domingo, 10 de julio de 2016


NI SECRETISMO 
NI CORRUPCION


En Correo el 09 07 16

Entre la seguridad del Estado y la lucha contra la corrupción, entre la cautela y la valentía, entre el silencio permisivo y la denuncia documentada, entre la misión y la precaución. Tal el dilema ético de periodistas conscientes cuando conocen algo que deben denunciar y pueden caer en situaciones como las que amenazan a Rosana Cueva y su equipo de Panorama.
El país está con ellos, expresa una solidaridad que tiene en cuenta su coraje y honestidad al haberse enfrentado al superpoder de la primera dama Nadine Heredia a la que denunciaron, a partir de sus agendas, de manejo de dineros desconocidos y develaron el mayor escándalo político del gobierno. La venganza planea sobre esta denuncia gravísima -traición a la patria en la modalidad de revelación de secretos de interés nacional- contra dos mujeres que han llevado su misión de poner luz en asuntos oscuros hasta las últimas consecuencias.
¿La corrupción en el manejo de fondos destinados a la lucha contrasubversiva en el Vraem debe ser silenciada por seguridad del Estado? ¿La permisividad y el secreto son parte del problema o de la solución?

Periodistas como Rosana Cueva sirven a la moral de un país aunque se arriesguen como lo están haciendo. Si incurrieron en excesos como poner micrófonos a los presuntos colaboradores eficaces es porque la negligencia en aspectos sensibles y la corrupción son protegidas por silencios cómplices. El gobierno podría tener algo de razón si no existiera el sabor a vendetta y el secretismo sobre la corrupción que es la primera traición. Jakke Valakivi debe retirar la denuncia. Que busque los errores, los delitos y los aprovechamientos infames entre las filas que pretende defender. La censura procede, no ha respetado la libertad de expresión ni el derecho a la información.

PPK 
Y LAS URGENCIAS DE LA OROYA


En Político.pe del 08 07 16

El Presidente electo pidió al Congreso darle oxígeno al complejo de La Oroya y pidió a los trabajadores y a la población que lo acompañen para solicitar al Legislativo la prórroga de un año que permita su venta y reactivación.

¿Una marcha al Congreso con la participación del presidente electo? Mientras se discute la delegación de facultades el asombro y las críticas cunden ante un PPK que innova y mueve fichas, que se aleja de la imagen tradicional del gobernante que se cuida y reserva sus intervenciones al máximo nivel. La sinceridad y la espontaneidad no han sido características de quien personifica a la nación.

PPK apuesta por la prórroga de la liquidación y demuestra su afán por responder a las angustias de miles de familias que esperan solución a su subsistencia en peligro. Ha asegurado que de serlo la marcha no será violenta ni de confrontación. "Hagamos una marcha al Congreso y pidamos, no dejes morir a La Oroya porque está en tus manos y también está en mis manos... La Oroya está agonizando, debemos darle oxígeno con inversiones". No es ninguna amenaza, es un discurso sensible que más que crítica debería motivar apoyo para que no se recurra a gestos extremos.

Preocupa a los políticos tradicionales que PPK no será un gobernante convencional, su gesto controversial sobre el problema de La Oroya centra el tema como prioridad y apela a todos los recursos posibles. Una marcha no lo soluciona pero exige la solución y demuestra la urgencia de atenderlo, de sacarlo de la postergación ante el vencimiento inminente de todos los plazos. La medida no sería la única, deberá complementarse con los diálogos. Conversar con los responsables de la liquidación de los activos de Doe Run Perú y buscar inversionistas interesados y llevarlos al sitio. Y por supuesto dialogar con la mayoría fujimorista para que atienda la marcha pacífica como legítimo mensaje, como gesto protagónico de las calles para encontrar la solución larga y abusivamente demorada. Hay urgencia por activar el Complejo Metalúrgico y no hay más tiempo. La respuesta positiva sería que el Congreso asumiera el pedido y buscara la solución. Y que la voluntad del presidente se impusiera también en la Junta de Acreedores en manos del Estado para prorrogar la liquidación.

Bien entendido no hay confrontación de poderes, entendemos la demostración de urgencia. Si la espera viene desde el 2008, con dos gobiernos que no han afrontado la situación el gesto de PPK pone énfasis en la angustia social. Ni desliz ni inexperiencia, sabe lo que está haciendo.

Queda esperar si la marcha se cumple o no y de hacerse que sea sin violencia. Que la empresa Doe Run responda con el cumplimiento de las leyes medioambientales para que no contamine. Y que en el fujimorismo se entienda la urgencia y el gesto no sea pretexto para que, desde la confrontación atribuida, la mayoría parlamentaria deniegue las facultades que PPK requiere para comenzar su mandato. El pueblo observa y vigila a todas las partes involucradas.