NO PODEMOS
SEGUIR EN EL LIMBO
En Correo mi columna HOJA DE TIEMPO del 10 03 18
La
esquizofrenia política se ha apoderado del país, dividido entre quienes ven que
el gobierno de PPK se desenvuelve normalmente, conducido por un Presidente
sincero, franco, que no tiene nada que ocultar ni ha ocultado nunca nada acerca
de su desempeño como alto funcionario público durante varias décadas. Junto a
una primera ministra que solo escucha por un oído y está instalada cómodamente en
la nube desde donde cree que ambos gobiernan al país. Ello a pesar de que el
país acusa las consecuencias de la crisis de confianza y del desconcierto que
lo paraliza.
En el otro
lado están quienes consideran insostenible la situación que afecta al
gobernante y a su autoridad ética y política por las pruebas que han ido
emergiendo y las mentiras que lo exhiben con una miopía que no distingue entre
el interés público y el privado, que ha falseado operaciones de sus empresas que
lo beneficiaron como primer ministro o ministro de economía del gobierno de Alejandro
Toledo.
Esta
situación no la determina ninguna maldad, mala voluntad o desencuentro
ideológico, es simplemente una conducta que no se puede dejar pasar en un
gobernante que debe tener legitimidad y autoridad moral.
Desde esta
última posición ha entrado al debate una nueva moción de vacancia presidencial a
la que le asisten razones atendibles pero evidentemente tiene alto costo en una
mayor inestabilidad.
Es una situación insostenible. Si el
presidente estuviera tan seguro de su inocencia dejaría la investigación en manos
del Ministerio Público y de la comisión Lava Jato pero sus temores lo asedian y
prefiere debatirse panza arriba. No quiere renunciar pero tampoco gobierna ni
da seguridad, menos aún confianza. El Perú tiene que alejarse de la
esquizofrenia y encontrar a la brevedad las respuestas a este dramático dilema.
Y no será ignorando el problema como lo
solucionaremos.