¿PRIVATIZACION
DE LA SALUD?
En Correo el 15 de diciembre 2018
Martin
Vizcarra asumió serios compromisos respecto de las reformas judicial y
política. Comenzó con una reunión de titulares de los poderes e instituciones involucrados
con la justicia. Excelente, salvo por la exclusión del titular del Ministerio
Público, Gonzalo Chávarry, quien representa una entidad esencial para el
objetivo. El presidente también abordó las necesidades del sector salud que
siguen siendo clamorosas pero no aludió a que el MINSA habría decidido que el
sector privado mantenga y opere siete hospitales y cinco instituciones
especializadas, con más de 50 años, bajo el esquema de “bata gris” que no
incluye el servicio médico y administrativo. Esto aparece en el Informe
Multianual de Inversiones en Asociaciones Público Privadas en Salud 2019-2021. Y
entre los hospitales figuran algunos emblemáticos como el Loayza, el Dos de
Mayo y el de Emergencias Casimiro Ulloa. Estaríamos ante una enorme decisión
cuyas aristas no han sido debatidas ni esclarecidas.
Sería
muy grave asumir la privatización de la salud pública sin evidencia positiva de
su aplicación en países en desarrollo y más bien con experiencia documentada de
fracasos, Colombia intentó un modelo similar y después de 10 años debió cambiar
radicalmente. Con la salud pública en emergencia necesitamos cobertura
universal y atención médica de calidad para los que tienen menos. Muy pocos
pueden pagar la salud que venden las clínicas y entidades privadas. Una decisión
como esta es de interés de todos y no puede ser de una cúpula. El primer
objetivo del Estado es la defensa de la vida. Cuando indicadores claves como el
de la anemia infantil y programas de control de enfermedades han desmejorado e
incrementado el riesgo social, muy pocos creerán que será el sector privado el
que los atenderá sin priorizar la ganancia que es su norte. ¿Hay resultados de
la famosa Bata gris en la región? Comencemos a debatir esta gran alerta roja.
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