domingo, 28 de junio de 2015

UN GRAN JUEZ


 

HUGO SIVINA

Publicado en Correo el 27 de junio 2015

Hugo Sivina, es un gran juez que empezó desde abajo como practicante y meritorio y llegó a las mayores responsabilidades como presidente del Poder Judicial y del Poder Electoral. Fueron cincuenta años al final de los cuales -en la hermosa ceremonia de reconocimiento y despedida que le dedicó la Corte Suprema- confesó su frustración porque durante su largo paso por la justicia no logró que la sociedad confíe en sus jueces. Que sean el reflejo de los valores y de la moral, que la credibilidad los acompañe. Esto implica una crisis instalada que debe ser superada para hacer frente a la corrupción que nos flagela.

Más aún cuando la incoherencia está presente, Sivina Hurtado, en la plenitud de sus facultades como magistrado, ha sido cesado por alcanzar los setenta años, conforme a la Ley Orgánica del PJ. A pesar que la Carta Magna no señala límite de edad, entendiendo que el único debería ser la incapacidad física, moral o mental. Discutible si deseamos fortalecer las instituciones con nuestros mejores hombres y mujeres. Sucede también en la docencia universitaria donde el capital insustituible son los conocimientos adquiridos por labor intelectual continuada y por experiencia que no se improvisa. El juez y el maestro universitario -en plena capacidad y con reconocimiento ético y profesional- deberían continuar con sus servicios mientras puedan y quieran pues son en sí mismos una inversión en capital humano y responden a una urgencia social. Nuestros mejores maestros en San Marcos y en la universidad francesa fueron mayores de setenta años y nunca nos fallaron en sus lecciones de esperanza e ilustración. Las sociedades evolucionadas valoran la maestría y el buen juicio como fuerza transformadora, no la descartan frívolamente.

Hugo Sivina Hurtado demostró su entereza e integridad como rehén del MRTA en la embajada del Japón donde perdimos ese juez excepcional, gran amigo, que fue Carlos Giusti. No por azar y sí por sensibilidad social honró su presidencia del Poder Judicial recorriendo el país al encuentro de la gente cuando se propuso lograr el Acuerdo Nacional por la Justicia. Compartimos sus ilusiones en el Grupo Impulsor conformado por Raúl Ferrero, Diego García Sayán, Marcial Rubio y Oscar Schiappa. Con él recorrimos ciudades grandes y pequeñas, en audiencias escuchamos a lo más representativo de cada localidad, universidades, sindicatos y personalidades. ¿Cuál es la justicia que deseamos, cuáles las reformas que nos darán la confianza que nos falta? El Acuerdo por la Justicia, redactado el 2004, debe ser actualizado. La gente oída y atendida puede creer y alentar a sus mejores jueces. Así piensa Hugo Sivina, un magistrado culto, estudioso y consciente, incuestionable referente para las futuras generaciones. Honor al honor.    

DESCONFIANZA TOTAL


NADA LE GUSTA A USTED
Publicado en Político.pe el 27 de junio 2015

Nada le gusta a usted, todo le parece mal. Así cantamos y así pensamos. Todo nos preocupa cuando la crisis aparece multiforme. Cuando los políticos y las instituciones se ven afectados por la desconfianza. Acusamos incapacidad, mediocridad, corrupción y estafa política que afectan la democracia y la madurez para construir progreso, diálogo, solidaridad. Para fines de año Lima será sede de la Cumbre Mundial de Comunicación Política. Coincidirá con la plena campaña presidencial, ojalá más civilizada y menos caníbal en beneficio de las ideas y de mejores selecciones. Para mayor sensatez y menos emociones desatadas y manipulables. En palabras de Daniel Ivoskus, experto en comunicación política, requerimos más investigación y profesionalización, más trabajo en valores y en mecanismos para enfrentar las crisis sin esconderlas. Afirma que la clave es la concordancia entre lo que se dice y lo que se hace. Algo que reprochamos a quienes prometen sin seriedad ni coherencia. Una campaña no puede ser solo publicidad y marketing debe estar respaldada por voluntad de cumplir y hacer cumplir. No aceptemos promesas vanas, vigilemos al mandatario. No nos quedemos en el disgusto y la censura. No permitamos el aventurerismo político que como vemos resulta demasiado caro. Que podamos enfrentar la crisis de credibilidad y de representación con racionalidad y madurez para recuperar la indispensable confianza. ¿OK?