DEFENDER LA LIBERTAD DE LA RED
¿Quién elige los contenidos que vemos y usamos en Internet? Ahora lo hacemos nosotros con el navegador que elegimos y el proveedor al que pagamos, el mismo que no puede bloquear ninguna de las páginas legales que ofrece. Pero esto podría cambiar si cambia la neutralidad de la Red, un tema de la mayor importancia.
No por gusto los ciberactivistas del mundo no cesan de alertar respecto de los Gobiernos que quieren controlar la Red. El mal ejemplo es el gobierno chino, el primero en darse cuenta de los peligros que le significaba una red libre, verdadero enclave de ideas que forjan una oposición poco o nada deseable para ellos. A fin de cautelar este espacio cuentan con lo que llaman la Gran Muralla Cortafuegos.
Internet es un lugar sin límites, apreciado precisamente porque no admite ni jefaturas ni jerarquías, porque no permite disimular los intentos de controlar la información. Este mensaje fue reiterado en España por John Perry Barlow, pionero de la Internet y de la cibercultura, ante los jóvenes blogueros de los países del Mediterráneo.
En estos días se dio el Primer Encuentro de Blogueros del Mediterráneo que debatió sobre los instrumentos que ofrece la red para el activismo político y social, teniendo en cuenta la influencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en las revoluciones árabes.
Perry reivindica la plena soberanía de la red y está calificado para ello por ser autor de la Declaración de Independencia del Ciberespacio de 1996. Junto a él participaron dos blogueros tunecinos que sufrieron censura, persecución y cárcel: el dibujante Z y la activista Fatma Riahi. El primero difundió ácidas caricaturas del expresidente Ben Ali y su familia. La segunda es conocida defensora de los derechos humanos que enfrentó la censura que culminó con su detención.
Es cierto que las revoluciones no surgen sólo de Internet. Los pueblos deben poner cuerpo y razones, mística y coraje, rabia e indignación que refleja siempre el hartazgo ante las dictaduras prepotentes, corruptas y abusivas.
En el Perú la candidata del fujimorismo dijo en IPYS que "Internet debe ser regulado en cuanto a contenidos que podrían afectar a menores de edad" a lo que muy suelta de huesos agregó en Twitter"¡No regularemos contenidos de Internet! Instalaremos filtros para proteger a nuestros niños de contenidos pornográficos y violentos."
Ni filtros ni regulaciones. Conocedores del estilo y la trayectoria fujimorista esto suena a lapsus o a ingenuidad. Pero ni una ni otra se sostiene si conocemos la práctica autocrática. El ejemplo chino es la gran advertencia: Bajo similar argumento de la protección infantil se cobijan los peores y más duros controlismos políticos. Si estas expresiones vienen de quienes durante muchos años impusieron una libertad de expresión que incluía comprar conciencias y líneas editoriales debemos alarmarnos y ponernos en alerta.
La regulación para proteger a la infancia en las cabinas públicas ya existe y en las privadas hay filtros que los padres pueden instalar para cuidar a sus niños de la pornografía o de la pederastia. Hablar de regulación y filtros en el acceso nacional a Internet nos acerca a los gobiernos autocráticos controlistas en cuyas fauces puede comenzar a morir la libertad como en los lamentables noventa.
El fujimorismo ya tiene la tecnología del control de los medios, amedrentando, sobornando o comprando. A estas alturas de la segunda vuelta estamos viendo el alineamiento naranja de diarios y televisoras. Y aunque K Fujimori diga que no ha tenido intervención, nadie lo cree. Veremos en las semanas que vienen la guerra final entre la campaña del terror alimentada por los grandes medios cuyo objetivo es demoler la figura de Ollanta Humala y la habilidad de sus activistas y partidarios que deberán redoblar esfuerzos de esclarecimiento y de contacto directo con la población.
En la preservación de la libertad de la Red coinciden activistas y grandes teóricos de la comunicación, Parlamentos como el chileno con reguladores como la Comisión Federal de Telecomunicaciones estadounidense pero también ultraliberales con demócratas como Barack Obama, insospechable de humalismo, convertido en el gran publicista de las redes sociales:
"A partir del momento en que los proveedores comienzan a privilegiar determinadas aplicaciones o páginas web sobre otras, las voces pequeñas se verán excluidas, y todos perderemos. Internet es seguramente la red más abierta que hemos tenido en la historia. Tenemos que mantenerla así".