EL CONGRESO
EN LA
MIRA
En Correo mi columna HOJA DE TIEMPO el 2 de junio 2018
Mientras el Congreso entregaba la medalla de
Honor al Cardenal Juan Luis Cipriani “en
merito a su destacada vida pastoral y labor evangelizadora, trayectoria como
primado de la Iglesia Católica del Perú y por su compromiso de la paz en
nuestro país” en otra esquina monseñor Pedro Barreto, muy próximo
Cardenal, cuestionaba duramente al mismo Congreso por la
compra de televisores, frigobares y computadoras y porque se encuentra “de
espaldas a la realidad del país” lo que significa una corrupción que no debemos
aceptar porque es un poder del Estado.
Barreto es muy duro pero conecta con la ola de
críticas al Parlamento y con su baja aprobación. Denostó a los legisladores que incumplen con “dictar leyes a favor de la
sociedad” y por la falta de “resultados positivos”. Afirmó que viven del Estado
y no quieren soltar la ‘mamadera’, expresión complicada para la plaza Bolívar.
Al chubasco se agregó el presidente de la CONFIEP,
Roque Benavides, quien percibe "mucho,
mucho populismo" en el Congreso cuando
de lo que se trata es de aprobar las reformas necesarias para promover la
actividad económica en el país.
De estas críticas a las marchas en las calles hay
pocos pasos. La coincidencia exige un parlamento distinto. No hay colisión de
poderes pero enfrentamos una situación grave de incapacidad y de esa corrupción
que los keikovideos hicieron evidente. La gente no olvida y después de casi dos
años de choque abierto se espera una acción alejada de todo populismo o
demagogia. La mala imagen parlamentaria afecta todas las bancadas pero la de los
fujimoristas es la que dirige y decide gastos desmesurados, viajes y asesores que no producen y comisiones innecesarias. Les toca escuchar las voces
críticas y los gritos de la calle. Más ahora cuando se aprestan a elegir nueva
Directiva, ojalá plural y diferente, y a desaforar a Kenyi y amigos. Veremos.