¿Y DESPUÉS DEL REFERÉNDUM QUÉ?
En Político.pe el 15 de diciembre 2018
Martín Vizcarra ganó largamente su apuesta sobre el referéndum realizado con
mucha desinformación y sin debate sobre las reformas votadas. Vizcarra que entró por la puerta chica
del reemplazo y buscaba consagración plebiscitaria, la logró.
Lamentamos
que la oportunidad de tener un Senado tan necesario se haya malgastado tan caprichosamente
porque la cuestión de confianza por la cual Vizcarra la descartó ya había recibido
la descalificación del Tribunal Constitucional. La consigna presidencial debió
ser modificada pero eso no se produjo.
La no
reelección parlamentaria inmediata conectó con
el rechazo al Congreso. Las nuevas reglas para el financiamiento de los
partidos políticos aparecen indispensables para el adecentamiento de la
política y marcarán la contienda del 2021.
Pero terminada la euforia ahora toca gobernar y demostrar
capacidad de conducir el barco a buen puerto sin demagogia, dejando de lado la
búsqueda de popularidad.
Hoy toca defender
las instituciones y ratificar la autonomía de los poderes del Estado. Cesar los
ataques a los partidos políticos para cerrar el paso a los improvisados que hacen
antipolítica, sea porque quieren perseguir a los partidos como organizaciones
criminales o porque los consideren innecesarios.
No es
así. La política es el arte de consensuar y construir para el servicio a la
comunidad. En lugar de eso tenemos la desmedida violencia y la agresividad social
con medios de comunicación que se alinean con estos ánimos poniéndose de lado
del gobierno que los defendió ante la Ley Mulder. La relación medios gobierno ha
quedado distorsionada. Y se ha visto con el espionaje a Alan García bajo el
pretexto de la protección. Las explicaciones del Ministro del Interior, Carlos
Morán, no han sido convincentes. Y ahora toca al gobierno proteger a su
ministro interpelado en un peligroso ambiente de odios y circo romano ni
democrático ni positivo.
En democracia se procesa con pruebas. Y eso
vale para todos. Las persecuciones, la inquina, el odio significan poner por
delante el estímulo de las pasiones y dejar de lado la racionalidad.
Ya no gobiernan las turbas. Hace tiempo
que dejamos esa etapa en la historia de la humanidad. Después del referéndum y
del asilo negado al líder aprista los reflectores siguen sobre su persona y sobre
la justicia peruana que deberá aplicarse de acuerdo a las garantías,
especialmente la presunción de inocencia. Mucho más si se ha pregonado que en
el Perú existe división de poderes. Toca detener la judicialización de la
política para que la lucha contra la corrupción no sea sinónimo de encarcelamiento
sin pruebas. No queremos que nadie escape ni tampoco que se victimicen los
culpables como si fueran perseguidos.
El equilibro viene de la misma Carta Magna
que establece impartición de justicia pero con garantías como la presunción de
inocencia que no se respeta cuando la prisión preventiva es la norma debiendo
ser la excepción como lo ha dicho claramente el TC.
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