sábado, 4 de julio de 2015


NO SE GOBIERNA
SOLO CON LA FUERZA
Portal Político.pe
 
Demasiado pocos sostienen al gobierno de Ollanta Humala. Ha perdido la confianza y la credibilidad, se ha deslegitimado cuando todavía le falta más de un año para entregar el poder. Y nadie sabe cuánto más podrá caer. Su desaprobación crece al tiempo que la ciudadanía le exige elecciones limpias y transparentes.

Y no es excusa comparar a Humala con los dos gobernantes anteriores. Toledo estuvo muy bajo pero fue cuando ya terminaba su mandato y la gestión opositora de Antero Flores Araoz en la presidencia del Congreso lo ayudó. Diez por ciento a la baja junto a la desaprobación y desprestigio de su mujer Nadine Heredia, cogobernante ilegal, ha dado lugar a una crisis de gobernabilidad que requiere de un diálogo de fin de fiesta con la oposición que se apresta a tomar el desgastador control del congreso vía una lista unitaria. Y ojalá sean eficaces en este periodo del pato cojo que encuentra a nuestra democracia a contramano, con instituciones frágiles y líderes cuestionados.

Ollanta Humala ya debería haber entendido que no se gobierna solo con la fuerza. Que requiere de ese apoyo que lamentablemente no tiene, el que podría reverdecer si deja de ser ese militar infranqueable y autoritario. La situación económica reclama a gritos cambios y apuntalamiento para recuperar a los inversionistas que desalentados podrían sentarse a esperar al nuevo gobierno sin apuntalar al pato cojo. No nos podemos dar ese lujo. La confianza es el desafío del gobierno y de la oposición. Atrincherarse sin conversar no es una opción. Menos aún continuar con los ataques. La inmadurez ya no tiene espacio y la ciudadanía la rechaza. Que Humala se ponga las pilas y cambie de actitud, que converse con la oposición para avanzar juntos en la difícil etapa que comienza. 

 

 

EL “PATO COJO”

Publicado en Correo el 3 de julio 2015
 
Casi es un hecho que la mesa directiva del Congreso estará a partir del 28 de julio en manos de la oposición. Y también que la exigua aprobación de Ollanta Humala habrá caído hasta orillar la deslegitimación casi absoluta. Entonces ingresaremos a un periodo en que será imposible la disolución del Parlamento y el gobernante habrá llegado en muy malas condiciones a la etapa del "pato cojo", expresión norteamericana que se refiere a los Presidentes que, como Obama, están en la última parte de su mandato y saben que no serán reelegidos. Un “pato cojo” es el que no puede seguir al grupo y cae víctima de los depredadores o alguien que no paga sus deudas. Un síndrome bien conocido signado por la pérdida del poder antes de su entrega formal. 

No parecería ser el caso del gobierno a estar por las iniciativas para las que han obtenido delegación de facultades en economía y en seguridad. La primera padece de franca desaceleración y necesita incentivos para la inversión. La segunda enfrenta una situación límite. Un testigo inadvertido pensaría que les quedan un par de años de gestión pero en sólo un año deberán entregar el poder y antes de ese tiempo tendremos el sucesor. Escenario de por sí espinoso con un militar infranqueable y autoritario que comparte ilegalmente con su esposa el gobierno y demasiados cuestionamientos por opacidad y corrupción. Que es poco amigo del diálogo pero sí de la confrontación que cae muy mal en tiempos de convulsiones propias de toda campaña. Le será muy duro seguir gobernando. Y aquí viene la responsabilidad de la oposición que asumirá el presente griego de conducir el Congreso. Un Parlamento desprestigiado deberá buscar el equilibrio y facilitar el diálogo, precisar la mejor agenda en armonía forzada para que la labor opositora signifique un beneficio y no un agregado al caos. Complicado pues en campaña, la figura del Presidente se disuelve en el tráfago de actividades de los aspirantes y resulta improbable que los políticos se abstraigan para conversar sobre proyectos de ley. Mientras el pato sigue cojeando el país continúa viviendo y espera la mayor responsabilidad política para preservar la estabilidad y el avance. Ardua tarea.