miércoles, 19 de septiembre de 2012

CONTRA EL PODER DEL SECRETO


 

¿DEBE SER PROTEGIDO JULIAN ASSANGE?

 
Desde que Julian Assange recibió el asilo del gobierno de Rafael Correa el cotarro periodístico y político está alborotado. El gobernante ecuatoriano recibió el apoyo de la OEA que crípticamente rechazó la posición inglesa de no otorgar el salvoconducto al fundador de Wikileaks para que salga de la embajada ecuatoriana en Londres. Inglaterra se siente obligada a entregarlo a Suecia para los interrogatorios policiacos de rigor aunque no exista denuncia de por medio. El temor mayor es que este país decida entregarlo a Estados Unidos donde el antiguo hacker corre peligro de muerte.

¿Es Wikileaks un medio de comunicación? ¿Es Assange un periodista cuya libertad y vida deben ser protegidas?. Wikileaks es posiblemente el producto más controvertido de la nueva era Internet, que genera dilemas profesionales y éticos. Pero  no hay dudas sobre su calidad de medio de comunicación legalmente protegido por una sentencia de la Corte Suprema de EE.UU. que hace primar el interés público y exime de responsabilidad penal al medio que publica la filtración y castiga al filtrador. Cualquiera puede subir secretos a la red con tranquilidad.

Miguel Angel Bastenier, reconocido maestro del periodismo,  habla de la actividad de los hackers para informar al público de lo que los Gobiernos quieren se mantenga oculto. La considera el movimiento contracultural del siglo XXI y a Julian Assange el sumo sacerdote del hacktivismo cuyo credo es el libre acceso a la información por pertenecer al dominio público dada la desconfianza profunda de toda autoridad constituida y defensa de una descentralización extrema en la conducción de los asuntos políticos.

El periodista inglés Timothy Garton Ash calificó en su momento al desembalse de documentos logrado por Assange como el sueño del historiador y la pesadilla del diplomático. Da razón al Departamento de Estado norteamericano en que las revelaciones "van a crear tensión en las relaciones entre nuestros diplomáticos y nuestros amigos de todo el mundo".

Diplomacia y espionaje van de la mano. Manuel Rodríguez Rivero recuerda la reivindicación revolucionaria de Trosky "¡Abajo la diplomacia secreta!" que retoma vigencia con las filtraciones que indican lo lejos que estamos del control de las informaciones que influyen en las decisiones mundiales.

Seguiremos viendo reacciones violentas y hasta irracionales en la medida que Wikileaks ha afectado intereses de gobiernos, empresas y grupos económicos que poco pueden hacer para evitar que la trocha abierta por Assange sea imitada. El concepto no morirá han dicho los especialistas del mundo.

Matar al mensajero ha sido siempre la reacción de poderosos disgustados. En este caso parece difícil pero no imposible matar a Assange pero el mensaje como dice Manuel Castells sobrevivirá. La odisea del australiano recuerda que contar la verdad y ejercer el periodismo es actividad de alto riesgo. La persecución al periodismo de investigación existe y son muchos los que prefieren menos riesgos y más cercanía al poder, es decir aceptar y difundir versiones oficiales que no crean problemas.

Pero el periodismo de denuncia y de verdad con pruebas en la mano es otro cantar. Esperamos ver pronto a Assange en Quito, merece protección porque su desafío al poder del secreto ha remecido los cimientos de la política, la diplomacia y el periodismo.

BANDERAS IRRENUNCIABLES


 

LA MALA MEMORIA AMENAZA


Setiembre es un mes de recuerdos. El 11 por los atentados contra las Torres Gemelas que cambiaron la historia del mundo desde la superpotencia. También por el golpe militar pinochetista que desató una ola de terrorismo de Estado en Chile. En nuestros predios el 12 por la caída de Abimael Guzmán, el mayor hito para la pacificación del país asolado por dos décadas de terrorismo y guerra interna.

Recordar es extraer lecciones para que no se repitan hechos nefastos. Tomar acciones y decisiones para que la sociedad no vuelva a vivir los dramas ya vividos. Pero hay quienes apuestan a la desmemoria o a reescribir la historia a su favor. El fujimorismo después de su ejecutoria electoral en el 2011, por la cual se sintieron muy cerca del retorno al poder, con su presencia parlamentaria cree que puede hacernos olvidar lo que hicieron durante una década con las instituciones, con el terrorismo de Estado violatorio de derechos humanos y con la mayor corrupción jamás vista en el Perú.

Ahora critican el Informe de la Comisión de la Verdad como antes rechazaron el Lugar de la Memoria o alentaron ataques al Ojo que llora. La gran campaña mediática muestra, como otras veces, el sesgo fujimorista de los grandes medios.

El 2000 los demócratas logramos derrotar a la dictadura que dominaba los poderes del Estado y los grandes medios de comunicación. Fujimori y Montesinos  tenían un proyecto continuista. El frente contra la dictadura reunió a todos los sectores políticos de la derecha a la izquierda, sindicalistas y activistas de base y empresarios y tuvo su más alta participación con la Marcha de los Cuatro Suyos. Después de ella la protesta se convirtió en resistencia sostenida con movimientos regionales y colectivos democráticos a lo que se agregó en el momento más frágil para la dictadura la insurgencia del comandante Humala.

Fujimori luego de su falsa persecución contra Montesinos tuvo que escaparse. El Congreso comenzó otra etapa con la destitución de su presidenta Martha Hildebrandt e impuso el gobierno transitorio de Valentín Paniagua para organizar nuevas elecciones. Pero Paniagua no logró desmontar el aparato dictatorial ni tampoco la depuración de elementos del fujimontesinismo. Carlos Ferrero compartió la mesa directiva con Absalón Vásquez, lo que demostró la supervivencia del fujimorismo aceptado por parte del mismo toledismo.

Las FFAA fueron las más afectadas en su imagen. Nunca hubo tantos generales, tenientes generales, almirantes y otros altos oficiales presos. El viejo militarismo, corrupto y autoritario, reciclado en los 90 con la fachada del montesinismo, fue duramente golpeado. La burocracia neoliberal fujimorista se mantuvo en el aparato del Estado en especial en economía y finanzas, en ministerios, oficinas descentralizadas, empresas públicas y consejos transitorios de las regiones, con operadores directos del viejo régimen a la espera del retorno del fujimorismo.

El modelo económico no ha cambiado. El diseño país sigue siendo el de décadas anteriores. Constitución, leyes, organismos públicos, mecanismo electoral, sistema de seguridad y defensa, relaciones internacionales, políticas sectoriales, programas sociales, parecen ser los mismos en dictadura y en democracia.

En este contexto alentar la mala memoria y el optar por reescribir la historia de lo vivido es alentar el retorno del fujimorismo al poder. La reconciliación es indispensable pero sin sacrificar principios. La democracia debe generar sus propios mecanismos de defensa. Bien el Premier Juan Jiménez Mayor al poner en su sitio la prioridad de los valores democráticos. Bien el Presidente Ollanta Humala al mantener distancia con el fujimorismo y no caer bajo sus cantos de sirena.