SUNEDU
SIEMBRA EL CAOS
Mi columna HOJA DE TIEMPO publicada en Correo el 07 04 16
La SUNEDU, Superintendencia Nacional de Educación Superior
Universitaria, organismo regulador de las Universidades, adscrita al
Ministerio de Educación, acaba de descabezar la Universidad Nacional Federico
Villarreal, al rechazar el registro de las firmas de doce decanos elegidos
en agosto pasado. Nueve meses después, en parto tardío e irracional, los decanos
electos y en funciones son impedidos de ejercer la misión que docentes y
alumnos les encomendaron.
No solo es censurable que la
SUNEDU se permita imponer tan absurda medida con demora e ineficiencia sino que
lo haga sin medir las consecuencias para el funcionamiento de una universidad en
la que confluyen académica y laboralmente miles de estudiantes, docentes y
trabajadores. Sin firmas registradas la universidad se paraliza. Si no querían
este bloqueo no lo pensaron bien porque lo han producido. La única cabeza que
queda es la del rector próximo a ser relevado junto a los vice rectores por
elecciones generales internas que deberán realizarse este próximo 20 de mayo.
Pero tampoco esta elección programada le gusta a la SUNEDU y por eso ha pedido que no se
realice.
Nada les cae bien nada quieren, solo que las universidades se
plieguen a su mandato sin que valga el principio constitucional de la
autonomía.
Si los decanos elegidos ya no
pueden firmar y si las nuevas autoridades no serán elegidas solo queda el
páramo y la parálisis institucional, ni clases, ni exámenes, ni grados ni
diplomas, sin cobro o pago de facturas, sin servicios básicos. Y lo más grave no
se podrá abonar a tiempo las remuneraciones a docentes y administrativos que
reclamarán con toda justicia el carácter alimentista obligatorio del monto que deben
recibir por la labor realizada de acuerdo a contrato.
Al denegar el registro de firmas de los decanos y presidentes de Comisión de Gobierno de
las diversas facultades, por observación tardía de procedimientos electorales,
se ha producido un descabezamiento descomunal.
¿No lo pensaron? ¿Dónde queda la responsabilidad de la SUNEDU y de su jefe
inmediato el Ministro de Educación? ¿Desconocen el diálogo, la persuasión y el
acercamiento como claves para una buena gestión reguladora?
El precedente es nefasto
y exige rectificación urgente e inmediata. Las instituciones importan y no son
propiedad de nadie, menos de un gobierno de salida que no vacila en atropellar
derechos de toda una comunidad académica.