miércoles, 22 de marzo de 2017



POLITICOS 

ANTE EL DESASTRE



Revista Vela Verde del 20 03 17

Al desastre ético-político se sumó el desastre físico con una naturaleza implacable que afecta más a los que menos tienen. Toca al gobierno  y a la oposición hacer lo suficiente para que la sensación de marea negra, de desconfianza mezclada con desconcierto se aleje de la mente de los peruanos que sienten que las siete plagas nos han llegado y reclaman un liderazgo activo y omnipresente con sensibilidad y sin palabrería.

¿Podemos esperar que los políticos elegidos se porten a la altura? Demasiados desafíos se superponen. A la corrupción no se le responde con fintas y menos con silencio. La delincuencia que se adueña de las calles no cede ante discursos. La impunidad se mantiene si no hay voluntad real de castigar a todos los culpables. La economía se descontrola cuando la estabilidad política o jurídica tambalea. La naturaleza en furia no admite dilaciones.

Todo para gustar. Toca a los políticos elegidos hace pocos meses dejar sus Palacios, de gobierno o legislativo, para responder como demanda la gente. Conversar, negociar, acordar.

Y en ese diálogo indispensable debe participar Keiko Fujimori como la lideresa de la oposición omnipotente en el Parlamento. Olvidar la campaña y la derrota electoral. Si no lo hace la gente lo exigirá. Sus críticas a la inacción solo se justifican con la acción. Y para PPK le corresponde comenzar a gobernar en serio. Su buen humor tiene sus momentos que no son todos. Medio país está sufriendo los desastres naturales que van para más. Cómo apostar por el gran gasto para los Panamericanos cuando miles no tienen que comer ni donde dormir. Solo los niños prefieren los juegos. En otro momento serían un avance hacia el desarrollo pero ahora otras urgencias demandan recursos económicos y humanos. No tenemos tantos para duplicarlos.

Los políticos deben hacer política en el mejor sentido para descartar la impresión de que las denuncias de corrupción los han paralizado al punto que no atan ni desatan. Y los más desafiados son los gobiernos locales y regionales.

Bien que el Congreso haya postergado la interpelación a Martín Vizcarra primer vicepresidente. Y deberían dejarla de lado por la continuidad constitucional que debería funcionar en caso de turbulencia excesiva que pudiera sacar a PPK del mando. Que el presidente nombre otro ministro de transportes que explique lo que haya que explicar. Y quienes pescan a río revuelto y vislumbran ya un gobierno transitorio para un adelanto de elecciones tendrán que esperar.

La naturaleza en furia ha atenuado los corrillos llenos de preguntas, temores y truculencias. No está descartada la amenaza del vacío de poder. Y los vacíos pueden llenarse de cualquier manera. Sin institucionalidad ni constitucionalidad. Peor aún, sin que nadie asegure el vínculo entre elecciones y calidad democrática. Las alarmas suenan pero solo escuchan los menos. Ante el desastre deben imponerse, negociación y eficiencia, emergencia y reconstrucción. Un desafío nada fácil.