domingo, 1 de enero de 2017


EL VENDAVAL 
QUE SE VIENE


En Político.pe el 31 de diciembre del 2016


¿De qué dimensión es el escándalo que amenaza con llevarse de encuentro a políticos y altos funcionarios de los gobiernos de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala? Cuánta firmeza, decisión y transparencia se necesitará del gobierno de PPK para preservar su autoridad ética y política mientras golpean los vientos y el ruido político se incrementa hasta ser ensordecedor.

Los optimistas afirman que en nuestro país las crisis políticas o económicas no lo son tanto ni duran demasiado. Que somos un pueblo que siempre sale bien librado porque vivimos al borde del abismo y nuestra capacidad es la resiliencia. Ojalá fuera así y el escándalo Lava Jato lo convirtiéramos en la oportunidad nacional para luchar de verdad contra la corrupción que junto a la inseguridad ciudadana es el principal problema nacional. Al terminar el 2016 la corrupción se levanta como un inmenso fantasma destructor frente al cual resultan banales las comisiones y los informes. Todavía no tenemos un plan serio de acción que nos convenza de que existe voluntad política para combatirla.

Lava Jato se anuncia como un vendaval que podría barrer terrenos políticos desde la raíz, un accionar que podría demostrarnos que lo que no pudimos hacer nosotros sí puede lograrse con motivación externa. Que entendamos que nada es posible si la corrupción continúa corroyendo estructuras políticas y económicas. Si se quiere dinamizar la economía y que la gente no se impregne de pesimismo y desconcierto tenemos que afrontar la corrupción y la inseguridad.

PPK va a tener que hilar fino para enfrentar, sin sufrir daños personales, los cuestionamientos que ya circulan sobre su ejecutoria como titular del MEF cuando exoneró del SNIP a la Interoceánica Sur. Si es o no socio del financista chileno Gerardo Sepúlveda quien también trabajó para Odebrecht en el Perú el 2007 para obras por US$500 millones. Y cómo sustenta su afirmación de que todo lo que ha realizado la empresa brasileña no es corrupto.

El Perú necesita tener la seguridad de que su presidente Pedro Pablo Kuczynski no está involucrado. Ha hecho suficientes méritos para que creamos en su honestidad pero el vendaval viene muy fuerte y la transparencia es un imperativo si quiere mantenerse en su cargo.

Y ojalá que las denuncias no derriben la imagen de ex presidentes ni de altos funcionarios aún actuantes dentro del Estado. Fuera de adhesiones o cuestionamientos la democracia peruana necesita líderes honestos sin los cuales se vendría abajo la ilusión de la quinta elección nacional sin interrupciones. Estaríamos ante mucho más que una crisis de gobernabilidad. Nos quedaríamos sin clase política.


Ni catastrofismo ni ceguera. Podemos y debemos confiar en nuestras reservas políticas y democráticas pero no demasiado, lo suficiente para que el país, sin descuidar las alarmas, se fortalezca éticamente para no retroceder a tiempos de autoritarismo que nadie desea. 

¿DE LA ESPERANZA 
AL PESIMISMO?


En Correo el 31 de diciembre del 2016

Mañana comenzamos el 2017. Así como el espíritu navideño no estuvo a la cita tampoco el año nuevo renueva el ánimo de los preocupados por el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. Su primer semestre merece una realista evaluación para evitar se repitan problemas que no se debieron precisamente a la oposición. Que tenga en cuenta su congénita debilidad política por la falta de partido de gobierno y de una bancada eficaz y cohesionada a lo que une un gabinete que no ha dado fuego, que no le ha servido para hacer política, para enfrentar con habilidad al fujimorismo avasallador. La más reciente patinada echó por tierra las ilusiones de un equilibrio entre poderes y de una voluntad concertadora.  

Con el nuevo año PPK tiene la oportunidad de cambiar de estilo y de personas, de renovar su equipo inicial pues con él no logró preservar ese gran capital de esperanza que generó su discurso patrio ante el Congreso. ¿dónde está la revolución social prometida? ¿Dónde el cumplimiento de sus famosos siete mandamientos?

Por lo pronto ahora le corresponde enfrentar el vendaval Lava Jato que amenaza cargar con el santo y la limosna. No sabemos cuánto afectará a los políticos pero estamos ante un periodo clave que pondrá a prueba todas sus habilidades como gobernante y hasta su propia estabilidad. Nada le viene fácil, no es pan comido como podrían pretender los desaprensivos. Se quedó sin espacio para bromas ni debilidades. Menos fiesta y más responsabilidad. Necesitamos un gobierno con los pantalones bien puestos y suficiente liderazgo. En el 2016 PPK llegó al poder. Que en el 2017 aprenda a gobernar poniendo pie firme a tierra ante los frondosos vientos y el ruido político de los sobornos de Odebrecht. Que no lo alcancen es el mayor pedido. Y que el 2017 podamos recuperar algo del optimismo perdido.