GOBERNAR
CON LAVA
JATO
En Correo el 18 02 17
Los peruanos estamos indignados por la corrupción de
grandes, medianos y pequeños. Temerosos por lo que pueda venir sin saber quiénes
más estarán implicados. Y angustiados en relación al presidente y al futuro del
país. Que solo 35% lo apruebe se debe a una mezcla de factores. Es cierto que la
tendencia a la baja estaba antes de Lava Jato pero continúa. Aunque la gran
mayoría está de acuerdo con las medidas adoptadas PPK es desaprobado por lo
poco hecho en seguridad ciudadana y porque la economía sufrirá un bajón mayor
que el previsto por el impacto de la corrupción en la estabilidad política y jurídica.
Los decretos legislativos pueden ser buenos pero ello no es suficiente para que
el ciudadano medio sienta que el piso no se mueve y que el gobierno podrá
culminar su mandato.
PPK tiene un gobierno débil con un gabinete técnico no
político, una bancada parlamentaria diminuta y poco solvente y un partido de
gobierno inexistente. Era así antes del escándalo Odebrecht, pero ahora es peor
con el ambiente político irrespirable por los rumores, las conjuras, las
amenazas, los riesgos y las denuncias posibles. Que Toledo, socio político
putativo de PPK, esté buscado en el mundo para que cumpla prisión provisional
abona al desastre.
La firmeza e imparcialidad de PPK no son suficientes, las
denuncias no acaban aquí y producirán tal ruido político y tal copamiento del
espacio que le será muy difícil gobernar. Para contrarrestar lo que se viene
requiere de un gabinete altamente político, que le sirva de segunda fila para
sostener sus decisiones con ministros que no miren a otro lado cada vez que haya
un cuestionamiento serio. Es momento de cambiar gabinete y de disciplinar su
bancada. De no hacerlo Lava Jato se lo comerá con zapatos y todo, aunque él no
esté involucrado en ningún soborno.