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LA RENOVACION DE LA POLITICA
DESDE EL PROGRESISMO


María del Pilar Tello 
Fundación Ebert
Sao Paulo. Noviembre 2010


I

LA RENOVACIÓN DE LA POLÍTICA, 
LAS NUEVAS FACETAS
Y EL DISCURSO POLÍTICO.


¿QUÉ ES EL PROGRESISMO?
EL PROGRESISMO Y EL CENTRO
LOS GOBIERNOS PROGRESISTAS
¿CÓMO RENOVAR?
EL NUEVO PROGRESISMO MUNDIAL

II

RECOMPOSICIÓN PROGRAMÁTICA Y SOCIAL
DEL PROGRESISMO Y DE LA IZQUIERDA;


EL REFORMISMO PROGRESISTA, ELEMENTOS PARA UNA FILOSOFIA
RENOVAR LA POLITICA DESDE EL PROGRESISMO
EL GIRO A LA IZQUIERDA Y LA LEGITIMIDAD DEL CENTRO
REFORMULACION DEL  MODELO
QUÉ HACER EN AMÉRICA LATINA?
NUEVO LENGUAJE Y NUEVOS COMPROMISOS


III

LA VICTORIA DE DILMA ROUSSEFF EN BRASIL

- DILMA ROUSSEF Y EL PROGRESO DE LOS BRASILEÑOS
- ASPECTOS CONCRETOS DE SU DISCURSO POLITICO

PARA REFLEXIONAR

A MANERA DE CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA



INTRODUCCION

Tanto la izquierda como el socialismo deben hacerse algunas preguntas básicas como: ¿Cual es su rol histórico? ¿Cuáles los intereses que representa? ¿Cuales las ideas políticas, sociales, culturales y económicas que defiende en la presente etapa? ¿Cuáles serán las principales ideas que la movilizarán desde la acción del Estado?
La izquierda o el progresismo parecen haber aprendido el valor del realismo, afirmando lo que es posible emprender, poniendo límites a las voluntades de cambio o al lirismo de los discursos que antes fueron de ruptura y ahora son de integración.
Lo primero es dejar en claro que la primera frontera para la recomposición programática y social del progresismo y de la izquierda es la plena vigencia de la democracia y de los  derechos humanos como condición esencial y valor universal. Definición básica para los debates que se dan en todo el continente entre los sectores moderados y reformistas y los que buscan cambios rápidos y radicales.

Y para instalar esa primera frontera debemos tener en cuenta la creciente desafección ciudadana con la actividad política en general, así como con las principales instituciones de la democracia representativa, Congreso, Gobierno y partidos políticos. Creciente desaprobación y hasta hostilidad  y desconfianza en el Poder Judicial, desinterés por la política, escepticismo con la democracia como forma de gobierno; crítica permanente al gobierno de turno, bajos niveles de asociatividad a los objetivos nacionales.

Por ello una tarea de la izquierda o del progresismo es aproximar, reducir la distancia, política y psicológica, entre gobernantes y gobernados. Ir hacia el equilibrio entre la eficacia institucional de un gobierno democrático y las necesidades de participación y control del Estado. Acercar a la sociedad con el Estado para lo cual el sufragio universal sigue siendo la energía de legitimación de la representación.

Las nuevas formas de representación e identidad todavía no han cuajado en la praxis ciudadana y en lugar de complementar la democracia representativa pueden socavarla. Muchas fugas van al movimiento ecologista y a las ONG que ocupan cada vez más los espacios de la izquierda.

Lo que sigue caracterizando a la izquierda y debemos asumir con fuerza es la defensa de los derechos de las mayorías y de la democracia. Lo que caracteriza a la derecha es la defensa de los privilegios de las minorías y del poder que los beneficia. No es posible identificar privilegios con mercado, el cual justamente a partir de los privilegios es imperfecto.

En la democracia el valor central siguen siendo los ciudadanos, la pluralidad y los derechos humanos, entendiendo que una ciudadanía activa y demandante de sus derechos avanza hacia el progreso colectivo.

Idea fuerza esencial es la lucha contra la pobreza, preocupación central y tarea primordial. Otra idea fuerza es defender la presencia del Estado que cumple funciones de promotor, regulador, redistribuidor y coordinador del esfuerzo nacional por el desarrollo y la justicia social

Michelle Bachelet, Lula da Silva, Tabaré Vázquez y Óscar Arias pertenecen a una nueva especie de políticos latinoamericanos que terminan el mandato con tanta o más popularidad que cuando empezaron y que no intentaron reformar la Constitución para perpetuarse en el poder. Representan una América Latina más madura democráticamente cuyas sociedades esperan respuestas más pragmáticas y menos ideológicas para que la dimensión humana domine sobre el capitalismo y no al revés, como viene ocurriendo.

EL RETROCESO EN EUROPA

Los Gobiernos y las instituciones de la UE ya no están en manos de los social demócratas, a pesar del fracaso de las políticas conservadoras y neoliberales. Más de dos años de crisis financiera y económica y amenazas para el Estado de bienestar no han supuesto ventaja para la centro-izquierda. Los electores europeos parece que ya no confían en los socialdemócratas. Sólo siete de los 27 ejecutivos nacionales de la UE están gestionados por gobiernos socialdemócratas. 15 países por la derecha y cinco por partidos de centro o liberales.

El retroceso de la izquierda europea es dramático. Al club de los siete pertenecen Grecia, Portugal y España, tres países golpeados por la crisis y por los movimientos especulativos de capitales, que se disponen a efectuar drásticos recortes del gasto público que afectarán a funcionarios y pensionistas y mellarán su ya alicaída imagen. Los líderes del fracasado pensamiento único se permiten apropiarse del discurso progresista que combina medidas que la izquierda no defiende con convicción como la regulación de los fondos especulativos, los nuevos impuestos a la banca o los gravámenes extra a los rendimientos de capital.

Las fronteras entre izquierda y derecha se han difuminado. Los partidos conservadores asumen o toleran valores sociales que antes eran patrimonio de la izquierda, como el matrimonio de homosexuales o el aborto y hasta la ecología.

La socialdemocracia apostó por la reforma frente a la revolución. Adquirió conciencia que con la reforma del capitalismo se podían alinear los beneficios del mercado con la equidad y el progreso social. Esa visión, dio lugar a la economía social de mercado y aportó prosperidad a Europa y un amplio espacio para las grandes conquistas sociales.

Hay urgencia de corregir los desequilibrios. La crisis financiera mundial ha evidenciado el carácter despiadado del capitalismo liberal y financiero en la búsqueda del máximo beneficio en detrimento del derecho y de la vida de millones de seres humanos explotados, excluidos y humillados por el desempleo. Hay impotencia en las fuerzas progresistas para ofrecer una alternativa frente a los errores del sistema y la crisis es una oportunidad para reafirmar la esencial solidaridad como base de la convivencia armónica, ya que el capitalismo financiero no tiene patria, solo intereses.

Como lo dijo Felipe Gonzalez “la crisis puede, debe y tiene que ser aprovechada como oportunidad y que se conecten los esfuerzos anticrisis con las medidas estructurales de medio y largo plazo empezando desde ahora”.

I

LA RENOVACIÓN DE LA POLÍTICA, 
LAS NUEVAS FACETAS
Y EL DISCURSO POLÍTICO


¿QUÉ ES EL PROGRESISMO?

El progresismo como concepto agrupa doctrinas filosóficas éticas y económicas relacionadas con la izquierda, que se contraponen al conservadurismo en el objetivo de mejorar la condición de los menos favorecidos. El progresismo tiene como proyecto la cohesión social y la justicia social, concepto suficientemente amplio para aglutinar posiciones en defensa de los derechos y libertades de las mayorías.

Izquierda y progresismo se asocian en el afán de avanzar en la igualdad de derechos aunque algunos sectores radicales lo vean como simple cobertura del pensamiento capitalista que busca presentar pequeños avances como si fueran grandes conquistas sociales.

Tanto se ha debatido sobre las vías del socialismo que muchos izquierdistas prefieren llamarse progresistas teniendo en cuenta que la noción de progreso es más antigua que la de izquierda y no deja dudas del objetivo, sin entrar a debatir sobre la vía o el camino.

EL PROGRESISMO Y EL CENTRO

Centro en ciencia política es el conjunto de partidos, políticas e ideologías que se caracterizan por considerarse intermedios a posiciones de derecha como de izquierda. Centrismo y reformismo no se confunden ideológicamente aunque en la práctica si lo hagan. El centrismo valora los consensos como un fin en sí mismos, el reformismo mantiene objetivos de cambio moderado y avance paulatino. El centrismo propone y defiende políticas de economía mixta y de profundización de la democracia.

En las posiciones centristas las diferencias, entre los que  reconocen las influencias de derechas o de izquierdas, son pequeñas pues todas defienden el mercado y la democracia representativa, con distintos matices de regulación y proyectos de profundización.

El centro alude a lo mejor de las posiciones de derecha e izquierda para afirmarlas en una síntesis. La derecha considera que el mercado lo resuelve todo, la izquierda asigna el mismo rol al Estado. Ambas posiciones absolutas no dejan ver el centro que combina ambas.
La derecha afirma la importancia del crecimiento y de la estabilidad fiscal por encima de todo, inflexible e insensible ante las  protestas populares que podrían poner en riesgo al capital como las inversiones mineras o los paros sindicales que podrían bloquear o disminuir el crecimiento económico. La izquierda se concentra en las desigualdades sociales y reclama un Estado que redistribuya la riqueza.
Podemos ver que los gobiernos llamados de izquierda o social demócratas se mimetizan con el espacio progresista de centro que no sacrifica la estabilidad fiscal pero tampoco permite el Estado populista o despilfarrador. Este camino medio estuvo representado por la socialdemocracia europea en su momento con el Partido Laborista de Tony Blair en Gran Bretaña con su Tercera Vía o con el Partido Socialista Obrero de España con José Rodríguez Zapatero en España, con la Concertación en Chile o con Lula en Brasil.
LOS GOBIERNOS PROGRESISTAS

El contexto internacional de fines del siglo XX y comienzos del  siglo XXI se caracterizó por el rechazo a los extremismos ideológicos y políticos. Los gobiernos de izquierda en Europa colocaron la política por encima de la economía, trataron de regular el capital e impulsar el crecimiento y el empleo. Con ellos resurgió el concepto de Progresismo que los radicales izquierdistas cuestionaron como nuevo Conservadurismo.

En América Latina las izquierdas se alejaron del objetivo de la revolución armada para ir hacia el equilibrio Estado- Mercado con regímenes social demócratas cuya g
obernabilidad se construye a partir de la concertación: el caso chileno es el paradigma.

Este reformismo significará el encuentro de dos utopías, la del Liberalismo social y la de la Social democracia. Los gobiernos de izquierda o progresistas bajo doble presión, la interna por los conflictos sociales y la internacional por las exigencias de la globalización, encuentran en el centro la vía más adecuada para gobernar con mayores consensos.

El progresismo a través de sus gobiernos ha ido contribuyendo a construir el centro que en ciencia política es el punto medio entre derecha e izquierda. Un centrismo que puede ser asimilado al reformismo en la medida en que ambos valoran las posiciones consensuadas y mantienen objetivos que significan un cambio moderado y gradual para lograr una mayor justicia social.

En la práctica el centrismo propone y defiende la economía mixta y la profundización de la democracia y se acerca a ese progresismo que une reformas sociales con manejo económico liberal. Las posiciones centristas defienden el mercado y la democracia representativa con distintos matices de regulación.

Mucho se ha dicho de nuestro continente que gira a la izquierda pero en realidad es una izquierda obligada al equilibrio económico, que reclama un Estado Fuerte, regulador, promotor y redistribuidor. Un Estado que no cumple el tradicional rol subsidiario sino un rol complementario a la actividad privada. Y esta posición más que de izquierda podemos ubicarla mejor en el centro.

Y es que hasta los gobiernos presuntamente radicales están obligados a manejar responsablemente la economía por la presión de la globalización ubicándose en posiciones de centro que combinan manejo responsable y atención a lo social dentro de la disciplina fiscal. 

¿CÓMO RENOVAR?

Renovar no significa unificar tendencias en una suma de siglas. Debe significar la capacidad de representar y atraer a un proyecto concreto ese capital disperso de militantes, colectivos, activistas, intelectuales, gentes de la cultura en torno a un objetivo específico de democracia y de justicia social posible, de lucha contra la desigualdad y la exclusión y por una sociedad más acogedora y fraterna.

Para ello hay que diferenciar entre la renovación de los dirigentes, la de los partidos y la de la izquierda. Estas tres dimensiones se confunden.

El recambio de dirigentes es un fenómeno natural que la izquierda debe impulsar. Los partidos políticos que reflejan la crisis de la socialdemocracia, se orientan hacia el centro con menos militantes activos, obligados a ser más mediáticos y más eficientes para acceder al  poder. En cuanto a la ideología, las estrategias y la cultura partidaria, se está dando un debate intelectual importante y un diálogo entre actores políticos nacionales e internacionales.

Estos partidos están ante el desafío de mantener su identidad y seguir siendo considerados de izquierda pero sin dejar de lado la atención a las exigencias de la globalización que los llevan hacia el equilibrio de un centro político caracterizado por las negociaciones dentro del marco de un liberalismo “humanizado” o social liberalismo. Y aquí está la clave de la real politik que deben asumir.


EL NUEVO PROGRESISMO

En Abril 2008 los líderes mundiales trataron de renovar el  progresismo en Inglaterra y formular una Tercera Vía diferente a la de Blair y Giddens de los años noventa. A la Cumbre de Gobiernos Progresistas asistieron más de doscientos políticos, académicos y expertos de todo el globo, incluyendo una decena de jefes de Estado y de Gobierno.

El primer ministro laborista Gordon Brown, quiso revivir la red mundial de gobierno progresista con presidentes y primeros ministros, dirigentes de organizaciones internacionales y expertos de todo el mundo. Se trató de cómo gobernar una "globalización incluyente", centrada en la lucha contra la pobreza, el calentamiento global, la reforma de las instituciones y un comercio mundial equitativo.

Participaron en la cita los presidentes de Sudáfrica, Thabo Mbeki y de Chile, Michelle Bachelet, los primeros ministros de Italia, Australia y Nueva Zelanda. También el alto representante europeo, Javier Solana. El único ex presidente fue Bill Clinton.

"LA JUSTICIA SOCIAL ES AHORA NECESARIA PARA LA EFICIENCIA ECONÓMICA"

Esta frase de Brown encierra el espíritu de un nuevo progresismo, continuador, pero a la vez distinto, que debe enfrentar nuevos dilemas en el mundo moderno.

¿Qué define esta nueva etapa? ¿Cuáles son los temas que nos preocupan?

Escribió Bachelet previamente a la cita “El nuevo progresismo es continuador de una buena historia. Los tradicionales valores del centroizquierda -la libertad, la igualdad, la solidaridad, los derechos humanos, la paz- fueron acertadamente transformados en un cuerpo de ideas y estilos políticos a mediados de los años noventa y llevados al poder con singular éxito”.

“Los progresistas podemos gobernar eficientemente en la era de la globalización, los progresistas no tenemos que rendir credenciales de buen manejo económico a nadie. Por el contrario, bajo gobiernos progresistas se generó un ciclo de prosperidad y dinamismo económico en diversos países”.

La agenda que pretendió dar respuestas globales giró en torno a:

-      un nuevo mecanismo global, en el Banco Mundial para regular el medio ambiente, crear y financiar un mercado de emisiones de carbono;
-      un nuevo papel para el FMI de alerta temprana ante las crisis financiera y supervisor de las economías del mundo;
-      Naciones Unidas y organizaciones regionales que sirvan para estabilizar países frágiles o que salen de conflictos;
-      sociedad civil global, basada en los nuevos medios de comunicación;
-      diálogo interreligioso, y,
-      nuevo pacto global entre los países ricos y los pobres para que a cambio de abrir sus economías, se beneficien de la ayuda a la educación y de las nuevas tecnologías, y
-      nuevas reglas globales basadas en valores compartidos.

¿HAY UNA NUEVA GOBERNABILIDAD PROGRESISTA O DE IZQUIERDA?

La nueva gobernabilidad es difícilmente ideológica, requiere estabilidad y clima favorable para las inversiones y la movilidad del capital. Se logra con consensos que determinen un camino adecuado hacia el bienestar. Por ello se habla también de centro progresista, sin que ello implique abarcar a todos los impulsores del adelanto científico, filosófico, tecnológico e intelectual.

¿Es lo mismo un progresista que un hombre de izquierda?

Muchos prefieren la vaguedad ideológica de definirse como “progresistas” antes que de izquierda porque la noción de progreso es más antigua que la de izquierda y no deja dudas del objetivo sin debatir la vía o el camino para el bienestar del ser humano.

El progresismo actual es de influencia gramsciana. Los trabajos de Antonio Gramsci son la base de la estructura moral de la izquierda contemporánea tras la caída del muro de Berlín. En el marxismo, tradicionalmente, convivieron aspectos diversos: una metodología, una determinada moral, una teoría científica de la política y, sobre todo, un análisis sociológico en clave económica. A menudo, estos elementos han entrado en conflicto, dando lugar a determinadas corrientes dentro del marxismo en función de la primacía que se otorga a una u otra interpretación.

El éxito de Antonio Gramsci fue resolver las aparentes contradicciones en un esfuerzo teórico de construir una filosofía que agrupe todos los elementos que el marxismo dispersó con múltiples interpretaciones.


II

RECOMPOSICIÓN PROGRAMÁTICA Y SOCIAL
DEL PROGRESISMO Y DE LA IZQUIERDA;


EL REFORMISMO PROGRESISTA, ELEMENTOS PARA UNA FILOSOFIA

1. La izquierda sigue queriendo cambiar el mundo pero a través de la reforma que significa renuncia a la revolución y afirmación de la creencia en el progreso.

2. El reformismo radical excluye toda pasividad desencantada y se anima con la pasión democrática, la vigilancia republicana y la imaginación de la modernidad.

3. No se separan los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad. Libertad sin igualdad lleva a competencias socialmente suicidas. Igualdad sin libertad lleva a la uniformidad y a la tiranía. Ausencia de solidaridad lleva a la exclusión que es aún más dramática que la explotación.

4. No se separan la preocupación de la creación de riquezas de la preocupación de su repartición. El ser humano sigue siendo el objetivo de toda creación.

5. La especulación considera el dinero como un fin y no como un medio, el capital se “financiarías”, la sociedad entera se transforma en una bolsa de valores que solo puede elegir entre un comportamiento suicida y el pillaje desembozado que produce una crisis financiera como la que vivimos.

6. La violencia ya no es progresista ni revolucionaria. El terror no es un progreso sino una regresión. No hay fatalidad progresista de la violencia, es al contrario.

RENOVAR LA POLITICA DESDE EL PROGRESISMO

-      Las ideas que antes parecieron sólidas se adaptan y modifican. Los revolucionarios de ayer son los progresistas de hoy que retoman la visión solidaria y humanista.

-      El nuevo progresismo tiene como desafíos la cohesión social y la justicia social. Sin entrar a las diferencias que separan izquierda y derecha, una concepción unificadora en torno a estos desafíos define a una izquierda en busca de modernidad y eficacia.

-      La confrontación del siglo XX deja paso a la concertación y el equilibrio. Hay rectificaciones de un lado y de otro. La caída del Muro de Berlín derrotó el autoritarismo. Las crisis económicas obligaron a repensar los dogmas neoliberales.

-      En América Latina los gobiernos deben responder a la presión de los pueblos que reclaman eficacia sin mucha paciencia. Que exigen se erradique la pobreza y la exclusión en democracia sin reeditar rupturas ni autoritarismos. 

-      Ya no hay lugar para las semi democracias o democracias de baja intensidad, tampoco para las semi dictaduras o los regímenes que hacen tabla rasa del Estado de Derecho. Pierden piso los radicalismos neoliberales que hacen caso omiso de la pobreza, el desempleo y el creciente malestar social, pierde piso asimismo la competitividad del trabajador barato y sin derechos.

-      Combatir las desigualdades sociales es consigna autodefensiva y preventiva dentro del sistema. El desempleo creciente, la exclusión de amplios sectores sociales son antinómicos de la estabilidad y de la gobernabilidad pues la conflictividad social dinamita la estabilidad. Un mínimo de bienestar social es prerrequisito para competir en el mundo globalizado.

-      La pobreza es una seria amenaza a la democracia. Lo preventivo e inteligente es atender las demandas sociales y garantizar la estabilidad. Las mesas de concertación, los diálogos y acuerdos nacionales definen políticas de Estado destinadas a generar suficiente estabilidad para alentar la inversión privada nacional e internacional.

-      La debilidad de nuestras sociedades no se asocia tanto a la carencia de recursos naturales, económicos o humanos como a la ineficiencia de las instituciones.

-      Se va poniendo fin en la práctica política al exceso de ideología y a la confrontación permanente de suma cero en la que todos pierden y nadie gana.

-      Es imperativo atender la fuerte conflictividad social, las turbulencias que generan inestabilidad e ingobernabilidad que echan por la borda los esfuerzos nacionales por el crecimiento y el desarrollo. Debemos impulsar el encuentro de la sociedad con el Estado superando la crisis de representación política y la debilidad de nuestras instituciones. Para ello se requiere organizar la cooperación y la acción colectivas, con la participación de la sociedad y con el liderazgo y conducción del Estado legitimado en su representación.

-      Los Estados nacionales siguen siendo los responsables del bienestar colectivo y de la regulación de los mercados a condición de compatibilizar intervencionismo con iniciativa privada y de combinar los valores del capitalismo y del socialismo y ubicarse en un centro político.

EL GIRO A LA IZQUIERDA Y LA LEGITIMIDAD DEL CENTRO

1. El contexto internacional de fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI se caracterizó por el rechazo a los extremismos ideológicos y políticos, desde el Consenso de Washington en adelante. A la caída del Muro de Berlín le siguió un espacio post soviético caracterizado por:

- La adecuación de los socialistas al mercado y a la democracia, con nuevos partidos.
-      La modernización china con el llamado socialismo chino de mercado.
-      La defensa del modelo social del Estado de Bienestar
-      La adecuación de la socialdemocracia a la globalización con la Tercera Vía de Tony Blair y Anthony Giddens.

Los gobiernos de izquierda o social demócratas llegaron a ser ampliamente mayoritarios, 15 en total, a fines del siglo XX. Ellos se caracterizaron por dar primacía a la política sobre la economía, por el esfuerzo por regular el capital y por impulsar dos objetivos: el crecimiento y el empleo. Con ellos resurge el concepto de Progresismo que los radicales cuestionan como nuevo Conservadurismo.

2. Las izquierdas abandonaron el enfoque de ruptura y la revolución armada y fueron hacia el equilibrio entre Estado y Mercado logrando regímenes de inspiración social demócrata cuya g
obernabilidad se construyó a partir de la concertación siendo el caso chileno un paradigma en el continente.

3. El reformismo resurge con el encuentro de dos utopías, la del Liberalismo social y la de la social democracia. Los gobiernos de izquierda o progresistas que actúan bajo doble presión, la nacional por los conflictos sociales y la internacional por las exigencias de la globalización, encuentran  en el centro la vía más adecuada para gobernar con mayores consensos.

4. Las diferentes variantes en el espectro de la izquierda se ven obligadas a un ejercicio de equilibrio económico a partir de un Estado Fuerte, regulador, promotor y redistribuidor. Que no cumple un rol subsidiario sino complementario a la actividad privada.

5. Dos modelos sudamericanos son considerados de izquierda: Los populismos liderados por Hugo Chavez y los gobiernos inspirados en la Socialdemocracia.

6. El progresismo tiene rostro integrador para América Latina.

7. Los desafíos a los gobiernos progresistas en la región:

-      Modernizar sus regímenes políticos definiendo características entre el Presidencialismo y el Parlamentarismo.
-      Enfrentar el desgaste de los políticos, la debilidad de las instituciones  y la subordinación de los militares al poder civil constituido.
-      Defender sus recursos naturales
-      Responder a la globalización
-      Concretar la integración
-      Actuar frente a los medios masivos de comunicación motivando la autorregulación y la responsabilidad activa de los medios públicos.
-      Regular el capital financiero evitando el riesgo sistémico que produce las crisis sistémicas.

8. No hay giro a la izquierda en el continente pues hasta los gobiernos populistas, presuntamente radicales, aparecen obligados a manejar responsablemente la economía por la presión de la globalización ubicándose en posiciones de centro que combinan manejo responsable y atención a lo social dentro de la disciplina fiscal.


REFORMULACION DEL  MODELO

En América Latina todos comparten el respeto a la democracia formal y al Estado de Derecho.

Hay un primer modelo de liderazgo personalizado, y otro segundo de liderazgo institucionalizado de los partidos. 

El primero responde a una movilización política permanente levantando un caudillismo sobre la destrucción de los partidos políticos. Es el de la Venezuela de  Hugo Chávez con división de la sociedad e instituciones frágiles instrumentalizadas por el poder.

Un segundo modelo representado por la Concertación chilena en cuyos cuatro gobiernos hubo participación central de los partidos, democracia e instituciones sólidas.

Ambos modelos afrontan la tensión de la sociedad con sus políticos, que no siempre se soluciona y procesa dentro de la democracia.

En simultáneo está el modelo de mercado, promovido por los organismos internacionales bajo lineamientos neoliberales rectificados. La voluntad de reducir el Estado y disminuirlo para sacralizar al mercado que supuestamente se autorregula y organiza la sociedad, sufrió un duro golpe con las crisis económicas. La crisis asiática de fines del siglo XX y la actual determinaron el retorno del protagonismo y la fuerza del Estado cuya acción complementaria al esfuerzo privado debe mejorar la regulación y supervisión del mercado.

El salvamento del sistema financiero se hizo a través de los Estados que acudieron al rescate de las instituciones colapsadas por el manejo ambicioso y la idolatría de la acumulación del capital. Los liberales de hoy aceptan que el Estado es necesario para equilibrar al mercado, que ya no es posible ni reducirlo ni debilitar su rol dirigente ni su papel activo de la sociedad, si se quiere preservar al sistema.

Con
 la crisis del 2008 aparece la urgencia de una revolución moral, de un nuevo código para el capitalismo, que elimine o disminuya el riesgo de la ambición y la codicia en el manejo financiero. El mismo Barack Obama en su juramentación aludió a la necesidad de desterrar prácticas lesivas al sistema. Joseph Stiglitz ha señalado que no saldremos de la crisis sin una revolución moral. Y son los progresistas los que asumen la bandera de un capitalismo menos individualista y más ético que permitirá proteger a los usuarios y unir justicia social con eficiencia económica.

En Latinoamérica no existen modelos predeterminados ni perfeccionados. Los regímenes actuales combinan elementos, obedecen a particularidades nacionales. Si bien es posible contrastar ventajas y logros en un enfoque comparado no aparece posible construir uno para todo el continente.

QUÉ HACER EN AMÉRICA LATINA?

- Un mayor esfuerzo de democratización política y social que lleve a la inclusión.

- La reformulación del modelo económico según la realidad de cada país, respetando la apuesta por la modernidad, la inserción autónoma en la globalización y la atención a las demandas sociales.

Es paradójico que la derecha gane las elecciones europeas tras el naufragio del neoliberalismo y que gobierne tantos países aplicando políticas socialdemócratas. A pesar que el paradigma ideológico y programático dominante esté más cercano a la socialdemocracia, la derecha está en el poder.

Paradójico, asimismo, la facilidad de algunos partidos de izquierda para asumir programas de corte neoliberal y a la inversa, gobiernos de derecha que asumen programas social demócratas o continúan las políticas de sus predecesores de izquierdas y viceversa.

Los partidos socialdemócratas que se han mantenido fieles a sus señas de identidad y que tienen una agenda específica de cambio tendrán mejores perspectivas para que la gente vuelva a confiar en ellos. Factores no ideológicos, como la globalización económica, la expansión de las multinacionales y las estrategias de los grupos de comunicación han creado una realidad sin recetas. A ello se agregan las nuevas tecnologías de la comunicación en especial la Internet que ha convertido al mundo en una aldea interdependiente en donde la opacidad tiene sus días contados y portales como Wikileaks jaquean a la gran potencia desde la interactividad y participación de los usuarios aportando a la revelación de aspectos antes considerados secretos, tanto para los gobiernos como para los sistemas económicos y financieros.

EL CAMBIO DEL MODELO CAPITALISTA FINANCIERO

El 2 de abril del 2010 se cumplió un año desde el planteamiento de refundación del sistema económico capitalista en el seno del G-20+2 (España y la Comisión Europea), en Londres. El proyecto consistía en restaurar el crédito, el crecimiento y el empleo a través del mayor estímulo fiscal y monetario, y el programa de apoyo más extenso para el sector financiero de los últimos tiempos. Y a cambio se prometía el fortalecimiento de la supervisión y regulación financieras para desincentivar la excesiva asunción de riesgos y poner fin a los paraísos fiscales.

Más mercado y menos política, sigue siendo la norma un año después. ¿La crisis ha puesto en cuestión el paradigma neoliberal? ¿Pueden los conservadores liderar un verdadero cambio de modelo económico y social? Teóricamente si. Merkel y Sarkozy lideraron el discurso en Europa en favor de limitar los bonus. El presidente francés formuló un llamamiento por una "refundación del capitalismo" al cual calificó de especulador e inmoral, que "ha pervertido la lógica del capitalismo" y  sostuvo que necesita nuevos valores morales con un Estado más fuerte..

Ya la aceptación del salvamento de los bancos indica un cambio de perspectiva respecto del Estado y el mercado. Pero será tan profundo en los valores del sistema?¿Podrá la crisis volvernos más conscientes de las necesidades de quienes viven en pobreza real en tanto los ejecutivos de Wall Street fomentan la sicopatología de la apuesta desmedida?


- NUEVO PACTO SOCIAL

A fin de construir relaciones equilibradas entre empresarios y trabajadores, fortaleciendo la sindicalización, la negociación colectiva y la productividad; educación de calidad para todos, poniendo un espacial énfasis en la oferta pública de educación gratuita y una institucionalidad estatal que permita pensar estratégicamente el país y su desarrollo productivo y de innovación.

- CORRECCIONES AL MODELO ECONÓMICO

La crisis económica y financiera que sufre el mundo es el resultado de un modelo económico liberal basado en las desregulaciones, privatizaciones, control del gasto fiscal y la reducción del tamaño del Estado y su limitado poder en el manejo y regulación de la economía.

El modelo de crecimiento no ha sido capaz de disminuir la desigualdad, y el sistema político y social tiende a la exclusión. Los actores sociales que podrían representar a las mayorías tienen pocas posibilidades de acceder a los espacios en que se debate la política pública.

- REGULAR EL PODER FINANCIERO

El capital financiero constituye una plutocracia minoritaria depredadora y especuladora que gobierna el mundo con la prepotencia del dinero y asume la democracia como una formalidad conveniente. La reciente crisis financiera ha demostrado que puede subordinar al Estado en el objetivo de salvar sus intereses en la medida que puede arrastrar la economía real mundial a un colapso que afecta a todos en especial a los más débiles. Sin embargo gobiernan las principales naciones del mundo y se manejan en universo de actividades hasta hace poco desrregulado. Hoy es el desafío de gobiernos y autoridades mundiales es regular para prevenir.

- IMPULSAR LOS CONSENSOS
Pese a los esfuerzos del Estado en el continente la distribución del ingreso es una de las más desiguales del mundo lo que lleva a una fuerte conflictividad social que desestabiliza la democracia y atenta contra el progreso.
La cultura de los consensos reemplaza la de la confrontación para construir países a partir de pactos sociales en torno a estrategias de desarrollo nacional. Las banderas se modernizan y las rupturas se reemplazan por la capacidad de negociar acuerdos que permitan incrementar las capacidades competitivas de cada país para una inserción plena en la sociedad del conocimiento
La idea es sentar las bases de una fuerte cohesión social que implica el acceso a condiciones de vida básicas igualitarias y que los miembros de la sociedad se sientan parte activa del progreso y se beneficien de este.
Implica el equilibrio entre trabajadores y empresarios y relaciones laborales más justas. Construir cooperación entre  trabajadores, empresarios y gobierno, en torno a la competitividad internacional del país.

NUEVO LENGUAJE Y NUEVOS COMPROMISOS

Compromiso con la estabilidad macroeconómica.

Apostar por el capital humano y el desarrollo de la investigación científica y tecnológica.

Pacto fiscal para una reforma tributaria sin excepciones injustificadas y potenciando impuestos directos para garantizar el financiamiento de la inversión y la política social.

Incremento de la inversión y el gasto en salud pública, educación y la reducción de las desigualdades en los primeros años de vida

Pensiones dignas para los sectores más pobres

Ayudar a los sectores medios para una jubilación digna.

Un Estado fuerte que articule los diversos agentes económicos y grupos sociales para enfrentar los desafíos de la globalización.

Apoyo del Estado al esfuerzo exportador del país poniendo a las PYMES en lugar central.

Transformar las universidades públicas en agentes activos de la investigación y la innovación.
Compartir con el sector privado el interés por potenciar el crecimiento
Regular para prevenir crisis financieras. Lograr transparencia en las transacciones financieras, mejorar la supervisión y colaborar en las normas y estándares de carácter global.
Estimulo de iniciativas de Responsabilidad Social de la Empresa
Nuevos vínculos público-privados con objetivos sociales concretos
Gobiernos locales y regionales que asumen papel relevante en la cohesión social.
Prioridad de la infraestructura nacional para mejorar la competitividad y la calidad de vida de las personas

Impulso de la integración, física y comercial en América del Sur en la perspectiva del desarrollo y la inclusión social.

Defensa y manejo racional, sustentable de la energía y los recursos naturales.

Estrategia integral para la recuperación del agua componente crucial del desarrollo.

Incremento de la capacidad alimentaria del país.

Mayor seguridad a los ciudadanos y lucha efectiva contra el delito.

Denuncia y sanción para la corrupción pública

Consolidación de las instituciones, la democracia y el estado de derecho.

Sistema de Protección Social basado en Derechos. Con ingresos básicos garantizados mediante un sistema simplificado de impuesto-transferencia, programas de infancia, subsidio familiar, pensión asistencial, pensión mínima, subsidio a la vivienda y subsidio a servicios básicos

Dimensión ética del compromiso con el planeta que permita atender los principales desafíos del cambio climático, desde la perspectiva de la equidad, en función de la responsabilidad y de los niveles de desarrollo de los países y los desafíos energéticos.

La democracia debe ser una condición para el desarrollo, como propone Amartya Sen. La democracia garantiza los derechos de propiedad y los contratos, lo que propicia estabilidad para la inversión. Sen señala que la democracia está en la base del progreso, ninguna democracia ha sufrido una gran hambruna.

El Estado peruano es chico y no genera condiciones para que desigualdad y pobreza se resuelvan. La economía subordina a la política, es decir, el sistema político peruano no logra generar mayores oportunidades para todos, mayor empleo productivo, promover la inversión en sectores intensivos en el uso de la fuerza laboral, como la agroindustria, la agricultura, la pequeña empresa. Urge la intervención estatal en la producción y en la distribución. Una vigorosa política redistributiva requiere una mayor presión tributaria y cambiar reglas fiscales y de gasto público para hacer más efectiva la redistribución.
 

VICTORIA DE DILMA ROUSSEFF EN BRASIL

El acontecimiento más reciente para el progresismo en el continente ha sido la victoria de Dilma Rousseff en las elecciones del gigante brasileño por amplia diferencia, con más de 56 millones de votos. Es la mayor victoria de una coalición de partidos dirigida por la izquierda. Brasil eligió presidente a un obrero, el tornero metalúrgico Luiz Inácio Lula da Silva y también a la primera mujer presidenta de su historia.

Lula quiso proteger su legado y pidió a su partido, el Partido de los Trabajadores, que la consagrasen candidata aunque ella no tenía inserción fuerte en la militancia petista y jamás se había presentado a elección alguna. La popularidad de Lula, superior al 80 por ciento, logró simpatías masivas en torno a Dilma pero además el PT mantuvo sus alianzas e incluso las amplió.

Dilma anunció que continuará con el control de la inflación y la estabilidad macro, pero que no recortará gastos sociales ni partidas para infraestructura. También insistió en que no dilapidará los recursos de los nuevos yacimientos petroleros descubiertos por Petrobras.

Su victoria fue también contra los grandes medios de la prensa escrita, como Folha de S. Paulo, O Estado y la revista Veja, que atacaron a Dilma tratando de imponer una agenda contraria como el aborto, el presunto autoritarismo de Lula o la eternización antidemocrática del PT.

En su discurso de la victoria, el 30 de octubre del 2010, Dilma demostró superioridad moral ante el acoso mediático. “Las críticas del periodismo libre son esenciales para señalar los errores del gobierno”, dijo. “Prefiero el ruido de la prensa libre al silencio de las dictaduras”, señaló la candidata estigmatizada por su pasado guerrillero de oposición a la dictadura en 1964.

DILMA ROUSSEFF Y EL PROGRESO DE LOS BRASILEÑOS


Rousseff se estrenó con un discurso serio con confianza en el propio mercado interno para continuar el desarrollo del país y en su lucha por la estabilidad monetaria. Aseguró que no se recortarán los gastos sociales y en infraestructuras y se mantendrán las políticas económicas del Gobierno saliente.

La primera intervención pública de Rousseff tras su victoria fue mesurada, destinada a marcar las reglas de su política.
Nos interesa para los efectos de la renovación política progresista marcar los aspectos concretos del discurso de Roussef que ratifican los aspectos tratados y la colocan en un centro político equilibrado que tiende puentes para la concertación y mantiene su opción por los humildes dentro del respeto a las reglas económicas que impone la globalización:
- La igualdad de oportunidades para hombres y mujeres es un principio esencial de la democracia.
- Valorar la democracia en toda su dimensión, desde el derecho de opinión y expresión hasta los derechos esenciales de alimentación, de empleo y de renta, de vivienda digna y de paz social.
- Amplia e irrestricta libertad de prensa.
- Amplia libertad religiosa y de culto.
- Observación criteriosa y permanente de los derechos humanos.
- Respeto por la Constitución como deber mayor de la presidencia de la República.
- Compromiso fundamental: la erradicación de la miseria y la creación de oportunidades para todos los brasileños y brasileñas.
- Llamado a la nación, a los empresarios, a las iglesias, a las entidades civiles, a las universidades, a la prensa, a los gobernadores, a losa prefectos y a todas las personas de bien.
- La erradicación de la miseria es una meta con el apoyo de todos
- Impulso del crecimiento sobre las propias políticas, propio mercado, propios ahorros y propias decisiones económicas.
- Amplia apertura de las relaciones comerciales y por el fin del proteccionismo de los países ricos, que impide a las naciones pobres realizar plenamente sus vocaciones.
- Reglas más claras y más cuidadosas para el regreso de los mercados de financiación, limitando el apalancamiento y la especulación desmedida, que aumenta la volatilidad de los capitales y de las monedas. Firmeza en los foros internacionales con este objetivo.
- Cuidado de la economía con responsabilidad. La inflación es solución irresponsable para eventuales desequilibrios. No gasto por encima de lo sostenible.
- Mejora de la calidad del gasto público, simplificación y atenuación de la tributación y cualificación de los servicios públicos.
- Rechazo de los ajustes que recaen sobre los programas sociales, los servicios esenciales a la población y las inversiones necesarias.
- Desarrollo de largo plazo, a tasas elevadas, social y ambientalmente sustentables.
- Meritocracia en el funcionariado y excelencia del servicio público.
- Perfeccionamiento de los mecanismos que liberen la capacidad emprendedora del empresariado y del pueblo.
- Valorizar al Micro Emprendedor Individual, formalizar millones de negocios individuales o familiares, ampliar los límites de Supersimples y construir modernos mecanismos de perfeccionamiento económico.
- Énfasis en las agencias reguladoras con respaldo para actuar con determinación y autonomía, para la promoción de la innovación, de la competencia saludable y de la efectividad de los sectores regulados.
- Debate público de las grandes cuestiones nacionales. Transparencia de metas, resultados y dificultades.
- Compromiso con la estabilidad de la economía y de las reglas económicas, contratos firmados y conquistas establecidas.
- Defensa de los recursos provenientes de nuestras riquezas.
- Rechazo del gasto efímero que deja para las futuras generaciones deudas y la desesperanza.
- Cualificación de la Educación y de los servicios de Salud. Mejora de la seguridad pública. Combate a las drogas.
- Visión moderna del desarrollo económico que valoriza al trabajador y a su familia, al ciudadano y a su comunidad, ofreciendo educación y salud de calidad. Que convive con el medioambiente sin agredirlo, y sin crear pasivos mayores que las conquistas del propio desarrollo.
- Compromiso con los más necesitados, niños, jóvenes, personas con deficiencia, el trabajador desempleado, el anciano.
- Gobierno donde la capacidad profesional, el liderazgo y la disposición de servir al país serán el criterio fundamental.
- Valorización de los cuadros profesionales de la administración pública, independientemente de la afiliación partidaria, sin discriminación, privilegios o compadreo.
- Respeto de las diferencias de opinión, de creencia y de orientación política.
- Reforma política que eleve los valores republicanos, avanzando en la democracia.
- Defensa del interés público en todos los niveles de mi gobierno. Los órganos de control y de fiscalización no perseguirán adversarios ni protegerán amigos.

PARA REFLEXIONAR

1. La derecha ubica al ciudadano en relación al sistema de producción. La izquierda lo coloca en su dignidad por encima de su fuerza de trabajo. La derecha pone énfasis en el crecimiento económico, la izquierda en la cohesión social con derecho a voz del ciudadano.

2. Con sentido comparativo la visión del nuevo laborismo podría resumirse en:

-la ética del  trabajo, para alentar a la gente a buscar empleo;
-la seguridad frente al riesgo;
-la complementariedad entre el Estado y la iniciativa privada e individual;
-la idea de que los derechos sociales deben  completarse con deberes individuales como no defraudar impuestos, ahorrar para  la jubilación u ocuparse de los hijos.

3. Superar los extremos es atractivo pero exige dar identidad propia y personalidad a un centro que toma de aquí y de allá, despertando críticas cuando toma demasiado de lo que trata de superar. Los nuevos laboristas tanto como los demócrata-liberales, son seducidos por el equilibrio.

4. La clase fundada históricamente sobre el lugar ocupado en el modo de producción capitalista, no es una comunidad natural, el conflicto central capital/trabajo ha desaparecido.

5. Castells considera que la realidad es el eje de las definiciones. “La izquierda sólo puede gobernar si asume sin complejos la gestión de  la globalización”

6. Para Touraine después de la integración, siguen las políticas sociales, la lucha contra la dominación del capital financiero, el aumento de los asalariados, la ayuda a la creación de actividades que con poco capital generen muchos empleos, la reducción de las desigualdades sociales y la lucha contra el fracaso escolar y universitario. Para ello el Ministro de Economía debe ser sensible a las demandas sociales y el de Asuntos sociales sensible a las exigencias económicas.

7. El común denominador de los gobiernos social demócratas es la defensa de la política frente a la economía y el rechazo a la dictadura del mercado. No es suficiente suavizar las premisas del neoliberalismo con políticas fiscales y de capital humano ligeramente mejoradas

8. El rescate de la política es progresista frente a quienes reducen todo a términos económicos. No satanizar el Estado ni los partidos políticos, por el contrario revalorizar las instituciones pues los mismos capitalistas exigen ahora controles sociales de la economía y presencia del Estado que antes quisieron disminuido y hasta desaparecido. El capitalismo salvaje con su ambición desmedida puede herir mortalmente a los que conciben el mercado como solución única. El supuesto mercado libre puede ser salvaje y autodestructivo. La regulación es el único antídoto al todo vale.

9. No siempre buenos indicadores macros implican una sociedad cohesionada. Si se quiere gobernabilidad hay que atender la desigualdad social que origina inestabilidad política. No estaban equivocados los revolucionarios latinoamericanos cuando hablaban de cambio de estructuras. Sin ese cambio será difícil dejar atrás nuestras sociedades afectadas de dualismo social y de tanta desigualdad que las torna casi ingobernables. El Banco Mundial coincidiría con esos revolucionarios pues sus tecnócratas hoy están convencidos  que no se puede desconocer las exigencias sociales. Su nueva estrategia de desarrollo incluye la lucha contra la pobreza junto a la reforma del Estado. Las políticas económicas no funcionan si las instituciones no responden. Luis de Sebastián lo pone en sí como el hardware y el software de un computador. Los mejores programas no funcionan si el aparato no tiene un procesador adecuado para realizar el programa.[1]

10. Combatir las desigualdades sociales es consigna autodefensiva no concesión a la platea. El desempleo creciente, la exclusión de amplios sectores sociales son antinómicos de la estabilidad y de la gobernabilidad. Un mínimo de bienestar social es prerrequisito para competir en el mundo globalizado.

11. Conjugar las metas sociales con la globalización y un eficiente manejo macroeconómico, poniendo al ser humano al centro de una concepción integral del desarrollo. Así el humanismo vuelve como utopía. Las cuestiones sociales deben tener el mismo peso e importancia que las económicas y financieras. Amartya Sen recupera el sentido ético de la economía y el desarrollo humano.

12. El progresismo es hoy un concepto vago al punto que hasta conservadores pueden llamarse progresistas. Y sin embargo sigue siendo un espacio de esperanza gravitante para la política y los intereses sociales. La contradicción entre la vaguedad y la esperanza encierra una discusión que podría llevar a una mejor visión de cada país y del mundo.

13. El denominador común de los regímenes progresistas en el continente, es la sensibilidad ante la desigualdad y la injusticia social a lo que se agrega la vigilancia de la soberanía nacional con pretensión de controlar la explotación de los recursos naturales, hidrocarburos como petróleo o gas. Junto a ello la aceptación de las reglas del mercado y de la globalización y la disciplina fiscal. El modelo progresista que se extiende con mayor coherencia y aceptación es el que combina racionalmente ortodoxia liberal con un compromiso diferenciado en política social.

14. Ya no se habla de programas socialistas sino de proyectos nacionales incentivados por la solidaridad y la urgencia de superar la pobreza y apuntalar el crecimiento económico. El objetivo construir países productivos, sostenidos y sostenibles con justicia social. Esta izquierda está unida no tanto por la ideología como por la preocupación por los temas sociales cuya desatención cobra altos precios en estabilidad y gobernabilidad. La estrategia apunta a un pacto productivo para un escenario de paz social y brinde mayor tranquilidad a los mercados lo que permite disminuir el riesgo país y posibilita una mayor inversión. El círculo virtuoso instalado.

15. La estrategia conservadora de gobernabilidad se basa en despolitizar los problemas sociales “descargando” de ellos al Estado. Al desmantelar los servicios públicos mediante su privatización, y su posterior transferencia al mercado, se reduce la actividad del Estado, se controla las demandas y se limita la pérdida de autoridad. Lo importante no es solucionar las demandas sino controlar la presión que originan, que ya no recae sobre el Estado sino sobre el mercado y sobre la responsabilidad  individual.

16. América Latina estuvo discutiendo sobre su giro a la izquierda. Entre quienes afirman su socialismo con fidelidad a la revolución cubana y quienes niegan esta calidad a los socialdemócratas y a los reformistas sociales. Debate ocioso pues no se está dando ninguna confrontación con el capitalismo y aunque la urgencia del cambio persiste se ha pasado de la modalidad violenta al reformismo mesurado.

17. La izquierda o el progresismo de hoy aspiran  a una democracia representativa con eficacia política. A una transformación del Estado que sintonice con las aspiraciones populares y de clases medias por una mejor calidad de vida. A políticas sociales de lucha contra la pobreza, por empleo productivo, salud, seguridad y educación. Esta es la agenda progresista seria y responsable. La ideología no es lo fundamental. No plantea el socialismo sino un capitalismo equilibrado y reglamentado. Lo central es que los países encuentren una expresión política para sus profundos problemas sociales, de ubicar sus luchas dentro de un marco institucional y democrático.

18. La actual izquierda acepta el mercado, la libre empresa, la inversión extranjera y la democracia liberal con sus principios fundamentales, el respeto a la propiedad privada y la libertad individual. Se mantiene a contracorriente  de las tendencias antidemocráticas y autoritarias, de los radicales que ante las múltiples carencias sociales dan forma al antisistema.


A MANERA DE CONCLUSIÓN


- En los últimos años una serie de victorias izquierdistas en América Latina instalaron gobiernos que vienen de izquierdas unidas por un pasado relativamente revolucionario.

- La democracia debe afirmarse para que demuestre su capacidad de resolver los endémicos problemas y demandas sociales. La política se ha desacreditado por la desigualdad y la pobreza que persisten.

- La única forma en que nuestros países podrán hacer frente al mundo globalizado y a la conflictividad interna será con el reencuentro de los Estados con sus sociedades. Los Estados deben dar confianza, legitimidad y eficacia.

- Los partidos son los intermediarios más importantes entre la sociedad y el estado. Mucho más que los movimientos sociales o los pequeños grupos que aparecen y desaparecen lo que es un riesgo para la democracia. Los partidos políticos son absolutamente necesarios para la sociedad, no hay organización que los pueda reemplazar. Los regímenes y formas de gobierno, presidencialismo y parlamentarismo, tienen en el bipartidismo el marco ideal para su mejor funcionamiento.

- Es la hora de reencontrar la confianza colectiva en el Estado como suprema institución democrática que plasma los anhelos colectivos de una sociedad que no puede ver en él un peligro, el ogro filantrópico, supuesto o real, sino la plasmación de la libertad política, de la regulación social misma que nos traiga un futuro no hipotecado ni cautivo de los malabares financieros y menos de la codicia denunciada como flagelo social que atenta contra el bienestar colectivo.

- Es la hora de la Política con mayúsculas, como acción ciudadana por el bien común. Sólo desde la democracia y el Estado de Derecho se puede enfrentar la crisis internacional y la crisis social interna. El Estado democrático y social de Derecho sigue siendo el paradigma inspirador.

- Se trata de dignificar la política y el Estado, inspirados en los ideales antaño revolucionarios, siempre vigentes de justicia, libertad y solidaridad. Para que todos los ciudadanos, libres e iguales, se sientan incluidos y nunca excluidos de la sociedad y de la nación.

- La izquierda debe recuperar parte de su identidad perdida con el pragmatismo que supuso su adaptación a la globalización liberal.

- Lograr un mejor sistema regulador y mejores estrategias de gestión de riesgos y requerimientos de capital es una tarea fundamental en el afán de dar ese contenido ético ausente del capitalismo y de los mercados financieros y esta tarea compromete a la izquierda y al nuevo progresismo.


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