lunes, 3 de septiembre de 2018



¿QUIÉN TENDERÁ 
LOS PUENTES?


En Correo el 01 de septiembre 2018
Las reformas judicial y política que Martín Vizcarra planteó ante el Congreso están pendientes. Y la población sigue dispuesta a participar en la consulta pero los fujimoristas no quieren. Van a contracorriente, su lideresa cambia la agenda al revelar reuniones secretas con el presidente. El Fiscal Supremo Pablo Sanchez pone bajo la lupa a la mafiosa organización de los cuellos blancos del puerto dirigida por el suspendido Juez Hinostroza con miembros que forman parte de la cúpula del Ministerio Público incluyendo al actual Fiscal de la Nación, defendido a capa y espada por el fujimorismo.
Las instituciones peligran y cada día tememos algo nuevo que desestabilice la democracia. La corrupción no deja indemne a ninguno de los tres poderes y la solución pasa por una lucha de todos contra la impunidad. Y por evitar una salida golpista. Pero es difícil con la confrontación instalada, el diálogo satanizado y la incomunicación que deja vía libre a la violencia o a las acciones defensivas fuera de la legalidad.
Martín Vizcarra desde Tacna se coloca al frente de una ciudadanía descontenta y rebelde. como el líder de una causa difícil que no parece contar con el apoyo de la mayoría del Congreso. No serán posibles entonces las propuestas legislativas en el corto plazo. Su corta bancada PPK no hará el camino y toda sintonía se ha cortado con los ataques altisonantes de las filas naranja.
La reforma de la justicia es más urgente que la reforma política pero en un escenario sin puentes ambas están comprometidas. Hay que reconstruirlos si queremos avanzar. La ciudadanía apoya al presidente que recuperó respaldo con su propuesta pero ésta se diluye aceleradamente dada la  hostilidad del mensaje de Keiko Fujimori y su infidencia sobre la reunión con el jefe de Estado. El país requiere de un mediador eficaz que sea también amable constructor.


ELECCIONES, 
PODER Y DINERO

En Político.pe el 01 de setiembre 2018

Ya estamos en plena campaña electoral local y regional aunque sin mucho interés ciudadano. En el debate está el financiamiento de las campañas y los vínculos entre el dinero y la política y su repercusión en la organización democrática.

Por mucho tiempo el continente estuvo alerta ante autoritarismos que podían regresar y los políticos tuvieron como primer interés fortalecer la democracia. Y así ha sido, vivimos el ciclo democrático más prolongado de nuestra historia pero el milagro no se ha realizado, el fantasma puede volver sino conseguimos vencer ese cáncer no localizado que es la corrupción. Cada día nos trae una sorpresa más repulsiva que la anterior y en todas está presente el vínculo entre el poder y el dinero. Necesitamos limpiar la política de los daños que venimos presenciando. El poder del dinero puede desvirtuar la voluntad del pueblo, alterar la competencia electoral, sobornar, dictar políticas públicas y en especial tornar frágil la democracia.

Las campañas irrigadas con dinero privado abren puertas al dinero ilegal. Pero esta discusión no tiene la relevancia equivalente al peligro que representa. Todo puede derrumbarse si el voto se decide como resultado del dinero gastado en propaganda política o por el que aportan quienes dictan la decisiones del Estado, alejando al gobierno de sus compromisos sociales. Lava Jato ha demostrado como funcionan las hipotecas políticas vía el financiamiento electoral. Y como prosperan las cuestiones unidas no al dinero en abstracto, sino a los intereses que representa el dinero. Y este gran tema es uno de los que está siendo postergado por la mayoría fujimorista en el Parlamento.

Nos toca discutir la pérdida de las condiciones igualitarias de competencia, la distorsión de la agenda política y la limitación de las opciones donde temas esenciales quedan fuera de la elección ciudadana. Y en especial descartar al dinero como el gran componedor que otorga el acceso a los medios de comunicación y a la opinión pública. Los medios son decisivos, pero el dinero aumenta su influencia. Y lo que es peor cierra la puerta a quienes no lo tienen aunque cuenten con honestidad, preparación y patriotismo. Es este el gran tema que Vizcarra ha puesto sobre la mesa y que no deberíamos dejar de lado.