EL RELEVO DEMOCRÁTICO
EN EL 2021
En Político.pe del 18 02 17
La democracia es siempre una empresa
ardua e inacabada. La nuestra está bajo un embate especialmente tóxico, gran
parte de la clase política en nuestro país, como está sucediendo en otros
países de la región, se está viendo afectada por el descrédito de la
corrupción. Odebrecht ha hecho mucho daño. Mucho más del que se puede
cuantificar. No solo las grandes cantidades de dinero robado. También la
terrible inseguridad en los políticos pues no sabemos si el líder que
presumíamos confiable podría tener un precio.
La democracia real es siempre menos
atractiva que la democracia ideal. Pero, aun así, afectada como está en su
sustrato ético nos toca defenderla. Es como la salud: sólo la valoramos cuando
la perdemos. Defenderla ahora que vivimos la paradoja dramática de que Alejandro
Toledo que lideró su rescate hace 17 años es uno de los políticos que la ha
vulnerado en sus principios éticos republicanos.
La
alternancia es un traspaso no violento del poder. Es la característica central de la democracia que se
da por la voluntad de los ciudadanos a través de las urnas para elegir entre
quienes postulan ofreciendo lo mejor para gobernar. La alternancia en el poder es el meollo
de la democracia. Para ello debe haber liderazgo político
acompañado de autoridad moral, competencia y honestidad, y del respeto a la Ley
como indicador de la madurez de una sociedad.
Hace poco hemos logrado nuestra cuarta
transferencia después de una justa electoral pero el mandato de PPK se está
ejerciendo bajo fuertes vientos de fronda. La corrupción detectada y la que
ciertamente vendrá amenazan con dejarnos un páramo en cuanto a líderes
políticos. Existe desencanto pero sobre todo inseguridad en que los líderes que
vienen sean los que necesitamos, que no sean otra estafa moral. Con dos
expresidentes en la cárcel y otro amenazado de prisión se puede comprender este
estado de ánimo. Para superarlo y lograr el relevo en la emblemática fecha del
2021 se requiere que PPK permanezca en la presidencia y que sus colaboradores
ostenten suficiente transparencia, honestidad, firmeza e imparcialidad para
darnos seguridad. A contracorriente de la peligrosa desilusión y desconfianza
que se extiende como una sombra oscura y siniestra. Y de la irresponsabilidad
de quienes anuncian que caerá irremediablemente, el país necesita que PPK
continúe y que haga lo posible por reconstruir la fe perdida con los escándalos
que lamentablemente vivimos.
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