domingo, 11 de agosto de 2013

CRISIS DE CREDIBILIDAD


 
¿QUIÉN LE CREE AL GOBIERNO?

 
La huelga médica está en su cuarta semana y de las desavenencias se ha pasado al conflicto abierto. Para los médicos, y para las enfermeras que se les han sumado, es una cuestión de principios y de dignidad. La misma ministra de salud que hoy los enfrenta y pretende descalificarlos es quien les prometió un incremento de 1500 soles para que terminaran la huelga pasada. Hoy se atreven a decir, varios meses y amarguras después, que ese aumento prometido no es posible. Y de vincularlo con una reforma de salud que ojalá se concrete con la participación en su diseño y ejecución de los profesionales de la salud hoy malamente decepcionados por las promesas incumplidas.

¿De quién es la responsabilidad de esta situación en la que se acumulan desencantos y desencuentros?. Las calles han expresado indignación y la protesta no ha pasado, sigue siendo actual y las frustraciones se acumulan. La credibilidad del Estado, y de las más altas autoridades está siendo mellada, lo cual abona en la deslegitimación que afecta a los poderes del Estado y a los partidos políticos.

Nadie podría estar en desacuerdo con la reforma del Estado, con la de la Educación, o la de la Salud, pero el gobierno está manejando estos aspectos neurálgicos con la delicadeza de un elefante en una cristalería. Hoy tiene en las calles a médicos y enfermeras, ayer estuvieron los jóvenes y estudiantes universitarios, mañana estarán los empleados públicos y trabajadores, y sigue la ronda con los gobiernos regionales que reclamarán por los recortes del canon.
 
La administración pública junto con los servicios y la seguridad están en la agenda de las urgencias pero increíblemente las propuestas se formulan sin tener el favor de los principales involucrados. Ni las universidades, ni los empleados públicos ni los médicos y enfermeras se sienten parte del aliento reformista que parece animar al presidente y su entorno sin que logren conectarse con quienes serían sus actores y beneficiarios. Se requiere diálogo, seriedad, esfuerzo sistemático. No bastan las declaraciones y los discursos. Es indispensable la coherencia del gobierno para que cumpla lo que promete. Para que negocie con las centrales sindicales prontas a realizar un paro nacional. Para que explique y difunda lo positivo de las reformas planteadas a quienes deben ejecutarlas.
 
Se agrega al descrédito del Ejecutivo y del Congreso, el del Poder Judicial, a partir de las recientes grabaciones que se han difundido y que desacreditan a altos funcionarios vigentes y actuantes. Demasiados frentes, excesivo descontento acumulado, ausencia de autoridades legitimadas, partidos débiles y con escasa iniciativa. ¿A qué estamos jugando?. No podemos mantener el enfrentamiento y la tensión indefinidamente. La crisis de confianza en el gobierno, en los políticos y autoridades, nos afecta a todos. Excesivo enfrentamiento y deslegitimación lleva indiscutiblemente a la inestabilidad. Cuidado!