sábado, 8 de agosto de 2020

https://diariocorreo.pe/opinion/unidad-y-consenso-noticia/ ¿UNIDAD Y CONSENSO? MARIA DEL PILAR TELLO El gabinete parchado podría albergar buenas intenciones pero lo que cuenta es la voluntad política de Vizcarra. Que la unidad que proclama no sea solo gesto o discursos. Se trata de convocar a expertos, de dialogar con todos y de tender los puentes con las organizaciones sociales para detener el desangramiento y esperar lo que viene con capacidad para sanar la economía. Menos confrontación. La salida de Cateriano es la derrota de la soberbia, nadie quiere más conflictos. Cuando el pueblo llora hay que atender las urgencias. Unidad y consenso implica aceptar la realidad sin mentiras y procesar la acción sin división. Ni ideologías, partidos, intereses económicos o políticos deberían obstruir. La muerte está a la puerta de nuestros hogares, las amenazas de pobreza y pérdidas económicas son para todos, el aporte también debería serlo y no de un grupúsculo de simpatías oficiales. La emergencia y el dolor no pueden ser puerta abierta a la dilapidación, tampoco deben implicar opacidad o ausencia de fiscalización. Mucho dinero circulando puede ser el arca abierta para inescrupulosos y corruptos. Y en ello tienen mucho por hacer la Contraloría y el Congreso. Unas líneas de despedida para mi gran amigo Ricardo Cervera Niño, excepcional ser humano, periodista de mucha experiencia y fascinación por el ideal de una sociedad justa e igualitaria. Su enorme sensibilidad social le inspiró una vida consecuente con más gratificaciones espirituales que económicas. Vivió desde muy joven libre y con propósito, su sorpresiva partida nos deja un inmenso vacío, sin su notable pluma y sin las anécdotas que narraba con maestría. Conoció a los grandes personajes del mundo y se ocultó tras ellos. Cuando el personaje real fue siempre él, por su honestidad y generosidad proverbiales y por su entrega total por el destino del Perú. Con más peruanos como él, el país sería otro. Esperamos nos ayude desde arriba. Nos vemos Ricardito.

domingo, 19 de julio de 2020


EL TERCER DESAFÍO
En diario Correo el 18 de Julio 2020
Momento decisivo. Con la peor pandemia de la historia y números escalofriantes que casi superan en cuatro meses a los 60 mil muertos que nos dejaron las dos décadas de la embestida senderista contra el Estado. Momento sumamente penoso que sin embargo no ha motivado el acuerdo político indispensable para ayer y aún más para hoy. 
La realidad manda. La emergencia sanitaria nos ha traído el desafío de luchar por la defensa de la vida de miles de peruanos, en especial de los más pobres. y también el de enfrentar una pavorosa crisis económica con dos millones y medio de desempleados formales y otros tantos informales. La caída de la producción es enorme, similar a la posterior a la Guerra del Pacífico, a lo que se agrega el tercer desafío que es el político-democrático-electoral. Ojalá estuviéramos entre los pueblos gladiadores que renuevan resistencias y valores para enfrentar el mal en fondo y forma.
La pandemia ha traído muertos y pobreza en todo el mundo, en unos países más que en otros, como en el nuestro. Y también concentración del poder, autocracias, limitación de derechos y libertades. Estamos bien ubicados en el ranking de la ineficiencia universal, gastando y perdiendo mucho tanto en vidas como en productividad, Y ahora agregamos una contienda electoral con grandes riesgos ocultos. 
El actual gobernante pretendió reeditar con torpeza la confrontación que llevó al cierre del Legislativo pasado. Pero los tiempos son distintos, miles de muertos –según las cifras oficiales– y una recesión que destruirá más del 15% del PBI según el Banco Mundial, que incrementará o llevará a la pobreza a millones de peruanos. Esta es una guerra que ya ha comenzado pero no puede ser entre peruanos. No podemos estar divididos ni aceptar ninguna manipulación política o mediática. Porque la autocracia acecha y los populismos y los elementos antisistema son la cereza del pastel de la autodestrucción que sectores irresponsables nos invitan electoralmente a degustar. Para enfrentar estos tres desafíos estamos todos y cada día cuenta, no olvidarlo.

sábado, 11 de julio de 2020



EL DERECHO A LA VIDA
ES LA PRIORIDAD

En Correo el sábado 11 de Julio 2020

Vamos subiendo en el concurso de los países que peor manejan la pandemia por COVID. Estamos en el quinto lugar con cifras aterradoras, invisibles para Martín Vizcarra y su gabinete de expertos. Lo peor es banalizar el drama, mirar a otro lado, extender cortinas de humo, desviar la atención de lo que vivimos y de lo que viene. El más importante es el derecho a la vida y su defensa el primer deber político, económico y social. La democracia lo acoge constitucionalmente como consigna obligatoria. En este momento, de altísimo riesgo y peligrosidad, los contagios avanzan indetenibles dejando dolor y lágrimas para cientos de miles de familias. Y el gobernante decide confrontar con el Congreso. En esta coyuntura aterradora recurre a lo que le antes le permitió popularidad. No piensa en la unidad del país para afrontar lo peor, provoca nuevamente al Congreso. Cuando toda su atención debe estar puesta en salvar vidas, en mejorar la asistencia salud, en atender la informalidad desbordada por desesperación, genera una crisis política ideal para que se olvide el desfile de féretros y las angustias en las puertas de los hospitales. No hay camas UCI para nadie, ni en MINSA, ni en ESSALUD e increíblemente tampoco en las clínicas privadas. Con dinero o sin dinero el enfermo grave muere mientras el país discute la inmunidad. Desatendemos el genocidio sanitario de hoy y el que vendrá agravado por desempleo, hambre, enfermedades, quiebras y falta de lo indispensable para vivir para millones de pobres o que vuelven a la pobreza. La torpeza debe tener límites, los intentos de autocracia también. Que muchos medios no reflejen lo que sucede por supervivencia económica no desaparece la responsabilidad por el maquillaje de cifras y el desvío de atención a temas que son menores ante la muerte. La complacencia es inadmisible, la banalización cruel e irresponsable


TENEMOS DERECHO A SABER

En Correo el sábado 6 de Julio 2020

Estamos viviendo el momento más difícil de nuestro país y de nuestra sociedad, una etapa que pasará a la historia como muy dolorosa. Somos testigos excepcionales y la información que dejaremos son las lecciones de lo que aprendimos, de lo bueno y lo malo que hicimos o dejamos de hacer para proteger la vida como primer derecho humano. Tan importante como eso, vamos generando la memoria colectiva que debe ser preservada a toda costa.  Pero este gobierno no lo asume como obligación y manipula la información desde la publicidad oficial o de las ayudas económicas a las empresas mediáticas afectadas por la crisis. Los medios no son iguales a otras empresas, trabajan con la conciencia social y deben guardar independencia de los poderes políticos y económicos para estar en capacidad de denunciar lo denunciable como la malversación de fondos del Estado, o el número falseado de fallecidos o los errores en el manejo de la pandemia y sobre todo no exaltar por consigna liderazgos inexistentes. Tenemos derecho a saber la verdad. Es inadmisible que el hackeo al diario Expreso, que se esfuerza por dar a conocer disidencias con el pensamiento único y críticas al manejo sanitario y económico, no haya motivado mayores protestas. Necesitamos conocer los números reales y rechazar las distorsiones y para ello están las libertades de prensa y de expresión que integran el derecho a la información. Pero su defensa ha estado ausente o con volumen inaudible. La democracia deliberativa admite todas las opiniones sin demonizar a críticos o adversarios. El
hacker contra Expreso quiso también destruir dos décadas de su archivo periodístico. Podemos estar en desacuerdo con los contenidos que difunde pero no con su derecho a exponerlos más aun en tiempos en que personajes ineptos actúan contra nuestro derecho de registrar la historia real y  mantener la memoria del riesgo que debemos superar hoy y mañana.

sábado, 27 de junio de 2020





LA NORMALIDAD DEL DESASTRE

En Correo el 27 de Junio 2020

Pasamos los cien días y la pandemia es más peligrosa que cuando el gobierno decidió recluirnos para evitar el contagio masivo. Aunque las razones persisten se ha decretado la vuelta a la normalidad para no dañar más la economía cuyo decrecimiento del 40%, nunca antes visto, la ha colocado en cuidados intensivos. El desastre está graficado en cifras de terror que Martín Vizcarra no quiere leer porque exigen un cambio total de estrategia. Nos queda la primera página de El Comercio con 100 días que pasarán a la historia de la inoperancia y la fatalidad. La catedral con las fotos de miles de fallecidos y el balance autocomplaciente del presidente, que no reconoce errores ni omisiones. Este legado precede la nueva normalidad que regirá la salud y la economía hasta el fin de la epidemia, con días de riesgo ubicuo y permanente para todos, con un sistema sanitario con demasiados puntos débiles no contrarrestados. Pero la soberbia oficial se sostiene sin rubor. Sin propósito de enmienda de la política inepta y excluyente de este gabinete o Consejo de sabios que hace rato debió renunciar. Y solo faltaba que algunos medios pidieran que Vizcarra se quede en el poder para reconstruir el país como lo hizo Leguía post guerra del Pacífico. Porque es un provinciano predestinado que ha hecho todo por las mayorías. ¿Qué? ¿En qué país están? En el de los amigos que no critican, los de la feria de millones que no llegaron a la gente de las ollas comunes, la que pide comida en las calles y es despedida por las grandes empresas. Las dimensiones del drama claman por un cambio de ministros y de políticas. El fracaso agrava la rabia, la indignación y el dolor. Solo la unidad podría enfrentar la calamidad anunciada y la angustiante indefensión presente. Si continuamos así pagaremos caro la obsecuencia. Cada día cuenta.




¿QUÉ VIENE?

En Correo el 19 de junio 2020

Pregunta clave en esta larga incertidumbre. El mundo entero vive una dinámica de ensayo y error arriesgando la salud y la economía de millones. Sin fórmula segura toda reapertura tiene problemas amparados en el desconocimiento del virus. ¿Cuántos se enfermarán y cuántos empleos se salvarán? La prensa extranjera define al Perú como calamidad regional y la percepción general es que la cuarentena no preservó a la gente del actual desastre de salud pero sí lesionó gravemente la economía generando desempleo y hambre que crecen sin control. La reapertura económica es inminente pero viene con una emergencia sanitaria sin control que va para peor. Las críticas a las decisiones políticas y de salud del gobierno abundan especialmente al Ministro de Salud. Los números son dramáticos, a pesar del maquillaje oficial, colocan al Perú entre los países de mayor desastre regional y mundial. ¿Será posible equilibrar las necesidades sociales con las de salud? ¿Existe un plan de acción para el retorno o estamos ante simple propaganda?. Con la reapertura podríamos esperar se superen la arrogancia política, el rechazo a las críticas y propuestas de los que saben y en especial que el coro mediático no continúe con la lamentable desinformación que oculta la dimensión de la tragedia. Ni meseta ni consejo de sabios nos alumbran, números terroríficos determinan el clamor por cambios urgentes en la conducción política, económica y de salud. Jaime de Althaus y Juan de la Puente, convocados a un debate virtual por los egresados del Instituto de Gobierno de la USMP, respondieron a esta pregunta con gran solvencia académica. Coincidimos con ellos en activar los consensos ahora inexistentes, superar la confrontación para la confluencia de esfuerzos, un gobierno de unidad nacional, cambio de gabinete por expertos que nos ayuden en esta catástrofe al tiempo que nos preserven del riesgo de autoritarismo y del populismo que amenazan. El que pueda escuchar que escuche.  


¿QUÉ PASÓ EN EL PERU?
En Correo el 6 de Junio 2020

Perú es el octavo país con más infectados en el mundo. Antes elogiado como el primero en la región en tomar medidas y disponer la ayuda social hoy es el más criticado por su manejo y los inocultables malos resultados. Martín Vizcarra se refugia en el subregistro que es simple maquillaje estadístico. Expertos reunidos por egresados del Instituto de Gobierno de la USMP analizaron este martes la realidad y las respuestas. Y llegaron a conclusiones evidentes. La informalidad no se atendió adecuadamente y hoy está fuera de control poniendo en peligro a miles de peruanos ante el dilema salud o hambre. Mientras pugnan por trabajar el gobierno desatiende sus urgencias y los reprime cuando debería organizarlos para su subsistencia habida cuenta que los bonos no les han llegado, un misterio que pronto se convertirá en investigación por corrupción.

¿Qué pasó? Un error descomunal y fatídico fue la decisión de comprar pruebas rápidas que dan resultados inciertos en lugar de pruebas moleculares que son seguras. Aplicar moleculares a todos los peruanos hubiera sido caro pero con buen resultado como se hizo en otros países. Aquí se ha gastado mucho y las cifras son terribles. Las moleculares hubieran evitado los falsos negativos que han continuado contagiando hasta llevarnos a la presente situación inmanejable.

La falsedad está al descubierto. No hay meseta, lo que hay es un genocidio del pueblo sin dinero para atenderse, el que muere diariamente por centenas en los hospitales públicos o en sus hogares y sin atención. Ya estamos en el puesto 14 de muertos en el mundo y el gobierno no rectifica, no escucha a los expertos ni acepta críticas. Dice que somos el país que hace más pruebas pero las cifras están ahí y miden su arrogancia. Mientras afirman que todo está bien pronto tendremos más de 20 mil muertos. ¿Quién responderá por ellos?

sábado, 6 de junio de 2020




LA CONECTIVIDAD DIGITAL 
NO ES UN LUJO

En Correo el 06 de Junio 2020

Miles de compatriotas están muriendo y otros tantos lloran sus pérdidas, la ansiada meseta anunciada hace dos semanas no llega. No hay educación presencial, escuelas y universidades apuestan por clases virtuales. En pleno confinamiento la única  socialización es por internet vía Whatsup o Skype y los debates académicos, sociales y políticos se refugian en las videoconferencias y zooms como espacios rescatados al monólogo gubernamental y mediático. 

Estamos unidos digitalmente para comunicarnos y ejercer nuestro derecho a la información. Pero la conectividad no existe para millones de peruanos en la capital y por supuesto en los lejanos pueblos, sin acceso a Internet. Éste no es un lujo, es un derecho humano, que sin supervisión ni censura debería ser proporcionado gratuitamente para los que no pueden pagarlo, convertirlo en servicio público. 

Martín Vizcarra ofrece tablets y Kits tecnológicos para la educación digital de los más pobres pero la reguladora OSIPTEL anuncia el corte por falta de pago del servicio telefónico que incluye a Internet. Contradicción que linda con la esquizofrenia dado que las deudas responden a la aguda crisis económica y el Estado gasta sus ahorros distribuyendo millones en ayuda social. Y ese mismo gobierno desarticula al país impidiendo la comunicación, debilitando la estrategia fundamental en la guerra sanitaria como en la económica. 

Sin internet no se hace nada. Es un derecho social, sin ella eres un marginal aislado de los esfuerzos colectivos. OSIPTEL permitirá los cortes en perjuicio de la sociedad mientras que las grandes empresas telefónicas tienen trato especial y privilegios tributarios. Para la ONU cortar el acceso a Internet es una violación de los derechos humanos. La red es esencial para la vida y en especial para la educación y la economía. Lo dijo Barak Obama en 2015 “la banda ancha no es un lujo, es una necesidad”. ¿Qué parte de esto no entiende Vizcarra?


https://diariocorreo.pe/opinion/la-realidad-no-da-confianza-noticia/

LA REALIDAD 

NO DA CONFIANZA

En Correo el 29 de mayo 2020

El Congreso aprobó la investidura al gabinete Zevallos pese a  que su presidente, Manuel Merino, consideró que la respuesta de las autoridades del Gobierno ante el COVID-19 “no es la que los peruanos esperábamos”. Decepcionante confianza y una oportunidad perdida para un cambio radical de las políticas que han fracasado con inmenso costo de vidas y números de contagiados que asustan a todos.

No sólo se teme a la muerte por contagio masivo también al desborde social por hambre y desempleo cuyas cifras van creciendo sin control. Los parlamentarios se prodigaron en protestas y reclamos pero no se produjo la llamada de atención y menos la exigencia de rectificaciones urgentes, para que esas autoridades a las que se refiere Merino sean reemplazadas por expertos que detengan el genocidio que a ojos vista afecta los pobres que se refugian en la informalidad, en el trabajo en las calles con hogares pobres y hacinamiento familiar. El gobierno en lugar de golpearlos cruelmente debe preocuparse por facilitar espacios para ese trabajo que alimenta a millones que no reciben ayuda.

Dar confianza a quienes han fracasado en defender la vida traerá consecuencias sociales y políticas por el contraste exasperante entre el discurso oficial y la realidad que pocos medios exponen solitariamente. El sistema de salud fue abandonado con la excepción del segundo gobierno aprista que construyó los hospitales que hoy nos sirven. La fragilidad sanitaria fue agudizada por la decisión de comprar pruebas rápidas, ineficientes e imprecisas, y no moleculares que nos hubieran dado mayores luces para enfrentar el virus. 

La sesión de control político estuvo llena de cuestionamientos a los resultados, a las cifras oficiales, a la represión que golpea a quienes salen a trabajar por hambre, a la corrupción en compras y distribución de bonos, etc.etc  Pero se habló demasiado para dar con 89 votos una confianza que la realidad no da.