sábado, 1 de abril de 2017



DESPUÉS 
DE LA TRAGEDIA

Publicado en Político.pe el 01 04 2017

Hay una multitud de damnificados, hombres, mujeres, niños y ancianos que han quedado desamparados. El vendaval arrasó con propiedades, casas, negocios, trabajos. Sin vivienda, alimentación, salud, estamos frente a cientos de miles de refugiados en su propio país. Ante una catástrofe social que ha puesto a prueba durante la emergencia las capacidades, la organización, la solidaridad del Estado y de la sociedad. Pero no acaba aquí. La emergencia dará paso al rescate de esos cientos de miles de compatriotas que deben recuperar una supervivencia digna.

Es una tarea inmensa, un desafío nacional que reclama el aporte de todos. El lema Perú, una sola fuerza no puede quedar solo en palabras, toca al gobierno plantear un gran acuerdo que reúna a todas las fuerzas políticas para organizar y apoyar la acción conjunta. Para, por ejemplo, potenciar el rol de las Fuerzas Armadas que se han conducido de forma impecable y en este futuro inmediato están llamados a ser puntales del rescate a través de la acción cívica organizada por un ministro tan eficiente y político como Jorge Nieto.

Le toca al gobierno y al conjunto de los partidos políticos decidir sobre la reconstrucción y el rescate. Programas sociales masivos de alimentación, educación y salud. Reubicación y construcción masiva de viviendas. Distribución de trabajo para que los mismos damnificados puedan solventar a sus familias alineándose en la reconstrucción y la atención de tanto desamparado. Que las Fuerzas Armadas participen en la solución de algunos problemas en especial de atender la inseguridad ciudadana.

La emergencia pasará pero el día siguiente será el de la desolación y el de las urgencias. La tragedia nacional es, cómo no, una motivación para la convergencia y la unidad que permita subsanar errores históricos, planificar las ciudades y prevenir los daños causados por los desastres naturales.

Dos líneas básicas deberán ser atendidas: la acción del gobierno central y de los gobiernos locales y regionales y la organización de la contribución de la sociedad. Los colegios profesionales deberán estar en primera línea, los partidos políticos poner a disposición sus especialistas y expertos. Se buscan soluciones con afán ejecutivo, sin posibilidad de evadir y menos de fracasar en enfrentar la emergencia ahora y la reconstrucción y el rescate inmediatamente después.

PPK ya debería estar pensando en un unitario gabinete de salvación nacional que pueda liderar el sentimiento de urgencia que nos atenaza para enfrentar lo que empieza después de la tragedia.




GABINETE 
DE UNIDAD NACIONAL


Publicado en Correo el 01 04 2017

A la descalificación moral por los sobornos pagados por Odebrecht se ha sumado la desolación por los enormes daños causados por El Niño Costero que ha dejado ver nuestra vulnerabilidad. La dimensión del drama nacional en lo moral y en lo físico interpela a nuestra élite dirigente. El desarrollo ha sido un espejismo para gran parte del territorio nacional, la regionalización no ha funcionado, el crecimiento ha sido insuficiente para alejar la pobreza y la desigualdad. El cuestionamiento alcanza al Estado y a sus instituciones. Han fracasado los gobiernos central, regional y local que no han tenido clara la planificación y la necesidad de previsión.

Estamos ante una multitud desamparada que exige una inmensa acción nacional. No podemos dejarla desprotegida dentro de su propia patria. Ahora están cubiertos por la extraordinaria movilización de solidaridad para llevar alimentos y ayuda. Por la acción cívica de las FFAA que con eficiencia y capacidad actúan con la conducción de un Ministro de Defensa ubicuo e hiperactivo. Pero esta cantidad de damnificados no podrán vivir de la caridad pública, no podrán permanecer en carpas o refugios, deberán recuperar su vida, su dignidad y su destino.

El desafío es inmenso y la urgencia mayor que solo podrá ser atendida por una conjunción de fuerzas en torno a un gran objetivo. El rescate de miles de hombres, mujeres y niños incluyendo ancianos que perdieron todo debe ser rápido y efectivo. No cabe soslayar este deber ético nacional. Es hora de un gran acuerdo de fuerzas políticas alrededor del objetivo. El fujimorismo ha dado una primera muestra de espíritu unitario al dejar de lado la interpelación al ministro Martín Vizcarra. Toca al gobierno de PPK proyectarse para atender la reconstrucción pero también la supervivencia de los damnificados. Y en lo inmediato pensar en consolidar un gabinete de unidad nacional.