viernes, 10 de junio de 2016



ATENDER 

LAS URGENCIAS LOS UNIRÁ

Publicado en Político,pe el 09 06 16

Terminó la espera y se confirmó que por pequeña diferencia PPK consiguió la presidencia del Perú. Décimas de punto forjaron un panorama complicado pues dividen al país en dos mitades casi iguales pero no complementarias sino opuestas. Sobre todo porque siendo nuestro sistema político presidencialista el Ejecutivo es el poder que personifica a la nación aunque el Congreso congregue a los representantes elegidos está vez con mayoría casi calificada de lo que será la oposición fujimorista.

Desde el primer momento dijimos que esta definición sería moral y así ha sido en especial por el impulso de los jóvenes que con peso electoral específico dieron la victoria al candidato que consideraban limpio y sin vinculaciones con el narcotráfico. La trayectoria de los noventa pesó en un país que no quiere repetir lo sucedido en corrupción y violaciones de derechos humanos. La lección más allá de los errores puntuales, destacados por muchos analistas, es que debe haber memoria pero no odio y que las campañas electorales deben dejarnos autoridades que funcionen sin inmadureces que nublen su desempeño. El antifujimorismo existe y sigue siendo ganador pero en el gobierno es otro tema. No alcanzó por ejemplo para dar coherencia a la gestión de Ollanta Humala, el más mediocre gobernante del siglo, junto a su cogobernante esposa. 

Por ello ahora comienza lo más difícil para PPK, y su equipo lo sabe, conseguir unir a un país dividido, dar cohesión a su gobierno con base en los aspectos comunes de los programas de gobierno, que los hay y muchos, y sobre todo bajar la animadversión de quienes sienten que por diferencia mínima pierden por segunda vez la presidencia de la nación.

Pero el camino que se abre para PPK y para KF es largo y amplio, cinco años pueden pasar rápido o lento si las habilidades para hacer política no se exhiben y no se reflejan en logros que la sociedad peruana reclama y pueda reconocer más allá de las diferencias. Ambos presiden dos fuerzas políticas que son ganadoras y perdedoras al mismo tiempo. Una tiene el Ejecutivo en un país presidencialista y otra tiene el Congreso con mayoría casi calificada. Una será gobierno y la otra oposición pero ninguna de ellas puede ir en contra de los intereses del país que dividido por mitades les ha dado su voto y su confianza.

Lo único que no pueden hacer es decepcionar porque la sociedad entera, sin divisiones, demandará y exigirá logros y cumplimiento de promesas. Para eso existe el rendimiento de cuentas que abarca ambos poderes. Por tanto los problemas del país unen en las urgencias, las exigencias sociales no tienen color político. Y la defección tiene un costo.


El Acuerdo Nacional, bastante olvidado en los últimos tiempos surgió para lograr la unidad de las propuestas y de las acciones. No es una instancia de poder pero si un valioso documento que contiene las políticas de Estado que unen a todos los peruanos. Es el momento de retomarlo dadas las urgencias por atender, esas que los agravios cubrieron temporalmente y que ahora los políticos deberán asumir con responsabilidad política y social.