domingo, 2 de junio de 2019




TAMBORES DE GOLPE


En diario Exitosa el domingo 2 de Junio 2019

No estamos ante un simple enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo. Martín Vizcarra quien se pretende intachable combatiente contra la corrupción rechaza a sus críticos como si todos fueran corruptos. Y se enfrenta al Congreso como el núcleo de la incapacidad con parlamentarios que se protegen como cómplices gracias a la inmunidad y dan la espalda a los deseos del pueblo. En esta visión maniquea quienes lo apoyan son los buenos y los contrarios los corruptos, muy eficaz para distorsionar la gravedad de lo que está ocurriendo.
La rueda comienza a girar cuando Martín Vizcarra propone la reforma política y ésta avanza a paso lento en el Congreso. El Presidente sin invitación va al Parlamento a reclamar que legisle en la forma que quiere y a la velocidad que requiere. Una visita que no se da en ningún gobierno que se pretenda democrático y respete la separación de poderes. El Congreso rechaza destituir a un fiscal supremo que amenaza denunciar al Presidente. Vizcarra juega a presionar a los parlamentarios -con el apoyo de gobernadores regionales- y anuncia la cuestión de confianza sobre cinco proyectos de reforma política al tiempo que exhorta a destituir a Pedro Chávarry. El conflicto escala con resultados imprevisibles mientras el Presidente asume el mando de la reforma de la justicia poniendo un pie fuerte sobre el Poder Judicial.

Pero la cuestión de confianza ha sido criticada como anticonstitucional por importantes expertos y observada por el mismo presidente del Tribunal Constitucional Ernesto Blume para quien “el mandatario no está habilitado constitucionalmente para imponer” al Congreso la aprobación del contenido o alcances de una ley de reforma constitucional.

Si esto es así la cuestión de confianza sería una coartada para el cierre del Congreso si o si. El Primer Ministro en su oficio al Presidente del Congreso pone plazos y exige contenidos que deberán ser aprobados sin que se desnaturalicen –dice- los cinco proyectos. Por lo menos es una descortesía política y por lo más una presión inadmisible. Si el Ejecutivo no se siente satisfecho con lo que aprueben dejará sentado que la confianza no ha sido otorgada, Del Solar y su gabinete renunciarán y Vizcarra se sentirá libre para disolver el Congreso incurriendo en un golpe de Estado.

Este libreto dramático podría concretarse desde que calificar los textos que el Congreso tenga a bien aprobar puede ser una espada de Damocles. Tan arbitrario como efectivo para facilitar la tentación autoritaria.

A todo esto se agrega que Martín Vizcarra asume la presidencia de la Comisión de Reforma de la Justicia para renovar el temor de que el Presidente quiere encimar al Ministerio Público, única instancia que acusa y puede llegar a la criminalización de los adversarios o enemigos políticos.  

Falta diálogo y sobra voluntad autoritaria. La incertidumbre se instala con su precariedad institucional y la democracia se debilita. Debemos luchar contra la corrupción pero también defender el Estado de Derecho. Todos sentimos justa indignación contra la corrupción desde que es un flagelo ubicuo y multiforme que ha hecho y sigue haciendo mucho daño. Pero la contraparte de su combate no puede ser la concentración del poder y mucho menos llegar a lo que sería un golpe de Estado que nos pondría al borde del desastre. Avisados estamos.





SITUACIONES EXTREMAS

En diario Correo el sábado 1 de Junio 2019

Entre temblor y temblor y atraco y asalto, Martín Vizcarra va al Congreso sin invitación a reclamar legislación inmediata. El Congreso rechaza destituir a Pedro Chávarry que amenaza denunciar al Presidente que presiona con el apoyo de los gobernadores regionales haciendo cuestión de confianza sobre cinco proyectos de reforma política y exhorta a destituir y sancionar al fiscal supremo. El conflicto de poderes escala con resultados poco previsibles mientras el Presidente asume el mando de la reforma judicial poniendo un pie fuerte en otro poder autónomo como es el judicial.

El país parece estar de cabeza y en vía de parálisis por el temor y la incertidumbre. Las urgencias no se atienden y los políticos se pelean. El presidente, cabeza del Ejecutivo, es un primo inter pares que no puede imponerse a los otros poderes del Estado. El equilibrio y separación de poderes es esencial para evitar la concentración de poder en una sola persona. Están a la baja en las encuestas el Presidente y aún más el Legislativo. Hay gente en las calles pidiendo su cierre lo que podría llevar a nuevas elecciones parlamentarias y desde otra perspectiva a la vacancia presidencial.

Lo que no se entiende es por qué Gonzalo Chávarry está nuevamente en el centro de debate y del destino del país. Mientras la gente se angustia por la criminalidad urbana desatada y la salud pública colapsada con hospitales públicos desabastecidos es inexplicable que el gran tema siga siendo Chávarry.

La cereza de la torta sería la manipulación de las estructuras del poder judicial desde la comisión de reforma de la justicia. Se renueva el temor de que el Presidente quiera encimar al Ministerio Público, el único que puede acusar a quienes incurren en delito. Y llegar a excesos como la criminalización de adversarios o de enemigos políticos. Y hay que decirlo porque no queremos ni corrupción ni autoritarismo.