EL TIEMPO DE LOS MIEDOS
En Correo el 03 de noviembre 2018
Estamos bajo
el impacto de la larguísima audiencia en la cual Richard Concepción Carhuancho,
desarrolló los fundamentos para la prisión preventiva por 36 meses para Keiko Fujimori, por presunto lavado de
activos. El sismo político es de proporciones, la primera fuerza parlamentaria comienza
a hacer agua afectada por desorientación, desbande, preocupación extrema al
punto que la Junta Directiva emanada del fujimorismo ya no responde a su cúpula
con el argumento plausible -aunque bastante artificial- de la imparcialidad.
Después de más de dos años de avasallamiento naranja aparecen tardías
conciencias de unidad nacional, de diálogo, de sensatez desconocida sin mucha
credibilidad.
El fujimorismo
asimila el golpe mientras Daniel Salaverry busca perfil propio y trata de
defender la institucionalidad parlamentaria con el aplauso de la oposición. No
hay confrontación con el Ejecutivo salvo por las diferencias respecto del
Fiscal de la Nación convertido en personaje clave de todas las disputas y de
todos los miedos. Da la impresión de que Lava Jato genera más temores y
convulsiones de lo que muchos se atreven a admitir. Esta polarización política no
es ideológica ni política, es simplemente defensiva frente a las culpas y
prisiones que podrían alcanzar a diversos sectores y líderes. Y dentro de ello
se llega a extremos como la abierta crítica y hostilidad del fiscal Domingo
Pérez contra su Jefe institucional. Algo inadmisible. La respuesta de Pedro Chávarry
ha sido aún más grave pues usa como escudo el tema Chinchero demasiado sensible
porque podría alcanzar al mismo Martín Vizcarra. Y a partir de ahí se anuncian
presuntos escenarios golpistas y movidas militares. Lo peor que podría pasar
sería la fujimorización de Vizcarra desde que no tiene partido y podría buscar
soporte castrense. Lo único sensato es la aproximación política, el diálogo y
la movilización en defensa de la democracia. Y del equilibrio y la autonomía de
las instituciones.