sábado, 16 de mayo de 2015


 
DESCOMPOSICIÓN

 
Publicado en Correo el 16 05 15
 
Tía María no es un problema aislado. Hemos ascendido un escalón en la descomposición política e institucional. El presidente pronuncia un esperado mensaje que no define nada y más bien exacerba ánimos al dejar a la gran empresa la tarea de apagar la hoguera ardiendo que es Tía María. Como autoridad máxima aparece el presidente de la Southern que anuncia una pausa de dos meses que no devolverá la confianza y la legitimidad melladas de políticos y de gobierno.

Porque el contexto de este conflicto -y de la clamorosa violencia que ha dejado lamentables muertos y heridos- está marcado por instituciones bajo fuego. Con una inédita destitución de un Fiscal de la Nación, la de Carlos Ramos Heredia mientras está en espera la de Edmundo Pelaez Bardales, otro ex Fiscal Supremo. El Legislativo suspende a cuatro de sus miembros por manejos antiéticos o inmorales. El Poder Judicial tiene a uno de sus ex Supremos entre rejas por integrar la mafia Orellana. El Ejecutivo está investigado por los escándalos de los pañales en el Ministerio de la Mujer y de las ambulancias mal calificadas en el Ministerio de Salud. Está por aterrizar Martín Belaunde Lossio, empresario y socio político cuyos nexos con la “pareja presidencial” son conocidos.

Quedan 13 meses al gobierno pero la desconfianza en los actos y decisiones presidenciales crece. Su mensaje no convenció. Los rumores de cierre del Congreso siguen corriendo sin ser desmentidos a pesar de su extremada toxicidad cuando se requiere más que nunca de estabilidad y transparencia, valores  seriamente deteriorados que Humala afirma defender. Tía María ha escapado a la definición del gobierno pero vienen otros Tías Marías. Lo peor es dejar avanzar las posiciones irreductibles e ideologizadas para que hablen solo a los fusiles. ¿Hay forma de mejorar el ambiente político y social entre el espionaje masivo, la desconfianza frente a instituciones en descomposición, los exabruptos presidenciales, los rumores desestabilizadores y la violencia sin control? Ojalá la hubiera. Lo peor es que los ciudadanos dejen de reconocer al gobernante porque ello sería la antesala de la pérdida del poder. Debe escuchar el reclamo de un adecuado manejo político, que deje de hacerse el distraído mientras el país se descompone. Estamos peor que ante la bronca de la ropa donada que fuera la antesala del 5 de abril de 1992. Cuidado.

 
TIA MARIA COMO LABORATORIO

 
Para Portal Punto de Encuentro. 16.05.15
 
Arde Arequipa y el estado-gobierno, la clase política y empresarial dejan hacer y dejan pasar en el más puro estilo liberal. La violencia cunde con lamentables pérdidas humanas y materiales. El Presidente da un esperado mensaje y lo que entrega son generalidades y obviedades dejando la definición a la empresa. Esta se apresura a recoger el guante y se toma una pausa que no es ni suspensión ni retiro. Según Humala el gobierno ha defendido el Estado de Derecho y la estabilidad que no le preocupan cuando deja correr impunemente los rumores de cierre del Congreso. Tampoco le preocupan sus contradicciones y no hace falta que lo diga porque eso se ve claramente. Humala perdió la oportunidad de llenar el vacío de liderazgo que se ha visto clamoroso durante más de 50 días de huelga y de violencia.

Lo importante es que Tía María es un laboratorio que podría definir el destino del país en los meses que vienen. Porque nadie gobierna solo con la fuerza, hay que convencer y generar confianza como esencia de la política que aparece ausente como si la región convulsa no perteneciera al Perú. Y eso no se logra con indefiniciones ni poniéndose de perfil. El proyecto es por ahora inviable y debe entenderse su complejidad sin reducirlo a esquematismos ofensivos.

Fue la empresa la que decidió, en la práctica lo suspendió cuando todos estaban de acuerdo que la falta de licencia social y la exacerbación regional es determinante. Y cuando la violencia va hacia mayores evidenciando clamorosos vacíos por inacción o prescindencia.

Nada justifica el costo ya pagado y menos la ausencia de autoridad que motiva desconfianza en la democracia y en la justicia. Ni el estímulo a la inversión extranjera ni la defensa de la agricultura o el medio ambiente valen la pérdida de vidas. Dicen que apuestan por el diálogo pero el que se ha instalado es uno de sordos que deja el espacio a la barbarie en las antípodas del desarrollo que se pretende estimular. La explotación minera no es mala en sí misma pero debe ser responsable, no son admisibles ni la voracidad de las empresas que buscan extraer la riqueza con mínima inversión y máxima ganancia ni la polarización ideologizada.

Confrontaciones como ésta se dan en todo el mundo cuando se contamina la naturaleza. El Perú minero tiene muchas posibilidades con sus ingentes recursos pero debemos explotarlos con responsabilidad y aceptación social. No es solo la manipulación que realizan los antimineros como se pretende. No despreciemos el sentido común de la gente que se siente amenazada. Ni el estado de emergencia ni la represión cambia las mentes. No se gobierna solo con la fuerza. Ya lo aceptó en su momento el Humala candidato.

El problema es que la solución, la pausa, ha venido de la empresa sin que durante el proceso se levanten los cuestionamientos a los políticos y al propio gobierno por su perplejidad e inacción. La población rechaza a un presidente que parece estar en otro mundo mientras deja hablar a los fusiles. Que sale a dar un mensaje que no resuelve nada. Tía María ha sumado errores del gobierno y de los líderes sociales que han hecho de la violencia su único idioma. Para recuperar la legitimidad y la confianza se necesita mucho más, una mejor respuesta para los próximos 60 días que ha definido la Southern. Este plazo sigue siendo un gran desafío político que marcará el tratamiento de los conflictos que ya se anuncian en una larga lista amenazante. Que Dios nos coja confesados.