EL VENDAVAL ATERRIZA
En Politico,pe el 7 de enero del 2017
Las pistas
para que aterrice el vendaval Odebrecht en nuestro país ya están trazadas. Hay
varias fiscalías trabajando desde que el Departamento de Justicia norteamericano señaló
que la mega empresa brasileña pagó sobornos por U$29 millones a funcionarios de
tres gobiernos entre el 2005 y el 2014. Nadie se salva, menos aún los
presidentes. El saqueo de cuello y corbata, globalizado y en boga por la
desenfrenada búsqueda de la ganancia, tiene ahora tras de sí a magistrados de
EEUU, Suiza y Perú.
La fiscalía
peruana dio sus primeras señas y ya está colaborando con la fiscalía suiza que
tiene identificadas por lo menos dos cuentas desde donde se tramita este
dinero. No por gusto Odebrecht ya ha ofrecido comenzar a pagar al Perú por daños y
perjuicios un monto mínimo de $30 millones.
Pero la tortura se prolongará. Los nombres no serán dados a conocer tan rápidamente. Si bien Gustavo Gorriti formuló denuncia del escándalo en abril pasado nuestro Ministerio Público recién empezó la investigación en noviembre sobre los sobornos pagados por las tres empresas off shores: Constructora Internacional del Sur, Smith & Nash Engineering Company y Klienfeld Services Ltd, junto a las filiales de la constructora, compañías de fachada peruanas, intermediarios locales, rutas bancarias y otra offshore Balmer Holding Assets Ltd.
Pero la tortura se prolongará. Los nombres no serán dados a conocer tan rápidamente. Si bien Gustavo Gorriti formuló denuncia del escándalo en abril pasado nuestro Ministerio Público recién empezó la investigación en noviembre sobre los sobornos pagados por las tres empresas off shores: Constructora Internacional del Sur, Smith & Nash Engineering Company y Klienfeld Services Ltd, junto a las filiales de la constructora, compañías de fachada peruanas, intermediarios locales, rutas bancarias y otra offshore Balmer Holding Assets Ltd.
La oportuna y valiente alerta de IDL no
funcionó y medio año después, coincidiendo con la contundencia de los fiscales
brasileros, los nuestros recién resucitaron. Ello da idea del peso de los
nombres que podrían estar involucrados.
Si ese valioso tiempo perdido sirvió para que algunos
de los mayores responsables escaparan, no lo sabremos tan pronto. La lista es
secreta por tratarse de una mafia organizada, de un cártel de conducción
brasileña de dimensiones continentales, que sistemáticamente ha robado al
estado peruano durante años. La justicia
peruana, como la internacional, deberán desplegar sus mayores esfuerzos para
sancionar a todos y cada uno de ellos.
Porque estamos ante un modus operandi conocido, aceptado y permitido como manera de hacer negocios. No se trata de un acto aislado, la propia empresa ha reconocido, en vías de colaboración eficaz en Brasil, que llegó a un altísimo nivel de sofisticación. Nuestra comentarista Paola Mendoza nos habla de una gerencia de coimas llamada División de operaciones estructuradas a la cual poca gente tenía acceso. A pocos extrañaría que fuera así.
Estados Unidos ha precisado que como cártel manejaban dos sistemas informáticos paralelos uno para la contabilidad y el otro para los mensajes entre quienes aprobaban pagos y transferencias. Uno de los integrantes, y que por serlo es uno de los que más ha confesado en Brasil, es nuestro muy conocido Jorge Barata. En el Perú la persona más vinculada con los gobiernos de Alan García y de Alejandro Toledo.
Alan García no tuvo en la mayor parte
de su gestión un embajador de carrera en el Brasil, tuvo un amigo personal con
uso libre de valija diplomática, lo que seguramente será evaluado por la
fiscalía como información a través de interrogatorios precisos.
Los fiscales suizos han ofrecido a los peruanos toda su colaboración en absoluto secreto. Hay una razón. Los que han obrado mal lo saben y harán todo por escapar de la justicia, decir los nombres solo adelantaría las fugas. Como sucedió con el antecedente más cercano. El proceso a Fujimori involucró más de mil personas de las cuales todavía varios no habidos y en la cárcel sólo una centena.
El país está atento con la lupa en el
poco confiable Poder Judicial cuyo flamante presidente ofrece una división especializada
anticorrupción. Y en el Ministerio Público que en su primera presentación ha
dado muy poco.
Lo cierto es que estamos ante una gran
oportunidad que viene de fuera para sanear moralmente al país. O la tomamos o aceptamos
la impunidad y el deterioro moral como parte de nuestra realidad. No la deberíamos perder.