sábado, 23 de mayo de 2015


 
ALGO VA MAL

Publicado en Correo el 23 de mayo 2015
 
Así titula Tony Judt su valioso último libro. En el Perú mucho está yendo mal pues como bien dice Judt una cosa es temer que un sistema no pueda mantenerse y otra muy distinta perder la fe en el sistema. Nos preocupa la seguridad, la estabilidad, la autoridad, el cumplimiento de la ley y la anarquía. Estamos en plena deslegitimación del gobierno por la pérdida de poder, de autoridad, de fuerza o veracidad del gobernante que elegimos. Y de la capacidad del aparato institucional para imponer el cumplimiento y la aceptación de las decisiones del gobierno para garantizar los derechos y deberes, la seguridad y la defensa de la vida, en suma la convivencia pacífica. El sistema está fallando y ello se refleja en las encuestas que indican estados de ánimo y miedos. El más afectado por la deslegitimación es el primer mandatario por debajo del 20% de aprobación, grave no solo para él sino para todos los políticos porque la caída libre amenaza y todavía falta más de un año para que concluya su mandato. Un síntoma claro es la conflictividad minera en total descontrol. Tía María es un laboratorio de lo que no debe hacerse y amenaza con réplicas tan peligrosas como las de los terremotos, con una sensación de caos y violencia descontrolados. Y hay una larga lista de conflictos que vendrán a profundizar esta sensación. Otro síntoma es la inseguridad ciudadana, reina el crimen organizado y no hay nadie que pueda impedirlo. El presidente no parece darse cuenta, mira a otro lado, le preocupa más su esposa que el país, sale a la televisión con un soliloquio que desconcierta a todos. Preocupa la perspectiva extraviada de Humala que entre contradicciones y temores se proyecta a su fragmentada bancada que da palos de ciego anunciando la pérdida de gobernabilidad del Legislativo. Humala va dejando su iniciativa y potestad en el camino en una prematura etapa del pato rengo cuando la autoridad vieja ya no funciona y la nueva todavía no ha llegado. Se vocea el estado de emergencia, el estado policiaco o militar que podría estar a la vuelta de la esquina. La democracia da a la oposición posibilidades de salvavidas vía consensos. En este momento estamos porque lo que hoy va mal de seguro podría ir peor.