CUIDAR
NUESTRAS
INSTITUCIONES TUTELARES
Publicado en Correo el 05 11 16
La elección con criterio político de tres directores del Banco Central de Reserva
ha motivado indignación. Dos de ellos sin la formación económica exigida, un
tercero en posible conflicto de intereses por pertenecer a una consultora que
no debería acceder a la delicada información que maneja la máxima entidad de
política monetaria del país. PPK se curó en salud al ratificar a Julio Velarde
caracterizado por su eficiencia dentro de un perfil discreto sin altisonancias.
Dirige un directorio que debe ser una isla de excelencia y pulcritud en
beneficio de un trabajo tecnocrático depurado que se caracteriza por la reserva.
Demasiados intereses nacionales impiden que en una institución tutelar como
el BCR ingrese la política, simplemente no es su espacio. Como tampoco lo es la
Superintendencia de Banca y Seguros cuya nueva titular Socorro Heysen ha
anunciado el respeto a los valores de la tecnocracia responsable que históricamente
la ha caracterizado y colocado entre las mejores instituciones del país. Una
necesaria evaluación está en marcha sobre
el personal ingresado en el quinquenio pasado en que pudo darse un reclutamiento
indiscriminado y de alguna manera politizado. Nadie dudaría que la supervisión
financiera exige muy alta preparación profesional.
En plena lucha del régimen contra la corrupción, el BCR y la SBS necesitan
garantizar el alto nivel ético de sus máximos funcionarios. Recordamos el notable
gesto de Juan José Marthans quien al cesar como Superintendente de Banca,
Seguros y AFPs- año 2007- pidió voluntariamente el levantamiento de su secreto
bancario. Una acción aislada que debería hacerse legalmente obligatoria para los
funcionarios de alto nivel en la SBS, el BCR, la SUNAT, las empresas públicas más
un gran etc. Muy importante gesto porque no basta para la transparencia con la
declaración jurada, al ingresar y salir de un alto cargo. La impunidad se propicia
también por silencios cómplices y por temores reverenciales.