LOS OVARIOS
NO ESTÁN EN CUESTION
En Político.pe el 10 03 17
Katherine Ampuero y Liliana Meza son defensoras del Estado
para la reparación civil que pudiera corresponder en el caso Lava Jato. Han
sido nombradas por la presidenta del Consejo de Defensa Jurídica del Estado. Julia
Príncipe, gracias a su confianza. No deben sentirse digitadas ni presionadas pero
la autonomía que les corresponde no significa carta libre para decir o hacer lo
que quieran.
Independencia
sí pero no figuretismo. Seriedad y rigor para no caer en excesos. Las
procuradoras deben tener todas las garantías para la autonomía que viene con el
encargo, pero el respeto y la autoridad deben ganarlos. Y no precisamente con
los ovarios, mal mencionados al momento en que se deciden a denunciar y llegan hasta
a tocar al Presidente de la Republica que personifica a la nación y merece por
tanto más de una reserva.
Ampuero
informó que presentó un escrito al fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, para compartir
cuestionamientos contra el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Explicó a la prensa
que su acción se debe a “supuestas operaciones sospechosas y supuestos
aportes de la empresa Odebrecht Latinvest Perú a favor de la empresa Latin
America Enterprise, la cual estaría vinculada al señor presidente".
La
sospecha viene de una denuncia periodística de un medio hispano en Estados
Unidos y es elemental que antes que un magistrado la lance a la opinión pública
pase por rigurosa verificación y contraste.
Bien
que Julia Príncipe, rechace cualquier tipo de injerencia en el trabajo de los
procuradores públicos. Pero la discreción es una virtud, aquella que nuestros
abuelos llamaban sigilo, y debe informar el accionar de todos los funcionarios
obligados a investigar y presentar resultados. No ayuda salir a desafiar cuando
nadie las ha desafiado.
Los
procuradores tienen que ser absolutamente responsables. Más en una coyuntura en
que la desconfianza afecta a todos los políticos. Si se llegara afectar a la
presidencia de la republica entraríamos en un verdadero colapso. Entonces a
demorarse y pensar antes de pasar a mayores, más cuando se trata de un
presidente en funciones.
Se
entiende su posición, nadie tiene corona y la decisión de que todo corrupto caiga
es respaldada por la ciudadanía. Pero también se entiende el malestar del
Ejecutivo representado por Fernando Zavala, para exigir que el Consejo de
Defensa Jurídica del Estado actúe con rigurosidad y profesionalidad.
Los procuradores
deben actuar coordinados con la Fiscalía, no pueden imputar delitos cuando la
fiscalía no lo ha hecho todavía por estar a la espera de medios probatorios
suficientes. No deben ser atropellados pero tampoco pueden atropellar.
Muy
bien que se resistan a todas las presiones, que de seguro existen, muy mal que
usen frases grandilocuentes que no vienen al caso y menos cuando no presentan mayor
novedad, ni nuevos indicios que den mayor solidez a su decisión de imputar
graves delitos.
Toca a todos
los procuradores evitar la tentación de los reflectores y presentar oportunamente
un trabajo documentado, en el que de seguro ni ovarios ni testículos están en
cuestión.
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