¿ANTE LA FUJIMORIZACIÓN
DE VIZCARRA?
En Político.pe el 03 de noviembre 2018
El
fujimorismo está profundamente lesionado. Martín Vizcarra le asestó varias derrotas cuando hábilmente logró imponerse a la primera fuerza parlamentaria que
a pesar de su alto número de congresistas tuvo que alinearse ante la amenaza de
la cuestión de confianza y del cierre posible del Congreso. Y como si fuera
poco le ha seguido la audiencia contra la cúpula de Fuerza Popular por presunta
organización criminal que habría incurrido en lavado de activos. El climax
político se ha dado con la prisión para Keiko Fujimori.
Ante esta
situación el desbande del fujimorismo ya es evidente, demasiados temores en los
diversos sectores propician que ataquen y defiendan al Fiscal de la Nación Pedro
Chavarry, alto funcionario que desde su nombramiento permanece bajo fuego de
quienes temen los juicios, las culpas y las prisiones que podrían afectarlos por
Lava Jato.
Estamos
habituados a la división entre fujimoristas y antifujimoristas pero la
polarización que hoy divide al país no es política ni ideológica, es por
temores y por defensas. Nadie quiere ser el siguiente en las decisiones del canero
juez Richard Concepción Carhuancho. La judicialización de la política hace que
los magistrados se conviertan en estrellas políticas, las que pueden determinar
escenarios a favor o en contra.
Por eso y
con ese empoderamiento, el fiscal Domingo Perez aprovechó la salida de su audiencia
no para insistir en su argumentación jurídica sino para atacar a su superior
jerárquico, el Fiscal de la Nación. Algo inadmisible dentro de la lógica
institucional pero indudablemente rentable en la ruta del aprovechamiento político
de la tribuna que marcó la hoy vicepresidenta del Congreso Yeni Vilcatoma.
Pero lo peor
por sus consecuencias ha sido la respuesta de Pedro Chávarry al imputar a
Domingo Pérez una sociedad con el Ejecutivo para sacarlo de ese alto y decisivo
cargo. Y en esa línea atribuirle lenidad o inacción en el caso Chinchero a su
cargo, demasiado sensible desde que podría llegar a desestabilizar al mismo
presidente Martin Vizcarra.
Si Chinchero
está en la agenda de la Fiscalía el Ejecutivo podría sentirse en riesgo y por ello
exigir la cabeza del Fiscal de la Nación como lo han hecho en repetidas
oportunidades Vizcarra y Villanueva, lindando éste último con el chantaje
político al subordinar el diálogo a la salida de Chávarry.
Hasta ahora
la popularidad del presidente se ha sustentado en su habilidad para manejar la
coyuntura que le ha deparado sucesivas victorias políticas hasta colocarnos al
borde de un referéndum para concretar importantes reformas políticas que el
fujimorismo no tenía voluntad de asumir.
Pero un
emplazamiento judicial de tipo penal sería demasiado serio para Martín Vizcarra,
la desestabilización política acecha y como presidente podría ceder a la
tentación de descansar en el soporte castrense. De ahí los rumores de golpe
incentivados por los cambios a destiempo en los mandos militares
institucionales.
Si el
presidente Martín Vizcarra se fujimoriza, tomando como ejemplo el nefasto cinco
de abril de 1992, estaríamos ante un riesgo que nuestra democracia no se puede
permitir. Para defenderla necesitamos de la unidad y del diálogo de todas las
fuerzas para respaldar el equilibrio de poderes y la autonomía de las
instituciones. Y por supuesto de la movilización por conciencia democrática. Por
ahí empieza el estado de derecho y por supuesto la justicia que debería estar lo
más alejada posible de la venganza y por supuesto de los histrionismos
interesados en obtener réditos y figuretismo político.
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