TODOS
CON VENEZUELA
En Político.pe el sábado 13 de agosto 2016
Venezuela, una
república petrolera antes rica y hoy quebrada ha entrado en crisis terminal con
inmensas colas para comprar hasta lo elemental. Un verdadero
desastre con aristas humanitarias que todo el pueblo latinoamericano debe repudiar
para luchar conjuntamente por el retorno de la democracia. Aunque el gobierno
de Nicolás Maduro tenga legitimidad de origen en elecciones populares su legitimidad
de ejercicio es inexistente por los abusos reiterados y la ostensible incapacidad
de gestión. A lo que se agrega la sistemática violación de los derechos y
libertades fundamentales, el irrespeto al derecho a la vida cuando el
porcentaje de pobres ha aumentado y la gente muere por falta de alimentos y de medicinas.
El
retroceso político y social gestado por el régimen bolivariano de Nicolás
Maduro es descomunal al punto que ya hay gente desesperada que sale a países
vecinos para buscar desde trabajo y oportunidades hasta condiciones mínimas
para vivir con dignidad.
Maduro pretende que está realizando una revolución
bolivariana pero lo que ha conseguido es una involución social, política y
económica que puede terminar en cualquier momento en un estallido de rebeldía y
rechazo con repercusiones regionales, como bien lo señaló Henrique Capriles de
visita nuevamente en nuestro país.
Aquí ya no se trata de ideología sino de indignación que
motiva la solidaridad con el pueblo venezolano sufriente. Aquí no hay
antiimperialismo que valga o justifique la ineptitud de un gobierno que a ojos
vista tiene serios problemas de ineficiencia y corrupción.
La oposición venezolana quiere darle la palabra al pueblo
a través de un procedimiento revocatorio constitucional pero el gobierno dilata
la consulta ciudadana porque teme la derrota. Confiar en el diálogo con un gobernante
que avasalla a la prensa, manipula e impide la acción política libre, que mantiene
líderes opositores en la cárcel es una ingenuidad.
El gobierno de Ollanta Humala fue insensible con la
situación venezolana, tal vez por sus conocidas conexiones con Hugo Chávez,
pero PPK, nuestro actual presidente, se pronunció positivamente desde su
campaña por defender la democracia en Venezuela y coherentemente recibió a
Capriles y defendió la revocatoria como instrumento constitucional.
El
Legislativo ha hecho lo propio al aprobar por 103
votos la moción multipartidaria que, con la excepción del Frente Amplio, expresa
la solidaridad y preocupación por la crisis política en Venezuela. Lamentable
que los legisladores en contra y los que se abstuvieron pusieran por delante
aspectos ideológicos plasmados en otra moción que no convenció y no fue
admitida a debate.
La dictadura venezolana ha llegado a límites inadmisibles. La comunidad
internacional, en especial la regional, debe apoyar la consulta ciudadana para
evitar que Maduro dilate los plazos e impida su concreción a tiempo. No son
asuntos internos, a todos interesa el retorno a la democracia en el país de la
bandera tricolor y de los llanos festivos.
La continuidad de Nicolás Maduro es
una amenaza.