DESLEGITIMACION
Portal Punto de Encuentro 01 06 2015
Todos los medios giraban en torno a Martín Belaunde Lossio convertido en riesgoso hombre bomba cuyas declaraciones podrían afectar seriamente a la pareja instalada en Palacio de Gobierno. Ese peligro sigue latente y a ello se agregó la presentación de una envanecida Nadine Heredia ante la Comisión del Congreso que investiga al ex asesor lo que detonó otras denuncias que tienen que ver con los dineros que vinieron de Venezuela y con los gastos que ella -y su entorno familiar y amical más cercano- ha venido realizando en inmuebles, objetos suntuarios y de lujo. La impresión general es que las indagaciones los están cercando pero los palaciegos se niegan a verlo, más aún rechazan todas las pesquisas y el presidente en defensa de su mujer llega a desautorizar a la Fiscalía como parte de una persecución política.
No es el mejor camino para responder ni aquel que calmará las aguas ni eliminará los peligros ostensibles. Hay interés público en el asunto porque toca a la cúpula gobernante. Son ellos los que deciden por todos nosotros. Algo disuena. Parecería que el gobernante vive en una realidad distinta a la que todos percibimos. No se da cuenta que su estrepitosa caída de popularidad indica que la población ya tiene una opinión formada que requiere esclarecimiento, precisiones y seguridades para que el temor a la corrupción galopante no culmine en total deslegitimación.
Porque la velocidad con la que Ollanta Humala está cayendo tiene un límite que podría darse en muy corto tiempo si el caso Nadine Heredia, su hiperactiva acompañante en el gobierno, no recibe respuestas adecuadas. En dos meses podríamos estar ante una desestabilización total con una indignación creciente de una sociedad defraudada porque la honestidad no ha hecho ninguna diferencia. Pasar de la venia real al exabrupto presidencial no ayuda para nada. Y menos presumir que todos tenemos 40 mil dólares para gastarlos en cosas superfluas o suntuarias. Bueno fuera.
No hay manera distinta de enfrentar la corrupción que aceptar serenamente todas las investigaciones. Parece que el presidente, su esposa y su entorno gubernamental estuvieran ocultando algo. O peor aún que no tienen conciencia de lo que está sucediendo. Todos los altos funcionarios están expuestos a las denuncias y solo queda deslindar ante ellas con argumentos confiables y racionales. Que la gente lo crea, que la verdad se abra paso para que la estabilidad política nos alumbre pues de otra manera estaremos en tierras movedizas.
La crisis es política pero es sobre todo de confianza. No podemos judicializar todo pero la única manera de evitar la judicialización es que la Fiscalía archive sus investigaciones y decida no formalizar ningún proceso. Conocemos el camino porque lo hemos sufrido. Hemos tenido denuncias –las que pueden ser formuladas por cualquier ciudadano- y sabemos que solo queda desmontarlas con pruebas contundentes en contrario. No es agradable para nadie pero es la única vía, usar el poder para blindarse o para descalificar al denunciante no soluciona nada y deja vivas todas las sospechas. Justamente lo que no necesitamos. Dudas más desconfianza igual deslegitimación que tendría severas consecuencias políticas y especialmente económicas.