WIKILEAKS O EL DESAFÍO AL PODER DEL
SECRETO
"La
publicación mejora la transparencia, y esa transparencia crea una mejor
sociedad para el mundo. Una mejor vigilancia permite reducir la corrupción y
hacer más fuertes a todas las instituciones de la sociedad, incluidos los
Gobiernos, corporaciones y todo tipo de organizaciones. Unos medios
periodísticos vibrantes, sanos e inquisitivos juegan un papel vital en alcanzar
esos objetivos. Somos parte de esos media"
Carta de
presentación de Wikileaks.
Suecia pidió
al Reino Unido –donde reside Assange–
la extradición para juzgarlo y él solicitó asilo a Ecuador en cuya Embajada en
Londres se encuentra desde el pasado 20 de junio. Ecuador le concedió
oficialmente asilo este 16 de agosto con una Resolución que no dejó cabo suelto
sobre esta institución ícono de la solidaridad política.
Contra
Assange existe sólo una denuncia pero la fiscalía sueca lo reclama para
interrogarlo para lo cual emitió en diciembre de 2010 una orden de detención
que determinó su arresto en el Reino Unido. La fiscalía sueca decidirá si abre
proceso contra él.
El Tribunal Supremo británico confirmó el
pasado 30 de mayo su extradición a Suecia pero el fundador de Wikileaks
infringió el arresto domiciliario que le obligaba a permanecer en una casa
entre las 10 de la noche y las ocho de la mañana y se refugió en la embajada de
Ecuador en Londres donde permanece.
Sus
abogados liderados por Baltazar Garzón tratan de evitar que Suecia lo extradite
a Estados Unidos donde podría ser juzgado y enfrentarse a la pena de muerte por
haber filtrado documentos clasificados. Washington tiene acuerdo de extradición con Suecia que no contempla
juicios bajo la ley de espionaje de EE UU u otra legislación para proteger la
seguridad nacional.
Para el Reino Unido la decisión de Ecuador
de conceder el asilo no cambia nada pues considera una obligación legal
extraditar a Assange a Suecia. No hay forma de que abandone la embajada sin ser
detenido por la policía que monta guardia permanente. Más aún, el Gobierno
británico podría revocar el estatus diplomático de una embajada lo que daría
vía libre a la policía para acceder al interior del edificio y detener a
Assange, según ha anunciado el Foreign Office. El asunto se complica y pone en
tela de juicio la globalización de la justicia, el derecho internacional y la
diplomacia.
WIKILEAKS YA ESTÁ EN
LA HISTORIA
Cuando el periodismo de investigación era poco menos
que la cenicienta de los grandes medios escritos y televisivos por ser caro,
conflictivo y poco rentable, un nuevo periodismo de revelaciones surgió de la
mano de la Internet. Julian Assange, el fundador de Wikileaks institucionalizó
las filtraciones, convirtió las gotas de noticias en peligrosos ríos
informativos que rompen estruendosamente con secretos y contenidos tutelados
como videos, fotos y notas de prensa, especialmente los producidos por empresas
y gobiernos.
Wikileaks
afirma que los medios sólo repercuten lo que interesa a los poderes económicos
y políticos y coloca su quehacer más allá de los marcos legales y oficiales. Apuesta,
afirma Assange, por un destino más transparente del periodismo, más respetuoso
del derecho a la información en el entorno mediático internacional para los
próximos años.
Wikileaks,
fundado en diciembre del 2006, recoge filtraciones de gente que tiene
información relevante, de autoría ajena, y quiere publicarla sin entregarla
abiertamente. La receptividad de Wikileaks es la mayor pesadilla de los grandes
bancos, multinacionales y gobiernos. La clave es la rapidez con que pueden
publicarse documentos secretos sin identificar al filtrador. Su tecnología
permite a cualquiera subir videos, documentos o audios confidenciales sin dejar
rastro.
Wikileaks
tiene varios hitos en su haber. El más impactante el del 28 de noviembre del
2010, cuando entregó la mayor cantidad de documentos secretos de la historia del Departamento de Estado. Ocasión en
que concertó con cinco medios de prestigio y peso propio, la publicación de más
de 250.000 documentos. Comunicaciones de la administración central, del
Departamento de Estado, de Defensa, de sus representaciones diplomáticas, mensajes
de las embajadas de EEUU. Todo puesto bajo los reflectores por The New York Times, The Guardian, Der Spiegel, Le Monde
y El País. Publicado en simultáneo con gran escándalo periodístico significando
un duro golpe al gobierno norteamericano en su imagen de gran potencia y sus
métodos para mantener su poder.
Íntimidades
de la política exterior norteamericana, órdenes de espionaje a altos
funcionarios de la ONU, críticas a presidentes, diplomáticos usados para
recabar información incluso en Naciones Unidas. Personalidades espiadas entre
ellos el secretario general de la ONU y embajadores del Consejo de Seguridad al
igual que políticos de Oriente Medio y América Latina.
Del
primer ministro ruso, Vladimir Putin, descrito como político autoritario y
machista. De las "fiestas salvajes" de Silvio Berlusconi y la
desconfianza que despertaba en Washington. De Angela Merkel, que "evita
los riesgos y es poco creativa", que prefiere "quedarse en la retaguardia
hasta conocer el equilibrio de fuerzas".
Entrevistas
del más alto nivel, espionaje y opiniones en conversaciones con embajadores
norteamericanos o personal diplomático, movimientos entre Estados Unidos y sus
aliados para enfrentar al terrorismo y el radicalismo islámico, detalles sobre
el boicot de China a Google o los negocios de Putin y Berlusconi en petróleo.
Las permanentes presiones sobre los gobiernos para favorecer los intereses
comerciales o militares de Estados Unidos. Todo conocido con repentina transparencia
amenazando a la superpotencia, poniendo en riesgo su política de acercamiento a
Rusia o el apoyo a ciertos Gobiernos árabes. Definitivamente hay un antes y un
después del Cablegate, en el periodismo y en la diplomacia mundial como lo
señaló el mismo Julian Assange.
El
Pentágono y el FBI siguen investigando la filtración del soldado Bradley
Manning, en Bagdad quien admitió en un chat que como analista militar tenía
acceso a dos redes clasificadas de las cuales se descargaron informes de las
dos guerras y "un cuarto de millón de documentos" del Departamento de
Estado.
Cómo
un soldado de 22 años, a quien Assange califica de héroe, pudo tener acceso a
los miles de documentos del Departamento de Estado desde su modesto puesto de
Bagdad. Manning maltratado hasta la ignominia, aislado en una celda en
Quantico, Virginia, donde no puede responder preguntas, podría enfrentar 52
años de prisión o la pena de muerte aplicada en el afán de escarmentar a
quienes se atreven a filtrar información.
Desde
el 11 de septiembre los servicios de
inteligencia adoptaron un nuevo modelo de comunicación para los responsables de
la seguridad. El Ejército usó la Internet con el sistema SIPRNET, acrónimo de
Secret Internet Protocol Router Network. Los documentos filtrados llevan la
etiqueta SIPDIS, de Secret Internet Protocol Distribution.
Más
de 180 embajadas norteamericanas utilizan este sistema protegido que se abre
sólo cuando el usuario está ante la pantalla y cambia de clave cada cinco
meses. Pero demasiada gente tiene acceso,
según el Congreso tres millones acceden a material presuntamente secreto. Miles
de empleados del Departamento de Estado, funcionarios de la CIA, del FBI, de la
DEA, de los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas. En especial de 16
agencias de espionaje. Todo un ejército de inteligencia.
El
desembalse ha sido considerado como un tesoro informativo sobre la historia y
la vida de los países, relatos nunca antes al alcance del periodismo con
secretos y verdades oficiales, con decisiones y conflictos mundiales. Obama
había ofrecido que en algún momento los desclasificaría pero Wikileaks se
adelantó a la historia.
El
conjunto refleja un verdadero manual que El País calificó de enjundioso y complejo. “Que permite comprobar el poder que
ejerce o intenta ejercer la gran superpotencia. Observar cómo despliega sus
tentáculos a través de sus terminales, las embajadas, en cada rincón del
planeta. Confirmar que cada país tiene su soplón autóctono, su político
complaciente, su juez, empresario o banquero dispuesto a aceptar una agenda
ajena.”
LOS
PAPELES DE AFGANISTAN Y DE IRAK
Los
91.000 leaks sobre Afganistan fueron, en julio del 2010, la mayor colección de
mensajes militares internos jamás publicada sobre una guerra. Probaba la pésima
situación y las numerosas bajas civiles, la efectividad y el equipamiento de
los talibanes y el doble juego de los servicios secretos paquistaníes.
Vinieron
luego los papeles de Irak en Octubre 2010 que revelaron aspectos indignantes de
la guerra del lado norteamericano. A una niña la mataron mientras jugaba en la
calle. A un detenido esposado lo ejecutaron a tiros. A dos sospechosos rendidos
les dispararon desde un helicóptero como "objetivo legítimo". Un
informe acucioso del día a día en la guerra de Irak registrado por soldados
norteamericanos relataba los abusos propios y de las tropas iraquíes leales.
Estados
Unidos pidió sin éxito a los medios no reproducir los documentos. Wikileaks los
hizo llegar a tiempo para dar a la filtración el máximo impacto político. Y así
fue. Los periódicos a los que entregó la información aportaron la garantía y
credibilidad de la comprobación.
UNA
GRAN COALICIÓN INFORMATIVA
Los
medios dieron un salto gigantesco. A partir del 28 de noviembre del 2010 cinco
diarios de referencia dieron cuenta de su alcance global y en coalición dejaron
atrás la competencia por la primicia. El material que había entregado Wikileaks,
250.000 cables, exigía edición periodística responsable para no poner en
peligro vidas humanas. La información llegó en texto plano, en ficheros en
hileras separadas por comas, parecían archivos de Excel y los informáticos los
convirtieron en primicias.
Javier
Moreno, director de El País ha contado la excepcionalidad de la situación.
"Un material como este constituye un momento mágico para cualquier
director de periódico. ¿Cuántas historias sabemos y no podemos contar porque no
tenemos material documental para apoyarlas?".
La
megafiltración jaqueó al poder político en su aspecto más frágil, la desprotección
de la información, la de los secretos que no deberían serlo. Los cinco medios
se dividieron la tarea nada fácil de seleccionar miles de telegramas por
continentes. "Hemos desarrollado el mayor respeto mutuo", dijo Alan
Rusbridger. "Todos aprendemos trabajando con fantásticos periodistas de
otros países".
Assange
es una gran pesadilla para la inteligencia militar de EEUU. No se considera un activista sino un
editor vocero de una publicación. Crítica los abusos de cierto periodismo “que
participan en la creación de guerras a través de su falta de cuestionamiento,
su ausencia de integridad y su cobarde peloteo a las fuentes gubernamentales”.
Pocos
dudarían que su vida corre peligro con enemigos tan poderosos como el Ejército
de EEUU y la CIA. Pero también tiene muchos amigos en las organizaciones que
prestan soporte a su misión. Baltazar Garzón, el abogado de los grandes
procesos en derechos humanos es ahora su mentor.
El australiano está
expuesto a que lo condenen por
espionaje: Tiene razones para temer. Un miembro de Wikileaks fue emboscado en
una playa de estacionamiento de Luxemburgo en el 2008. Dos abogados defensores
de los derechos humanos que trabajaron con Wikileaks en Kenia fueron asesinados
en marzo de 2009. Assange vive entre ataques legales, mediáticos, demandas y
querellas. Es acosado y debe protegerse, lo vigilan e interfieren sus
comunicaciones por teléfono o mail.
Está signado por los secretos y las fugas. Leaks significa también fuga de
información.
El
fundador de Wikileaks tiene adeptos y detractores. Para unos es el héroe del
periodismo que desafía la lógica de un mundo cínico y opaco. Para otros, un
idealista naif que cree que todo se puede contar, cuando hay cosas que el
sentido común indica que es mejor no publicar.
Sin
duda Wikileaks ha revolucionado el periodismo. En la era del hiperconsumo de la
información rompe moldes con la bandera de la transparencia informativa. Su
ideario es la divulgación de noticias de alto impacto gracias a tecnología de
punta y a olvidados principios de la
ética periodística.
Wikileaks
es un francotirador supranacional que trabaja en una plataforma universal. La
ira del Pentágono es evidente. Acabar con Wikileaks y con sus potenciales
informantes. Pero terminar con el mensajero irreverente no eliminará la
modalidad. Assange y su grupo han abierto una trocha contra el secreto, y por
ella circularán los nuevos Assanges.
Los
republicanos piden su cabeza. El presentador de la Fox Bill O'Relly su
ejecución, el republicano Pete King lo trata de terrorista. Joe Lieberman, ex
candidato demócrata a la vicepresidencia, fuerza la expulsión de Wikileaks de
los servidores por Amazon. Se suman otros congresistas para acallarlo, exigen
que se prohíban las visitas a Wikileaks.org desde direcciones norteamericanas.
Que se elimine esa dirección de la web. La libertad en acción.
El
fundador de Wikileaks se entregó a la policía británica ante la orden de
captura dictada por Suecia. El juez de Westminster le negó la libertad bajo
fianza. La detención fue por violación y abusos sexuales. Assange no es un
funcionario estadounidense y tampoco es el autor de la filtración solo su
divulgador.
Ha
terminado una forma de ejercer la diplomacia mundial y las relaciones
internacionales. La confidencialidad y el secreto no pueden asegurarse, va
desapareciendo la posibilidad de hacer de mentira verdad. Si nada puede ser
mantenido en secreto, si todos podemos ser filtradores amparados en el
anonimato, si todos los medios pueden ser difusores amparados en el derecho a
la información, el panorama cambió. Internet impactó nuestras comunicaciones
interpersonales tanto como el escenario político y económico global.
Wikileaks
y su mentor Julian Assange ya están dentro de la historia. Lideran el desafío
de los pequeños a los grandes al estilo de David contra Goliat.