domingo, 3 de enero de 2016


LO PRIMERO: DEFENDER LA VIDA


Es absurdo que Humala hable de liderazgo si los peruanos viven jaqueados por la inseguridad.
Según Ollanta Humala, su gobierno nos está dejando un Perú “tremendamente superior" al que recibió. No opinan lo mismo las víctimas de la violencia y de la inseguridad que sobrevivieron para contarlo.
Bien que elogie los programas sociales y que afirme la gestión democrática, pero lo primero es lo primero. La obligación que justifica la acción de todo gobierno es la defensa de la vida. Si fracasa en ello, como está sucediendo, se descalifica por sí mismo, se deslegitima, y la democracia pierde sus bases de confianza y credibilidad.
El sustento sólido para seguir creciendo y reduciendo pobreza —para el desarrollo personal y familiar— es la seguridad, la defensa de la vida para poder trabajar y subsistir sin temor a la agresión, al atentado, al chantaje, a las balas. Absurdo hablar de liderazgo nacional y en la región con peruanos jaqueados por las angustias y la fragilidad del valor supremo que es la vida.
La mayor justicia social, el mejor desarrollo productivo y la más amplia inclusión posible con crecimiento sostenido es simple demagogia y vana promesa, sin seguridad, confianza ni esperanza de que cada día retornaremos al hogar sin problemas y sin muertes.
El voto por Humala en el 2011 fue inducido por el temor a la violencia que se extendía amenazante. Como militar alimentó la ilusión de la capacidad, la energía y la voluntad política para fortalecer la sociedad y la democracia en el flanco más sensible que es la defensa de la vida.
Cuatro años y medio después ningún discurso oficial convence si convivimos con el peligro y el riesgo en cada esquina, que toca las puertas de tu casa o planea como fuerza siniestra desde los teléfonos.
Por eso, cuando Ollanta Humala defiende su gobierno y ataca a sus adversarios la gente lo descalifica. Continúan en agenda sus promesas inconclusas y quien incumplió no tiene autoridad para criticar ni exigir. Puede romper la neutralidad pero la gente no le escucha y menos le cree. Si incumplió lo básico y fundamental y por incapacidad no pudo dar seguridad, lo que ahora diga resulta poco relevante.
Este es el verdadero legado de Humala, la continuidad de la angustia por la vida. Por eso su aprobación cae continuamente hasta el 16%, para muchos sobrevaluado. Hemos vivido otro año al filo de la navaja. Más desprotegidos que nunca. Cuando Humala asumió la presidencia, la tasa de homicidios era de 5.4 por cada 100 habitantes, el 2015 aumentó al 6.7. La defensa de la vida es y será el eje de la campaña, y la primera obligación del gobernante que elijamos.

"Libertad para los presos políticos en Venezuela"

 

DIA D: SUNEDU AVASALLA


Mi columna HOJA DE TIEMPO publicada en Correo el 02 01 16 

Vivimos en un Estado de Derecho con leyes que obligan a todos, donde suponemos que nadie puede actuar según su interés propio o su personal parecer. Pero para las universidades públicas el año comienza con una crisis de legalidad debido a la prepotencia del gobierno. Constitucionalmente está claro que la autonomía es un principio inamovible, pero como siempre se viola el principio y la pita se rompe por lo más delgado lesionando el interés de la comunidad universitaria y de los estudiantes que el gobierno afirma pretende defender.

Comienza 2016 y se cumple el plazo que dio la SUNEDU para que se vayan los rectores que persisten en cumplir sus periodos. La ley universitaria no dispone que deban salir inmediatamente ni da atribuciones a ninguna institución para presionar, obligar o exigir que cesen el último día del 2015.


En pie de guerra, la Asociación de Universidades del Perú acordó que no cesarán a las autoridades elegidas democráticamente las que deberán culminar sus periodos. Posición razonable y legal que sin embargo aparece a contracorriente de una fuerte campaña mediática que distorsiona un tema tan simple pero con muchas aristas políticas. Simple porque cuando los rectores llamados “rebeldes” cumplan sus periodos renovarán autoridades en sus universidades. 
Solo unos cuantos meses son suficientes para rechazar el avasallamiento gratuito de la SUNEDU que amenaza con denunciarlos ante el Poder Judicial e incluso con llevarlos a prisión por rebeldía
Dónde queda entonces la autonomía? Constitucionalistas notables como Víctor García Toma y Domingo García Belaunde la han defendido señalando claramente que la Ley no dispone plazos para el cese de dichos rectores. Sin embargo el congresista Daniel Mora habla absurdamente de flagrancia y el procurador de la SUNEDU se permite amenazar con demandas a decanos y miembros de las asambleas estatutarias por presuntos delitos de usurpación de funciones y desobediencia a la autoridad, con penas de 7 y 3 años. 
Abuso mayúsculo. Lo peor es que las sanciones administrativas afectarán a los estudiantes y profesionales recientemente graduados pues a partir del Día D no se reconocerán diplomas con dichas firmas. Anularán, asimismo, el acceso a los fondos del Ministerio de Educación. 
Las universidades públicas están bajo inadmisible presión económica, política y mediática debido a la prepotencia oficial y a un reconocible abuso de autoridad. Es urgente una consulta constitucional que responda cuál es la Ley que da a la SUNEDU la facultad de cesar rectores y de fijar plazos para elecciones internas. ¿Qué parte de la Ley Universitaria así lo establece?