domingo, 16 de diciembre de 2018


¿PRIVATIZACION 
DE LA SALUD?

En Correo el 15 de diciembre 2018

Martin Vizcarra asumió serios compromisos respecto de las reformas judicial y política. Comenzó con una reunión de titulares de los poderes e instituciones involucrados con la justicia. Excelente, salvo por la exclusión del titular del Ministerio Público, Gonzalo Chávarry, quien representa una entidad esencial para el objetivo. El presidente también abordó las necesidades del sector salud que siguen siendo clamorosas pero no aludió a que el MINSA habría decidido que el sector privado mantenga y opere siete hospitales y cinco instituciones especializadas, con más de 50 años, bajo el esquema de “bata gris” que no incluye el servicio médico y administrativo. Esto aparece en el Informe Multianual de Inversiones en Asociaciones Público Privadas en Salud 2019-2021. Y entre los hospitales figuran algunos emblemáticos como el Loayza, el Dos de Mayo y el de Emergencias Casimiro Ulloa. Estaríamos ante una enorme decisión cuyas aristas no han sido debatidas ni esclarecidas.

Sería muy grave asumir la privatización de la salud pública sin evidencia positiva de su aplicación en países en desarrollo y más bien con experiencia documentada de fracasos, Colombia intentó un modelo similar y después de 10 años debió cambiar radicalmente. Con la salud pública en emergencia necesitamos cobertura universal y atención médica de calidad para los que tienen menos. Muy pocos pueden pagar la salud que venden las clínicas y entidades privadas. Una decisión como esta es de interés de todos y no puede ser de una cúpula. El primer objetivo del Estado es la defensa de la vida. Cuando indicadores claves como el de la anemia infantil y programas de control de enfermedades han desmejorado e incrementado el riesgo social, muy pocos creerán que será el sector privado el que los atenderá sin priorizar la ganancia que es su norte. ¿Hay resultados de la famosa Bata gris en la región? Comencemos a debatir esta gran alerta roja.






¿Y DESPUÉS DEL REFERÉNDUM QUÉ?
En Político.pe el 15 de diciembre 2018
Martín Vizcarra ganó largamente su apuesta sobre el referéndum realizado con mucha desinformación y sin debate sobre las reformas votadas. Vizcarra que entró por la puerta chica del reemplazo y buscaba consagración plebiscitaria, la logró.
Lamentamos que la oportunidad de tener un Senado tan necesario se haya malgastado tan caprichosamente porque la cuestión de confianza por la cual Vizcarra la descartó ya había recibido la descalificación del Tribunal Constitucional. La consigna presidencial debió ser modificada pero eso no se produjo.
La no reelección parlamentaria inmediata conectó con  el rechazo al Congreso. Las nuevas reglas para el financiamiento de los partidos políticos aparecen indispensables para el adecentamiento de la política y marcarán la contienda del 2021.
Pero terminada la euforia ahora toca gobernar y demostrar capacidad de conducir el barco a buen puerto sin demagogia, dejando de lado la búsqueda de popularidad.
Hoy toca defender las instituciones y ratificar la autonomía de los poderes del Estado. Cesar los ataques a los partidos políticos para cerrar el paso a los improvisados que hacen antipolítica, sea porque quieren perseguir a los partidos como organizaciones criminales o porque los consideren innecesarios.
No es así. La política es el arte de consensuar y construir para el servicio a la comunidad. En lugar de eso tenemos la desmedida violencia y la agresividad social con medios de comunicación que se alinean con estos ánimos poniéndose de lado del gobierno que los defendió ante la Ley Mulder. La relación medios gobierno ha quedado distorsionada. Y se ha visto con el espionaje a Alan García bajo el pretexto de la protección. Las explicaciones del Ministro del Interior, Carlos Morán, no han sido convincentes. Y ahora toca al gobierno proteger a su ministro interpelado en un peligroso ambiente de odios y circo romano ni democrático ni positivo.
En democracia se procesa con pruebas. Y eso vale para todos. Las persecuciones, la inquina, el odio significan poner por delante el estímulo de las pasiones y dejar de lado la racionalidad.
Ya no gobiernan las turbas. Hace tiempo que dejamos esa etapa en la historia de la humanidad. Después del referéndum y del asilo negado al líder aprista los reflectores siguen sobre su persona y sobre la justicia peruana que deberá aplicarse de acuerdo a las garantías, especialmente la presunción de inocencia. Mucho más si se ha pregonado que en el Perú existe división de poderes. Toca detener la judicialización de la política para que la lucha contra la corrupción no sea sinónimo de encarcelamiento sin pruebas. No queremos que nadie escape ni tampoco que se victimicen los culpables como si fueran perseguidos.
El equilibro viene de la misma Carta Magna que establece impartición de justicia pero con garantías como la presunción de inocencia que no se respeta cuando la prisión preventiva es la norma debiendo ser la excepción como lo ha dicho claramente el TC.