domingo, 24 de enero de 2016


LA PROMESA 
DEL CAMBIO


Mi columna HOJA DE TIEMPO publicada en Correo el 23 01 16

En el 2006 la demanda de cambio social fue mayoritaria y la encarnaron en su versión radical Ollanta Humala y en la moderada responsable, Alan García, quien ganó la contienda por temor al chavismo.
La palabra cambio sigue convocando ilusiones y exigencias pero -a pesar de la nube de candidatos- pocos se atreven a ir más allá de la mejora conservadora del modelo liberal que ha signado el post fujimorismo. La conflictividad social no amaina, por el contrario los peores momentos de los gobernantes García y Humala los sufrieron por señaladas urgencias sociales desatendidas.
Y no será diferente para el que será elegido. Después de que la Gran Transformación pasó a ser la olvidada Hoja de Ruta, la mayoría de los candidatos se blindan con ambigüedades sin prometer demasiado ni comprometerse en exceso. Alan García, en su presentación en el estadio Chamochumbi, presentó ofertas adecuadas a las demandas populares sectoriales, en amplia gama tocó desde la salud hasta las tarjetas de crédito pasando por el Canon Comunal y las AFPs con sus políticas abusivas. Sin duda puso la agenda del momento.

Ahora llega otro candidato con discurso certero para abordar el cambio. Alfredo Barnechea, aún perdido entre los pequeños, comienza a levantar perfil de la mano de la reforma del actual modelo al que considera generador de desigualdad. Barnechea tiene claro que el crecimiento no puede anclarse solo en la venta de materias primas y que debe significar desarrollo para todos. 
Después de un viaje por todo el país logró vencer las primarias de Acción Popular y aunque tarde comienza a divulgar eficazmente su proyecto político. Su exitoso periplo personal, de famoso periodista a funcionario internacional y a político vehemente, es una ventaja. 
Además, es el único que no se amedrenta con las cifras de Keiko Fujimori y critica con valentía el modelo aplicado por Alberto Fujimori en sociedad con Vladimiro Montesinos, lo señala como indeseable, vinculado al narcotráfico, con aristas políticas y antiéticas que no deberían volver al gobierno nacional. Claridad y honestidad de alguien de reconocida capacidad intelectual que de seguro hablará fuerte en estos meses de ardorosa campaña.

EL CANDIDATO 
DE LA AUDACIA

Publicado en Político,pe el 23 de enero del 2015 

Podría parecer insólito el discurso del desarrollo emparentado con la prédica de la igualdad en un escenario en que el dinero aparece como la primera ventaja comparativa. Hablar de impacto social no está muy de moda entre el llamado elenco estable. El marketing político y los asesores caros manejan eslogans, estrategias publicitarias, y talentos que los convierten en las estrellas del momento.

Alfredo Barnechea, candidato de Acción Popular nada a contracorriente, se propone crear en el corto plazo un piso de igualdad de oportunidades. Recuerda que dos grandes departamentos mineros como Cajamarca y Huancavelica son los de mayor desnutrición infantil. Apunta a los dramas de los jubilados, a las tasas exorbitantes de intereses, a la urgencia de la industrialización. No tiembla para rescatar el importante papel de Estado para controlar los oligopolios e intereses privados.

Su discurso de impronta social demócrata es definitivamente antifujimorista, de centro izquierda, que bien podría responder a los sectores que no encuentran todavía al que refleje sus demandas. Sin ambages agrega el factor ético y de anticorrupción a la necesidad de una economía racional con base en una sociedad decente apoyada por un Estado representativo.

Es sin duda un candidato muy capaz que está todavía entre los pequeños. No dudamos que destacará y si lo hace con consecuencia pisará callos oligárquicos. Alude a la ineficiencia y propone el control del Estado para que la economía de mercado funcione. Combate el manejo de los oligopolios y demanda regulaciones contra los monopolios y leyes antitrust. Palabras mayores.

La cereza del pastel es el "Estado de bienestar" para el Perú, con subsidios en educación y salud y la creación de un millón de viviendas para acabar con las invasiones. Alfredo Barnechea moderniza el debate con su "nuevo pacto social" para que el Estado apoye a sus ciudadanos y les de oportunidades para crecer. Nada más y nada menos. Se mueve bien entre el páramo de las ofertas silenciosas, las propuestas inviables y la estigmatización del adversario. Ya se perfila como el candidato de la audacia y la inteligencia que avanza con bandera institucional y partidaria. ¿Estarán las élites del país preparadas para acogerlo? ¿Será Barnechea la ficha más deseable para participar en el gobierno de unidad nacional que propone Alianza Popular, en caso de ganar la contienda? Su propuesta y sus capacidades no deberían caer en el vacío.