CRISIS
DE GOBIERNO
Los
jóvenes indignados que salieron a las calles de Lima a protestar contra la manipulación
y excesiva politización de la elección de las altas autoridades del Tribunal
Constitucional, del BCR y del Defensor
del Pueblo parecen ser sólo la punta de un iceberg que muestra parcialmente el
descontento de la población frente a un gobierno que está acumulando frentes de
oposición y reclamos gremiales. Desde los profesores, estudiantes y rectores de
las universidades públicas pasando por los empleados públicos y continuando con
los maestros, médicos, enfermeras y técnicos. Todos piden que se modifiquen
normas o que se cumpla con lo que el gobierno les prometió.
En
menos de una semana, dos movilizaciones masivas en el centro de Lima,
y una tercera anunciada, ponen al gobierno de Ollanta Humala en jaque al
cumplir sólo dos años de su mandato. Las fiestas patrias coinciden con la
indignación y el Congreso que será, como todos los años, el escenario de las
celebraciones, está también bajo fuego, cuestionado por la llamada repartija y
otras lindezas, aunque los congresistas no parecen darse cuenta de su fuerte
impopularidad. No escuchan a quienes
queriendo llevar agua a otros molinos,
satanizando la democracia, los partidos y las instituciones han llegado a pedir
el cierre del Congreso, lo que equivaldría a arrojar el agua con el bebe
adentro.
La
popularidad del presidente está de bajada, al igual que la de su consorte que luce
más política que él lo cual empieza a generar fuertes resistencias en la
población y en los poderes fácticos. Se requiere con urgencia que los reflejos
democrático funcionen, en un momento en que no solo el gobierno tiene problemas,
lamentablemente los partidos políticos, con sus altos líderes, los ex presidentes
García, Toledo y Fujimori, cuestionados,
investigados o sentenciados por corrupción, respectivamente, están también
jaqueados.
Llueve
sobre mojado. El pacto político de cuatro partidos fue repudiado por la
población en tanto no sirvió para elegir a los mejores sino a los más
convenientes para los intereses de cada grupo. El cuoteo fue identificado como un mercadeo de la representatividad asignada a los
congresistas. Hubiera sido menos evidente si hubieran tenido el tino de
seleccionar personas calificadas sin conflictos de interés aun cuando tuvieran
militancia partidaria. Otro elemento que exacerba la rabia es que pareciendo la
protesta legítima la policía reprime torpemente, dispersa con violencia a gente
cuyo reclamo es el mismo que formuló el Presidente exigiendo la rectificación
que finalmente se produjo.
Una
comedia de equivocaciones que puede tener un costo muy alto para el gobierno. Ojalá
la nueva directiva del Parlamento logre bajar tensiones y el Presidente con su
mensaje renueve esperanzas en un régimen que demasiado temprano exhibe
debilidad. Así que ni oposición ni gobierno pueden tirar demasiado de la cuerda,
guardar las formas y cuidar la democracia que tanto nos costó recuperar. Hay razones para
preocuparse.
Un aparte. Mi profundo agradecimiento para Uri Ben Schmuel,
Francisco Huanacune y Mauricio Mulder por la generosidad de sus palabras al presentar mi libro
DIOSES, DIABLOS Y FIERAS, Periodistas en el S XXI, editado por el Fondo
Editorial del Congreso, el martes 23 pasado en el Ilustre Colegio de Abogados
de Lima. Gracias igualmente al Decano Raúl Chanamé y a Erasmo Reyna por la impecable organización
del evento. Y por
supuesto a la masiva audiencia que nos acompañó. Felices Fiestas!!