LA REALIDAD
NO DA CONFIANZA
En Correo el 29 de mayo 2020
El Congreso aprobó la investidura
al gabinete Zevallos pese a que su
presidente, Manuel
Merino, consideró que la respuesta de las autoridades del Gobierno ante el
COVID-19 “no es la que los peruanos
esperábamos”. Decepcionante confianza y una oportunidad perdida para un
cambio radical de las políticas que han fracasado con inmenso costo de vidas y
números de contagiados que asustan a todos.
No sólo se teme a la muerte por
contagio masivo también al desborde social por hambre y desempleo cuyas cifras
van creciendo sin control. Los parlamentarios se prodigaron en protestas y
reclamos pero no se produjo la llamada de atención y menos la exigencia de
rectificaciones urgentes, para que esas autoridades a las que se refiere Merino
sean reemplazadas por expertos que detengan el genocidio que a ojos vista
afecta los pobres que se refugian en la informalidad, en el trabajo en las
calles con hogares pobres y hacinamiento familiar. El gobierno en lugar de
golpearlos cruelmente debe preocuparse por facilitar espacios para ese trabajo que
alimenta a millones que no reciben ayuda.
Dar confianza a quienes han
fracasado en defender la vida traerá consecuencias sociales y políticas por el
contraste exasperante entre el discurso oficial y la realidad que pocos medios exponen
solitariamente. El sistema de salud fue abandonado con la excepción del segundo
gobierno aprista que construyó los hospitales que hoy nos sirven. La
fragilidad sanitaria fue agudizada por la decisión de comprar pruebas rápidas, ineficientes
e imprecisas, y no moleculares que nos hubieran dado mayores luces para
enfrentar el virus.
La sesión de control político estuvo
llena de cuestionamientos a los resultados, a las cifras oficiales, a la
represión que golpea a quienes salen a trabajar por hambre, a la corrupción en
compras y distribución de bonos, etc.etc Pero se habló demasiado para dar con 89 votos una
confianza que la realidad no da.
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