que especialistas y líderes de los sectores público, privado y social tomen las mejores decisiones para equilibrar la sostenibilidad económica y social dando indicaciones a los gobernadores regionales para enfrentar la pandemia con sus presupuestos y expertos. A las universidades les toca aportar más biólogos, incluso estudiantes, para hacer las pruebas. Es el momento de los acuerdos para la cooperación. Y de una gran y eficiente planificación.
sábado, 4 de abril de 2020
LA VIDA DIGITAL
En Correo el 4 de abril 2020
La pandemia cambió nuestra vida y su impacto no será temporal. Valores y prioridades,
objetivos vitales se transforman para adaptarlos a este riesgo de una muerte que
podría llegar en cualquier momento. La fragilidad humana se evidencia de manera
triste y dolorosa, la vulnerabilidad física y biológica se pone a prueba sin
distinciones económicas ni sociales. Los cuidados son extremos y los contactos cercanos
son penalizados por el temor al contagio. Para reemplazar las actividades habituales
tenemos la tecnología, la vida real sustituida por la virtual con mayor
dependencia de dispositivos y de las grandes tecnológicas como Google, Facebook
o Netflix.
La revolución digital es una obligación global aunque no todas las
sociedades estén igualmente avanzadas. La protección de la humanidad depende de
ella. El desastre sanitario de los países europeos, o de la gran potencia
norteamericana, que no han podido evitar miles de muertos que penosamente se
incrementan nos convence de la digitalización. Están al día las consultas a
Google, las clases escolares o de educación superior por Internet, la gimnasia con
tutoriales de YouTube, la distracción con Netflix, series y películas, el Zoom
para los encuentros con la familia y los amigos, la información por las redes
sociales y el siempre socorrido WhatsApp. El derecho a la vida para nada
garantizado.
Es fácil que el gobierno decrete la virtualidad pero el Perú no está
totalmente conectado, la digitalización existe solo para parte de la población.
Sin que la transición se complete la pandemia impone sus urgencias. Para el
científico Thomas Kuhn las crisis son prerrequisitos de las revoluciones. Lo
estamos viviendo y es el momento de acercar la biotecnología, la medicina, la
informática, la estadística y la ingeniería de sistemas. Esta crisis define prioridades.
Asumir la imperiosa revolución tecnológica determina que lo primero es la educación
para entenderla y aplicarla y la salud para disfrutarla. No hay más.
PRIMERO LA SALUD
En Correo el 13 de Marzo 2020
Ningún peruano podría recordar una situación como la que
vivimos. Sin salir de casa, encerrados y recibiendo información de terror sobre
una amenaza que puede concretarse en muerte. Enfrentamos un enemigo desconocido
con un Estado deficitario obligado a mover recursos extremos para salvar vidas.
Algunos ven en las respuestas acertadas grandes oportunidades de aprendizaje: un
Estado que resurge, una autoridad que se ejerce, la obediencia temerosa, el carenciado
sistema de salud que funciona gracias a la abnegación y a la entrega de médicos
y profesionales de la salud, siempre mal pagados y en riesgo pero con la mística al tope. Verdaderos héroes del
juramento hipocrático. Un Presidente que se pone al
nivel de los gobernantes del mundo y de la región para hacer responder al Estado
peruano a pesar de su desconexión con las mayorías en territorios lejanos a la
capital. Esta traumática experiencia debería
convencer al gobierno y a los peruanos que la prioridad es y será siempre la
salud. Con esta misma lógica atender a la población que no tiene agua, dar a la
salud pública un mayor presupuesto y no el miserable 2.2% que es mínimo en la
región. Debemos procesar estas lecciones escritas en sangre para ser recordadas
en el futuro inmediato. Toca defender el derecho a la vida para no ser un
estado fallido.
Termina la primera etapa del aislamiento
y la plaga avanza inexorable sin aplanar la curva de infectados. Millones de
peruanos reclaman acción y dinero gubernamental. Vizcarra enfrenta como puede la
informalidad, la indisciplina y la poca solidaridad pero las repercusiones
económicas, comerciales y financieras ya están aquí. Esta prueba de fuego y de
supervivencia también pone en jaque al Congreso que sin tiempo y en cuarentena,
debe tener presencia, fiscalizar al Ejecutivo, exigir agua para los que no la
tienen y el presupuesto indispensable para que esto no sea una masacre.
EL VALOR
DE LA INFORMACIÓN
En Correo el 21 de Marzo 2020
No se aplana
la curva de infectados y el confinamiento ha sido prolongado por 2 semanas más.
La información llega de todos lados especialmente de las redes sociales y puede
ser aterradora con el enorme riesgo de que sea falsa. Nadie quiere páginas
plagadas de trolls que atacan y difunden mensajes dudosos o de propaganda
política. La información tiene gran valor en este momento de sacrificio y
también para extraer lecciones que inspiren las futuras políticas públicas a ser implementadas
o exigidas. Este valor está ligado a la correcta observación de lo que estamos
viviendo. Cuando corremos peligro de vida o muerte replanteamos el sentido de
lo importante y lo prioritario. Tenemos derecho a la noticia seria y certera.
Felizmente la
audiencia de los medios tradicionales crece en detrimento de las redes sociales
más vulnerables a los múltiples intereses políticos y económicos. Importante
que nuestro sistema mediático se abra a las opiniones diferentes y hasta discrepantes
con las decisiones del Ejecutivo que no debería estar solo ante esta inmensa
responsabilidad política y social.
Nadie puede
considerar enemigo o adversario a quien está en desacuerdo con alguna medida del
gobierno. La duda o la discrepancia importan. Por eso es esencial el control
fiscalizador del Legislativo. Muy bien su pleno selectivo de 70 congresistas
para responder a las expectativas de ser el contrapeso político en momentos en
que millones de peruanos reclaman acción y dinero gubernamental. Vizcarra enfrenta
como puede la informalidad, la indisciplina y la poca solidaridad pero las repercusiones
económicas, comerciales y financieras ya están aquí. Es una prueba de supervivencia
que pone en jaque al Estado y en especial al Congreso que sin tiempo y en
cuarentena, debe tener presencia, fiscalizar al Ejecutivo, exigir agua para los
que no la tienen y el presupuesto indispensable para que esto no sea una
masacre para los más pobres.
PRECAUCIÓN NO PARÁLISIS
En Correo el 13 de Marzo 2020
Se extiende el
temor al virus, más aún si conocemos las severas falencias de la salud pública
con hospitales desabastecidos y sin los equipos indispensables. Martín Vizcarra
reconoció que es un virus importado pero no dijo que no hubiera entrado por un
aeropuerto desguarnecido si hubieran tenido el reflejo básico del control
sanitario obligatorio a tiempo. El virus se está reproduciendo a velocidad
alarmante en una crisis aumentada por la globalización. Nadie está a salvo. En
los países europeos más desarrollados los números de los fallecidos crecen, en
especial en Italia, España y Francia con cifras insólitas a pesar de sus sólidos sistemas de salud pública.
La población está nerviosa y en alerta, el
desabastecimiento y la especulación posible ya están aquí. Debemos cuidar la
estabilidad económica y alertar del bloqueo que nos amenaza. Se nos pide
quedarnos en casa, salir menos, días o semanas o aceptar las cuarentenas. Los supermercados
han sido los primeros espacios vulnerables al punto de vaciar estantes y acabar
con productos esenciales como el alcohol en gel. ¿Cuánto tiempo durará esta
paranoia que coincide con la instalación del nuevo Congreso que motiva mayores
expectativas ante la inercia y el populismo del Ejecutivo?
La crisis está empezando y puede
ser larga y dañina en la salud y en la economía. Estamos en terreno desconocido
y andamos a tientas. Necesitamos expertos para prevenir los desastres en la salud
y en la economía. Se necesita frenar el virus con la responsabilidad individual
de los ciudadanos y con la de los medios de comunicación ante el desafío de
proteger la vida, en especial la de padres y abuelos, sin dejar de atender el trabajo
y las tareas cotidianas. Más aún con la desinformación que prolifera en
Internet. El miedo no debe ni puede
paralizarnos, si la productividad y el orden financiero se afectan estaremos en
un país convulsionado.
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