domingo, 12 de marzo de 2017



LA ABSTENCION DE PPK


Mi columna HOJA DE TIEMPO en Correo el 11 03 17


Ni a favor ni en contra, la bancada de Peruanos por el Kambio  se abstuvo en la votación para la interpelación a Martin Vizcarra, Ministro de Transportes. Las razones del vocero Carlos Bruce son demasiados cortas pues no se trata de un simple pedido parlamentario de información ni siquiera de una estacion de preguntas. Cuando fue citado Jaime Saavedra votaron en contra porque sabían que la interpelacion iba hacia la censura.

Y es el caso. Una posible censura a Martín Vizcarra no es para nada simple. Si lo fuera PPK no habría hablado de hacer cuestión de confianza ni Zavala hubiera salido con su gabinete a respaldar a un ministro que no lo necesita.

No tienen ninguna certeza de que saldrá bien librado del impasse pero se abstienen en una coyuntura complicada en la que la lucha contra la corrupción obliga. Si la bancada PPK no está alineada con su presidente la situacion es más severa de lo que parece. Maltratar o censurar al primer vicepresidente comprometerá la gobernabilidad y la estabilidad y permitirlo o propiciarlo pinta de cuerpo entero la anarquía o los intereses que dividen.

Vizcarra debe ser preservado por la sucesión que representa dentro de la constitucionalidad en un periodo plagado de turbulencias. PPK debería aceptar su renuncia pues más vale perder un ministro que afectar la continuidad del régimen.


Es cierto que el Congreso debe ejercer sus funciones de fiscalización y pedir explicaciones sobre Chincheros pero no debería permitirse maltratar y menos censurar al vicepresidente. Siempre hay un interés superior por el cual apostar. Que el Ministro de Transportes de un paso al costado y que su sucesor resuelva los problemas en torno a la cuestionada adenda contrato. Mientras tanto toca al presidente ordenar su bancada cuya independencia mal entendida lo deja desprotegido. Con congresistas así no necesita oposición.



LOS OVARIOS 
NO ESTÁN EN CUESTION


En Político.pe el 10 03 17

Katherine Ampuero y Liliana Meza son defensoras del Estado para la reparación civil que pudiera corresponder en el caso Lava Jato. Han sido nombradas por la presidenta del Consejo de Defensa Jurídica del Estado. Julia Príncipe, gracias a su confianza. No deben sentirse digitadas ni presionadas pero la autonomía que les corresponde no significa carta libre para decir o hacer lo que quieran.

Independencia sí pero no figuretismo. Seriedad y rigor para no caer en excesos. Las procuradoras deben tener todas las garantías para la autonomía que viene con el encargo, pero el respeto y la autoridad deben ganarlos. Y no precisamente con los ovarios, mal mencionados al momento en que se deciden a denunciar y llegan hasta a tocar al Presidente de la Republica que personifica a la nación y merece por tanto más de una reserva.

Ampuero informó que presentó un escrito al fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, para compartir cuestionamientos contra el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Explicó a la prensa que  su acción se debe a “supuestas operaciones sospechosas y supuestos aportes de la empresa Odebrecht Latinvest Perú a favor de la empresa Latin America Enterprise, la cual estaría vinculada al señor presidente".

La sospecha viene de una denuncia periodística de un medio hispano en Estados Unidos y es elemental que antes que un magistrado la lance a la opinión pública pase por rigurosa verificación y contraste.

Bien que Julia Príncipe, rechace cualquier tipo de injerencia en el trabajo de los procuradores públicos. Pero la discreción es una virtud, aquella que nuestros abuelos llamaban sigilo, y debe informar el accionar de todos los funcionarios obligados a investigar y presentar resultados. No ayuda salir a desafiar cuando nadie las ha desafiado.

Los procuradores tienen que ser absolutamente responsables. Más en una coyuntura en que la desconfianza afecta a todos los políticos. Si se llegara afectar a la presidencia de la republica entraríamos en un verdadero colapso. Entonces a demorarse y pensar antes de pasar a mayores, más cuando se trata de un presidente en funciones.

Se entiende su posición, nadie tiene corona y la decisión de que todo corrupto caiga es respaldada por la ciudadanía. Pero también se entiende el malestar del Ejecutivo representado por Fernando Zavala, para exigir que el Consejo de Defensa Jurídica del Estado actúe con rigurosidad y profesionalidad.

Los procuradores deben actuar coordinados con la Fiscalía, no pueden imputar delitos cuando la fiscalía no lo ha hecho todavía por estar a la espera de medios probatorios suficientes. No deben ser atropellados pero tampoco pueden atropellar.

Muy bien que se resistan a todas las presiones, que de seguro existen, muy mal que usen frases grandilocuentes que no vienen al caso y menos cuando no presentan mayor novedad, ni nuevos indicios que den mayor solidez a su decisión de imputar graves delitos.


Toca a todos los procuradores evitar la tentación de los reflectores y presentar oportunamente un trabajo documentado, en el que de seguro ni ovarios ni testículos están en cuestión.