sábado, 27 de junio de 2020





LA NORMALIDAD DEL DESASTRE

En Correo el 27 de Junio 2020

Pasamos los cien días y la pandemia es más peligrosa que cuando el gobierno decidió recluirnos para evitar el contagio masivo. Aunque las razones persisten se ha decretado la vuelta a la normalidad para no dañar más la economía cuyo decrecimiento del 40%, nunca antes visto, la ha colocado en cuidados intensivos. El desastre está graficado en cifras de terror que Martín Vizcarra no quiere leer porque exigen un cambio total de estrategia. Nos queda la primera página de El Comercio con 100 días que pasarán a la historia de la inoperancia y la fatalidad. La catedral con las fotos de miles de fallecidos y el balance autocomplaciente del presidente, que no reconoce errores ni omisiones. Este legado precede la nueva normalidad que regirá la salud y la economía hasta el fin de la epidemia, con días de riesgo ubicuo y permanente para todos, con un sistema sanitario con demasiados puntos débiles no contrarrestados. Pero la soberbia oficial se sostiene sin rubor. Sin propósito de enmienda de la política inepta y excluyente de este gabinete o Consejo de sabios que hace rato debió renunciar. Y solo faltaba que algunos medios pidieran que Vizcarra se quede en el poder para reconstruir el país como lo hizo Leguía post guerra del Pacífico. Porque es un provinciano predestinado que ha hecho todo por las mayorías. ¿Qué? ¿En qué país están? En el de los amigos que no critican, los de la feria de millones que no llegaron a la gente de las ollas comunes, la que pide comida en las calles y es despedida por las grandes empresas. Las dimensiones del drama claman por un cambio de ministros y de políticas. El fracaso agrava la rabia, la indignación y el dolor. Solo la unidad podría enfrentar la calamidad anunciada y la angustiante indefensión presente. Si continuamos así pagaremos caro la obsecuencia. Cada día cuenta.




¿QUÉ VIENE?

En Correo el 19 de junio 2020

Pregunta clave en esta larga incertidumbre. El mundo entero vive una dinámica de ensayo y error arriesgando la salud y la economía de millones. Sin fórmula segura toda reapertura tiene problemas amparados en el desconocimiento del virus. ¿Cuántos se enfermarán y cuántos empleos se salvarán? La prensa extranjera define al Perú como calamidad regional y la percepción general es que la cuarentena no preservó a la gente del actual desastre de salud pero sí lesionó gravemente la economía generando desempleo y hambre que crecen sin control. La reapertura económica es inminente pero viene con una emergencia sanitaria sin control que va para peor. Las críticas a las decisiones políticas y de salud del gobierno abundan especialmente al Ministro de Salud. Los números son dramáticos, a pesar del maquillaje oficial, colocan al Perú entre los países de mayor desastre regional y mundial. ¿Será posible equilibrar las necesidades sociales con las de salud? ¿Existe un plan de acción para el retorno o estamos ante simple propaganda?. Con la reapertura podríamos esperar se superen la arrogancia política, el rechazo a las críticas y propuestas de los que saben y en especial que el coro mediático no continúe con la lamentable desinformación que oculta la dimensión de la tragedia. Ni meseta ni consejo de sabios nos alumbran, números terroríficos determinan el clamor por cambios urgentes en la conducción política, económica y de salud. Jaime de Althaus y Juan de la Puente, convocados a un debate virtual por los egresados del Instituto de Gobierno de la USMP, respondieron a esta pregunta con gran solvencia académica. Coincidimos con ellos en activar los consensos ahora inexistentes, superar la confrontación para la confluencia de esfuerzos, un gobierno de unidad nacional, cambio de gabinete por expertos que nos ayuden en esta catástrofe al tiempo que nos preserven del riesgo de autoritarismo y del populismo que amenazan. El que pueda escuchar que escuche.  


¿QUÉ PASÓ EN EL PERU?
En Correo el 6 de Junio 2020

Perú es el octavo país con más infectados en el mundo. Antes elogiado como el primero en la región en tomar medidas y disponer la ayuda social hoy es el más criticado por su manejo y los inocultables malos resultados. Martín Vizcarra se refugia en el subregistro que es simple maquillaje estadístico. Expertos reunidos por egresados del Instituto de Gobierno de la USMP analizaron este martes la realidad y las respuestas. Y llegaron a conclusiones evidentes. La informalidad no se atendió adecuadamente y hoy está fuera de control poniendo en peligro a miles de peruanos ante el dilema salud o hambre. Mientras pugnan por trabajar el gobierno desatiende sus urgencias y los reprime cuando debería organizarlos para su subsistencia habida cuenta que los bonos no les han llegado, un misterio que pronto se convertirá en investigación por corrupción.

¿Qué pasó? Un error descomunal y fatídico fue la decisión de comprar pruebas rápidas que dan resultados inciertos en lugar de pruebas moleculares que son seguras. Aplicar moleculares a todos los peruanos hubiera sido caro pero con buen resultado como se hizo en otros países. Aquí se ha gastado mucho y las cifras son terribles. Las moleculares hubieran evitado los falsos negativos que han continuado contagiando hasta llevarnos a la presente situación inmanejable.

La falsedad está al descubierto. No hay meseta, lo que hay es un genocidio del pueblo sin dinero para atenderse, el que muere diariamente por centenas en los hospitales públicos o en sus hogares y sin atención. Ya estamos en el puesto 14 de muertos en el mundo y el gobierno no rectifica, no escucha a los expertos ni acepta críticas. Dice que somos el país que hace más pruebas pero las cifras están ahí y miden su arrogancia. Mientras afirman que todo está bien pronto tendremos más de 20 mil muertos. ¿Quién responderá por ellos?

sábado, 6 de junio de 2020




LA CONECTIVIDAD DIGITAL 
NO ES UN LUJO

En Correo el 06 de Junio 2020

Miles de compatriotas están muriendo y otros tantos lloran sus pérdidas, la ansiada meseta anunciada hace dos semanas no llega. No hay educación presencial, escuelas y universidades apuestan por clases virtuales. En pleno confinamiento la única  socialización es por internet vía Whatsup o Skype y los debates académicos, sociales y políticos se refugian en las videoconferencias y zooms como espacios rescatados al monólogo gubernamental y mediático. 

Estamos unidos digitalmente para comunicarnos y ejercer nuestro derecho a la información. Pero la conectividad no existe para millones de peruanos en la capital y por supuesto en los lejanos pueblos, sin acceso a Internet. Éste no es un lujo, es un derecho humano, que sin supervisión ni censura debería ser proporcionado gratuitamente para los que no pueden pagarlo, convertirlo en servicio público. 

Martín Vizcarra ofrece tablets y Kits tecnológicos para la educación digital de los más pobres pero la reguladora OSIPTEL anuncia el corte por falta de pago del servicio telefónico que incluye a Internet. Contradicción que linda con la esquizofrenia dado que las deudas responden a la aguda crisis económica y el Estado gasta sus ahorros distribuyendo millones en ayuda social. Y ese mismo gobierno desarticula al país impidiendo la comunicación, debilitando la estrategia fundamental en la guerra sanitaria como en la económica. 

Sin internet no se hace nada. Es un derecho social, sin ella eres un marginal aislado de los esfuerzos colectivos. OSIPTEL permitirá los cortes en perjuicio de la sociedad mientras que las grandes empresas telefónicas tienen trato especial y privilegios tributarios. Para la ONU cortar el acceso a Internet es una violación de los derechos humanos. La red es esencial para la vida y en especial para la educación y la economía. Lo dijo Barak Obama en 2015 “la banda ancha no es un lujo, es una necesidad”. ¿Qué parte de esto no entiende Vizcarra?


https://diariocorreo.pe/opinion/la-realidad-no-da-confianza-noticia/

LA REALIDAD 

NO DA CONFIANZA

En Correo el 29 de mayo 2020

El Congreso aprobó la investidura al gabinete Zevallos pese a  que su presidente, Manuel Merino, consideró que la respuesta de las autoridades del Gobierno ante el COVID-19 “no es la que los peruanos esperábamos”. Decepcionante confianza y una oportunidad perdida para un cambio radical de las políticas que han fracasado con inmenso costo de vidas y números de contagiados que asustan a todos.

No sólo se teme a la muerte por contagio masivo también al desborde social por hambre y desempleo cuyas cifras van creciendo sin control. Los parlamentarios se prodigaron en protestas y reclamos pero no se produjo la llamada de atención y menos la exigencia de rectificaciones urgentes, para que esas autoridades a las que se refiere Merino sean reemplazadas por expertos que detengan el genocidio que a ojos vista afecta los pobres que se refugian en la informalidad, en el trabajo en las calles con hogares pobres y hacinamiento familiar. El gobierno en lugar de golpearlos cruelmente debe preocuparse por facilitar espacios para ese trabajo que alimenta a millones que no reciben ayuda.

Dar confianza a quienes han fracasado en defender la vida traerá consecuencias sociales y políticas por el contraste exasperante entre el discurso oficial y la realidad que pocos medios exponen solitariamente. El sistema de salud fue abandonado con la excepción del segundo gobierno aprista que construyó los hospitales que hoy nos sirven. La fragilidad sanitaria fue agudizada por la decisión de comprar pruebas rápidas, ineficientes e imprecisas, y no moleculares que nos hubieran dado mayores luces para enfrentar el virus. 

La sesión de control político estuvo llena de cuestionamientos a los resultados, a las cifras oficiales, a la represión que golpea a quienes salen a trabajar por hambre, a la corrupción en compras y distribución de bonos, etc.etc  Pero se habló demasiado para dar con 89 votos una confianza que la realidad no da.