lunes, 26 de marzo de 2018


UNA NUEVA ERA 
CON ESPERANZA
Publicado en Político.pe el 24 03 18
Martín Vizcarra ha logrado en poco tiempo y con pocas palabras levantarnos de la depresión y de la pena. Su juramentación, su talante fresco y sencillo, su discurso con pocas ideas pero muy esperadas han cambiado el espíritu colectivo, algo que parecía difícil por no decir imposible.
Estábamos instalados en el terreno de la antipolítica y de los antivalores. Presumíamos que el gobierno de PPK y sus aliados Alberto y Kenji Fujimori habían montado una operación de compra de votos para impedir la vacancia presidencial ofreciendo obras y poder local.  Y el mesiánico Moisés Mamani, al que nunca antes conocimos por su brillantez, logró separar las aguas para unir a los que tenían dudas y a los que estaban seguros de que PPK debía irse. Vimos al hacedor del milagro o de la emboscada, el que grabó a los operadores del transfuguismo y dejó al descubierto el cinismo oficial del gabinete cuyos miembros se atrevieron a negar lo que estábamos viendo y escuchando. Pero también dejó en claro la corrupción congresal. No olvidar que los videos y audios son un verdadero bumerán en acción.  
Esa antipolítica criolla, a base de videos y audios, privilegia el engaño, es la delación que premia la habilidad de sorprender al enemigo con las manos en la masa y salir con el trofeo. Siguiendo la poderosa escuela del montesinismo que inspiró al fujimorismo corruptor de hace dos décadas cuyos métodos han renacido con la complacencia de muchos.
No olvidar que la gente rechaza a la clase política y sus métodos. Que los juzgadores y predicadores congresales que aprobaron la renuncia de PPK tenían una aceptación popular de solo 11% mientras que el renunciado tenía 19%.  

Ha sido felizmente un calvario corto en el que se impuso la sensatez y ahora tenemos a Martín Vizcarra en Palacio, un hombre que en muy poco tiempo y con pocos gestos y palabras ha sabido dar esperanzas a todos los que creían que todo seguiría igual o peor. Gran mérito del provinciano llegado fortuitamente al poder supremo.

Vizcarra ha podido ahogar en las gargantas hastiadas el grito de las calles “Que se vayan todos”. Su convocatoria y sencillez ha hecho resurgir la esperanza. Que no se pueden ir todos cuando lo que necesitamos son políticos correctos, íntegros y de buena voluntad, dispuestos a jugarse en la era Vizcarra.

Le toca construir su propia legitimidad que no logrará si solo sintoniza con los parlamentarios del 11% cuyas modalidades de trabajo se vieron también en los audios. La recuperación de la confianza en una honesta lucha anticorrupción pasa por aceptar que la representación nacional y los partidos que la integran deben al país una autocrítica. Los videos los han dejado muy mal.

Todo esto ha sido demasiado y muy grave, no debe haber borrón y cuenta nueva. El ya planteado desafuero de los cinco no los limpiará. No es posible mirar solo un lado de la historia que no acaba con la delación premiada ni con la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski. Con la asunción de Martín Vizcarra empieza el desafío.  



DE LA ANTIPOLITICA 
A LA ESPERANZA
Publicado en Correo el 24 03 18
Cuando los ingenuos queríamos entender el concepto de incapacidad moral permanente con preocupación por las secuelas de inestabilidad que pudiera traer, hacíamos aritmética contando los votos para adelantarnos al desenlace del debate de la vacancia presidencial, he aquí que interviene la antipolítica pura y dura con sus secuelas de inmoralidades y antivalores. Se impuso la revelación de la compra de conciencias al mejor postor mediante la grabación de los compradores. Y el escándalo puso contra las cuerdas a los oficialistas. Sin argumentos ni números más o menos, sin convicciones ni debate. A lo salvaje vimos la desnudez ética y el vamos ya a definir compadre esta situación que está durando demasiado.
Un servicial Moisés Mamani hizo de una criollísima delación premiada sus laureles heroicos. La oposición congresal, de mínima aceptación en las encuestas, puso a PPK contra la pared. Sus mercaderes estaban ofreciendo dádivas a cambio de votos. Y en los audios y videos vimos las modalidades de la corrupción que son moneda corriente aunque lesionen gravemente el interés público.
Al final de este escabroso camino tenemos nuevo Presidente y con él bocanadas de aire fresco y un renacer de la esperanza. El resultado del calvario salió positivo. Llegó el nuevo gobernante con un discurso fresco y sincero que trajo buenas vibras. Llamó a la unidad nacional para luchar contra la corrupción. A la fraternidad para descartar la repulsiva antipolítica. Su presencia y su talante franco y honesto permiten esperar una política decente, aquella que podemos enseñar a nuestros jóvenes para que puedan distinguir entre el interés privado y el público, para eliminar el estigma de la política del botín y la ganancia. Para hacer del estado de derecho y de la democracia una bandera desde la educación y el patriotismo. Bienvenida la era Vizcarra!

jueves, 22 de marzo de 2018


LA MAREA NEGRA 
EN ACCIÓN

En Político.pe el 17 de marzo 2018

Odebrecht tendió su maraña y creó una marea negra que se está engullendo personajes e instituciones. La población asiste incrédula y angustiada al escenario de la distribución de culpas que no ha dejado títere con cabeza. Todos los partidos políticos, salvo Acción Popular, están involucrados en la entrega de dinero negro. Algo presumible que viene de la angurria y desmesura de nuestra legislación sobre el financiamiento electoral que deja todas las fisuras para que dineros de origen reprobable irriguen la política nacional como en efecto ha venido sucediendo.

Discutir de traiciones y lealtades que significarían parámetros morales para la política cuando sabemos que no los tiene es casi como debatir el sexo de los ángeles o la curvatura del círculo. Lo peor es que la población lo siente así. Reprueba la trayectoria que mancha a PPK como primer mandatario que personifica a la nación pero no da mayor confianza a quienes desde un Parlamento cuestionado proclaman su lucha contra la corrupción cuando tienen inmenso rabo de paja y una historia que merecería mayor discreción, en especial en el caso del fujimorismo.

La calle no está involucrada en este absurdo y egocéntrico juego de tronos a pesar de las cifras en las encuestas que van a la baja. Las declaraciones de Barata echando lodo con ventilador han impactado para que no se reconozca autoridad moral a nadie. Y eso es lo peor porque las generalizaciones terminan en un que se vayan todos cuando nadie puede predicar incorruptibilidad. Nadie cree en la disputa por la gobernabilidad que vendría con la salida de PPK y el ingreso de Vizcarra a Palacio.

Todavía no hemos llegado a la mitad del mandato de PPK y los conflictos entre el Gobierno y el Parlamento nunca cesaron. De ahí la pérdida de confianza y el desencanto con ambos poderes. Todo está bloqueado, no hay esperanza de reformas importantes y lo que viene no es más de lo mismo sino que  parecería algo peor. La vacancia del presidente Kuczynski es una pesadilla que él debería ahorrarle al país con una renuncia. Pero hay excesivos intereses en juego, demasiados poderes que terminarían y por eso la gestión de PPK ha oscilado entre vacancia y disolución del Congreso contaminando la política reducida a grupos de intereses. 

Hemos llegado al nudo gordiano. Pero la ciudadanía no se siente involucrada ni tenida en cuenta. Ni espera verdaderos cambios en esa relación patológica de amor odio entre los dos poderes del Estado si cambia la cabeza del Ejecutivo. El tema es de fondo aunque nadie quiere verlo así, es la falta de autoridad moral de los políticos de todas las tiendas distribuidos entre acusadores y acusados. Nadie puede llenarse la boca de palabras de lucha contra la corrupción cuando han nadado en el mismo barro, salvo honrosísimas excepciones.

PPK tiene muy baja aprobación y el Legislativo tiene aún menos (17% y 14%, respectivamente, según la última encuesta de Ipsos). Los principales líderes políticos tampoco pueden estar orgullosos de sus cifras. De qué estamos hablando cuando nos ponen en dilemas sin pensar en el país y con egoísmos y soberbias que no tienen lugar en este complejo escenario que estamos viviendo.




LA TELENOVELA 
DE LA TRAICIÓN

Publicado en Correo el 17 de marzo 2018

El keikismo está jugando sus fichas en varios escenarios. Uno es la vacancia presidencial posible. Otro es la cortina de humo a las revelaciones detalladas de Jorge Barata que lo está poniendo contra las cuerdas. Otro es imponerse totalmente al Ejecutivo para tomar el mando del país, concentrando poderes. Y el escenario culminante sería evidenciar que puede cerrarle el paso al albertismo y al kenyismo para reinar solos dentro del fujimorismo.

Pero hasta ahora sus jugadas son de resultado imprevisible. Incluso la presión a Martín Vizcarra para que acepte algo que no puede dejar de aceptar que es asumir la presidencia en caso proceda la vacancia  de PPK. Y ello porque su lealtad no es con el mandatario sino con la nación que lo eligió para reemplazarlo y con la Constitución que considera para él una sola tarea. Reemplazar es el término que justifica su presencia y existencia como primer vicepresidente.

Ni el primer ni la segunda vicepresidente deben renunciar a su tarea constitucional de reemplazo, mucho menos antes que se defina una vacancia que está por verse. Si alguien tendría que renunciar sería PPK para evitarnos el bochorno nacional de la vacancia. Un anticipado juego de tronos nos coloca ante suposiciones e hipótesis de ficción. Lo único cierto es que el país está siendo engullido por una marea negra que deja a la clase política y empresarial cuestionada y sin autoridad moral. Entre revelaciones, cuestionamientos, detalles, procedimientos el país se desliza hacia un terreno en el que todos perdemos. Necesitamos más generosidad, racionalidad y desprendimiento dado que el daño ya está hecho aunque no lo quieran ver así.

Todo es coyuntura, no hay mirada de largo plazo ni búsqueda del saneamiento ético y democrático. Manejar el país como si estuviéramos mirando una telenovela de manera prescindente como si el destino del país no estuviera comprometido.



lunes, 12 de marzo de 2018



NO PODEMOS 
SEGUIR EN EL LIMBO
En Correo mi columna HOJA DE TIEMPO del 10 03 18
La esquizofrenia política se ha apoderado del país, dividido entre quienes ven que el gobierno de PPK se desenvuelve normalmente, conducido por un Presidente sincero, franco, que no tiene nada que ocultar ni ha ocultado nunca nada acerca de su desempeño como alto funcionario público durante varias décadas. Junto a una primera ministra que solo escucha por un oído y está instalada cómodamente en la nube desde donde cree que ambos gobiernan al país. Ello a pesar de que el país acusa las consecuencias de la crisis de confianza y del desconcierto que lo paraliza.
En el otro lado están quienes consideran insostenible la situación que afecta al gobernante y a su autoridad ética y política por las pruebas que han ido emergiendo y las mentiras que lo exhiben con una miopía que no distingue entre el interés público y el privado, que ha falseado operaciones de sus empresas que lo beneficiaron como primer ministro o ministro de economía del gobierno de Alejandro Toledo.
Esta situación no la determina ninguna maldad, mala voluntad o desencuentro ideológico, es simplemente una conducta que no se puede dejar pasar en un gobernante que debe tener legitimidad y autoridad moral.
Desde esta última posición ha entrado al debate una nueva moción de vacancia presidencial a la que le asisten razones atendibles pero evidentemente tiene alto costo en una mayor inestabilidad.
Es una situación insostenible. Si el presidente estuviera tan seguro de su inocencia dejaría la investigación en manos del Ministerio Público y de la comisión Lava Jato pero sus temores lo asedian y prefiere debatirse panza arriba. No quiere renunciar pero tampoco gobierna ni da seguridad, menos aún confianza. El Perú tiene que alejarse de la esquizofrenia y encontrar a la brevedad las respuestas a este dramático dilema. Y no será ignorando el problema como lo solucionaremos.


¿ESQUIZOFRENIA 
POLÍTICA?
En el portal Político.pe el 10 03 16
El presidente Kuczynski no encuentra la vía para convencer. Ni renuncia ni vacancia, pretende quedarse en el barco contra viento y marea a pesar de que es evidente que está haciendo agua.
Sus recientes intervenciones cuestionan al colaborador eficaz y a los medios que difunden sus declaraciones. A pesar que lo dicho por Jorge Barata no le hace más daño que todas las informaciones que los medios locales ya han difundido respecto a su posible corrupción a través de sus dos empresas y de sus manejos cuestionables como Ministro de Economía y Primer Ministro de Alejandro Toledo.
Preocupa a PPK la llamada delación premiada porque lo toca personalmente. Como presidente con larga trayectoria de funcionario público debe conocer esta herramienta de lucha contra la impunidad reconocida mundialmente. Pero ahora la evalúa desde sus problemas, que no puede ni aclarar ni refutar, al punto que está colocado ante una nueva situación de vacancia con una moción multipartidaria presentada ante el Congreso. 
El problema es que su actitud beligerante no nos llevará a ninguna solución ni a una respuesta aceptable que borre la mala imagen que ya tiene. Formula su defensa propia pero no responde al dilema en que ha colocado el país. Mal con él peor sin él. Un clásico callejón con una salida de alto costo.
Los testimonios de Marcelo Odebrecht y de Jorge Barata han puesto a la clase política nacional contra las cuerdas pero a él como Presidente, a pesar de ser uno de los menos afectados por ellas, lo colocan fuera del escenario porque ejercer la primera magistratura de la nación es acceder a un cargo supremo con el privilegio de personificar a la nación. Un alto encargo que no puede ser cumplido sin autoridad legítima y moral.
El país no puede continuar en la esquizofrenia de quienes creen que gobiernan sin problemas mientras tratan de acallar el ruido ignorando la incómoda información que viene de tantas fuentes y que lamentablemente genera tal incertidumbre y desconfianza que el país está a ojos vista paralizado y sin posibilidad de avanzar. No será ignorando el problema como lo solucionaremos.

sábado, 3 de marzo de 2018



EL DRAMA ANUNCIADO

Publicado en Correo el 03 03 2018

El vendaval llegó y como previsto llenó de barro a los principales líderes políticos, incluyendo al presidente en ejercicio. Jorge Barata habló y la primera conclusión es que todo el dinero, no bancarizado, que repartió entre los candidatos presidenciales proviene de fuente oscura y los beneficiados no podían desconocerlo. Lo segundo es que el espectro ha sido abierto incluyendo a intermediarios que se han esmerado en negar la recepción. Lo tercero es que ingresamos a una etapa oscura, que nuestra política ha sufrido un sismo, que la población está en shock con una profunda crisis de confianza. Con mucha incertidumbre y angustia por el destino del país que había remontado y ahora aparece paralizado y bloqueado por la pena y la decepción.

Jorge Barata habló pero no basta, el Ministerio Público deberá usar sus declaraciones para encontrar las evidencias. No puede ser mi palabra contra la tuya. Afirmaciones contra negaciones. Se juega la legitimidad y la eficacia de la lucha contra la corrupción convertida en cáncer terminal que como nación debemos liquidar. Fiscales y jueces deben combatir la impunidad, ante un sistema de sobornos o de donaciones a campañas electorales no tipificadas como delito. Deben investigar y sancionar. Les toca romper las inercias ante una corrupción que no debe más ser impune. 

Lava Jato puede ser una lápida o una oportunidad. La última vez que estuvimos en shock similar fue cuando vimos los vladivideos de la salita del SIN donde autoridades y políticos tenían un precio pagado por el asesor. Hoy también hablamos de precios pagados por una gran mafia corruptora internacional que ha jaqueado a nuestros países. Por eso la cooperación es una fortaleza. Lava Jato tiene muchas aristas. Ojalá podamos enfrentarlas poniendo por delante las reglas del derecho y de la democracia, para que esa refundación política y ética -que no hicimos cuando cayó el fujimorismo- sea hoy posible.



EL COLAPSO 

Y LA RESERVA MORAL


Mi columna HOJA DE TIEMPO del 03 03 2018

El colapso social de algunas naciones, por ausencia ética, es tan insostenible como un cataclismo que lo destruye todo. Pasó el vendaval Barata y como habíamos previsto ha dejado barro y destrucción. No física pero sí moral, mucho más difícil de construir y reconstruir. Desconfianza, desconcierto, desencanto son las señales de los Estados fallidos, aquellos que no pueden dar a sus sociedades la seguridad, la defensa del derecho a la vida y la atención a sus necesidades elementales. Eso sucede cuando la corrupción generalizada se apropia de los recursos colectivos que van a parar a bolsillos privados. Por eso es un flagelo social que debemos combatir hasta eliminar y solo se logrará si alejamos la indiferencia ante la impunidad que como inercia tóxica se ha apoderado de nuestro país.

La situación es complicada, enfrentamos una megacorrupción, descubierta desde el extranjero, que pone a prueba la capacidad de nuestro Estado para investigar y sancionar a los culpables. Muchos ojos están puestos sobre nuestras instituciones que deben estar a la altura del desafío.
  
La clase política ha sido tocada incluyendo a nuestro presidente en ejercicio, lo que abunda en la gravedad. Jorge Barata ha ampliado el espectro aludiendo a la segunda fila dejando a los beneficiarios directos con la posibilidad de negar la recepción del dinero que Odebrecht repartía sin bancarizar y de manera oscura para que no quedara dudas de que los aportes venían de fuente ilícita. La coima no da recibos y lo sabemos pero se trata de aportes a campañas electorales que bien podrían ser simples faltas administrativas, precoimas o adelantos en caso llegaran al poder. Salvo el caso agravado de Susana Villarán la única que presuntamente recibió aportes en ejercicio del poder ya elegido.

Es la segunda vez que nuestra sociedad está ante ese desencanto al ver a sus autoridades cobrar un precio. Lo fue cuando cayó el fujimorismo y los vladivideos exhibieron a la clase política apoyando al gobernante a cambio de un monto pagado puntualmente en la salita del SIN por el súper asesor Vladimiro Montesinos. Lo es ahora cuando dineros extranjeros compran voluntades nacionales en beneficio de una empresa mega corruptora. Antes fueron los dineros del Estado hoy son las arcas privadas las que irrigan la corrupción.

En ambos casos nos dejaron la misma pena y decepción por una clase política y empresarial que se vende. La misma incertidumbre por el futuro y la misma vergüenza por el espectáculo que estamos dando ante el mundo. Corresponde a nuestros jueces y fiscales dar pruebas de integridad y de capacidad para desterrar la impunidad. No se trata de jugar a afirmaciones y negaciones, se trata de investigar y aportar pruebas. No puede ser mi palabra contra la tuya.

Pero sobre todo corresponde a una reserva moral política -que todavía no muestra su rostro- reconstruir la confianza para seguir adelante. Al comenzar el siglo XXI -cuando cayó el fujimorismo- nos tocaba una refundación política que lamentablemente no hicimos. Tal vez este sismo nos sirva para hacer de la debacle una oportunidad. Para que resurja el espíritu republicano con instituciones que dejen atrás las inercias y las complicidades culposas en el camino de recuperar la esperanza.

En toda nación es el gobierno el que debe dar las pautas del buen comportamiento social, descartar el “mal ejemplo”, imponer las leyes, rechazar la complicidad y el encubrimiento de los delitos políticos y económicos. No podemos perder el sentido ético de la conducta política, necesitamos virtuosos que se impongan sobre los que contaminan la vida social. Es este un mensaje para Palacio de Gobierno.