TENEMOS DERECHO A SABER
En Correo el sábado 6 de Julio 2020
Estamos viviendo el momento más difícil de nuestro país y de nuestra
sociedad, una etapa que pasará a la historia como muy dolorosa. Somos testigos
excepcionales y la información que dejaremos son las lecciones de lo que
aprendimos, de lo bueno y lo malo que hicimos o dejamos de hacer para proteger
la vida como primer derecho humano. Tan importante como eso, vamos generando la
memoria colectiva que debe ser preservada a toda costa. Pero este gobierno no lo asume como obligación
y manipula la información desde la publicidad oficial o de las ayudas económicas
a las empresas mediáticas afectadas por la crisis. Los medios no son iguales a otras
empresas, trabajan con la conciencia social y deben guardar independencia de
los poderes políticos y económicos para estar en capacidad de denunciar lo
denunciable como la malversación de fondos del Estado, o el número falseado de
fallecidos o los errores en el manejo de la pandemia y sobre todo no exaltar por
consigna liderazgos inexistentes. Tenemos derecho a saber la verdad. Es
inadmisible que el hackeo al diario Expreso, que se esfuerza por dar a conocer
disidencias con el pensamiento único y críticas al manejo sanitario y económico,
no haya motivado mayores protestas. Necesitamos conocer los números reales y
rechazar las distorsiones y para ello están las libertades de prensa y de
expresión que integran el derecho a la información. Pero su defensa ha estado
ausente o con volumen inaudible. La democracia deliberativa admite todas las
opiniones sin demonizar a críticos o adversarios. El
hacker contra Expreso quiso también destruir dos décadas de su archivo
periodístico. Podemos estar en desacuerdo con los
contenidos que difunde pero no con su derecho a exponerlos más aun en tiempos
en que personajes ineptos actúan contra nuestro derecho de registrar la historia real y mantener la memoria del riesgo que debemos superar hoy y mañana.