sábado, 28 de mayo de 2016



LA DEFINICION MORAL


Mi columna HOJA DE TIEMPO en Correo el 28 05 16

Vamos a elegir gobierno a partir de propuestas y capacidades pero la atención se centra en la mejor pulla y en cómo fue respondida, en la ambición de poder y quien la exhibe mejor, en la actitud, las ganas, la forma aunque ella implique que se atropelle, se mienta o se improvise. 

Lo que no se debate es lo moral, lo que no se dice es que estamos ante una decisión que podría liquidar la democracia que tanto nos costó recuperar en el 2000 y regresar al país a la dictadura que rechazamos por sus violaciones de derechos humanos y su corrupción generalizada. 

Seguramente no es la democracia que soñamos pero es la que tenemos y debemos perfeccionarla ligándola con la ética y los principios. Pero estamos haciendo el camino inverso decidiendo a favor de quien encarna ese fujimorato que creímos haber dejado atrás. Y ahora nuevamente en pie de lucha y de resistencia vemos que muchos de nuestros soldados de entonces han cedido a los cantos de sirena que prometen un neofujimorismo. Creyendo en un cambio mil veces proclamado pero inexistente. 

Tiene razón Gustavo Gorriti cuando aconseja a Kuczynski plantear, con energía, con indignada pasión, este domingo, que el Perú está ante la elección más importante desde el 2000 porque confronta democracia y dictadura. 

Se juega el destino nacional y le toca a PPK retratar la naturaleza real de la candidatura de Fujimori. Hasta ahora le ha faltado contundencia y le han sobrado reparos para poner la discusión en el sentido moral donde Fujimori definitivamente hace agua. Y por supuesto le corresponde convocar a todas las fuerzas democráticas -más allá de las legítimas diferencias que pudieran existir- para movilizarse en una cruzada que evite el drama nacional del retorno del fujimorismo.




SIN LUGAR PARA LA ÉTICA

Publicado en Político.pe el 27 05 16

Francisco Miró Quesada Rada firma en el diario decano un excelente artículo sobre ética y fujimorismo. Coincide con el  fiscal Avelino Guillén en la advertencia que de llegar Keiko Fujimori al gobierno será una extensión de la voluntad política de su padre, expresión de una misma manera de entender la política, en la que se mezclan el autoritarismo con el populismo y el clientelismo. En donde el control del poder sirve para beneficiar al grupo que lo ejerza.
Palabras mayores. El debate final podrá convencer a los muchos indecisos pero lo único que no se discute es el aspecto moral, la ética que debería estar unida con la política como servicio. Porque, como afirma FMQ, votar por Keiko es hacerlo por su padre que de esta manera retornará al poder tras bambalinas. Una victoria de la hija Fujimori es la vuelta al pasado indeseable, al estilo autoritario del cual nunca ha renegado. Lo encarna. Tal vez no haya herencia biológica pero hay experiencia vivida y privilegios palaciegos disfrutados. Ello marca la actitud, como se dice ahora, que responde a la ambición por el poder y el dinero, algo que desde su adolescencia bebió en un entorno familiar disfuncional con una madre torturada, un padre autoritario y sin escrúpulos y un tío protector y eficiente, Vladimiro Montesinos, que cultivaba con fruición el poder omnímodo al alcance de la mano. La indignación y el temor resurge en quienes hicimos oposición en esos tiempos, que sufrimos el amedrentamiento y el sistema de corrupción que subordinó la libertad de prensa y de expresión y avasalló a muchos periodistas y empresarios de medios ¿Alguien podría asegurar que no se repetirá? La hipótesis de trabajo es el silenciamiento de lo inconveniente para dejar paso a la pulla irrespetuosa y a la ausencia de respeto. Al igual que en los diarios chicha las tribunas aguantan todo como sucedió en el debate en Piura.

FMQ desmiente el argumento de los partidarios de KFujimori que afirman que era muy joven para darse cuenta de los delitos y violaciones del fujimontesinismo. “Si a los 19 o 20 años una persona no distingue entre el bien o el mal, o tiene ceguera ética o carece de conciencia moral, esto sí es grave, muy grave. Sobre todo si pretende la primera magistratura de la nación”. Que importante sería poder discutir los aspectos morales ligados a lo político. Sobre todo porque Keiko Fujimori aunque no fuera elegida presidenta, ya tiene en el Legislativo una mayoría definitiva que tomará las decisiones cruciales para el país.