sábado, 7 de mayo de 2016



LA REIVINDICACIÓN 
DE JAVIER DIEZ CANSECO

Publicado en Político. pe el 06 04 16

Pasaron tres años de la muerte física de Javier Diez Canseco, respetado político de la izquierda peruana, pero todavía no se ha producido la reivindicación de su nombre vía el acatamiento de la resolución judicial que declaró nulo el Informe Final de la Comisión de Ética que lo suspendió bajo el falso cargo de haber propuesto un proyecto de ley para favorecerse.

La Comisión de Constitución del Congreso, en respuesta a un pedido del Consejo Directivo ha recomendado reparar la injusticia que a todas luces afectó su vida y que a pesar de sus esfuerzos y pedidos solo llegará post mortem.

El episodio de su malhadada suspensión dejó en claro los escasos escrúpulos de la bancada oficialista que tomó venganza de la crítica ética que levantó Javier Diez Canseco junto a otros valientes legisladores por el abandono de Ollanta Humala de sus promesas electorales. También vieron la oportunidad de venganza aquellos que se sintieron afectados por la energía y la consecuencia con que el legislador denunció la corrupción y la violación de los DDHH durante el fujimorismo y activó junto a los dirigentes de los partidos democráticos la oposición contra la autocracia fujimontesinista que depredó el país.


Dada la gran mayoría naranja en el congreso que viene es evidente que ese desagravio ya postergado nunca llegará a pesar de su justicia y de su urgencia ética. Por eso corresponde al Congreso que está por terminar culminar esa tarea que no es ideológica ni política. Si el poder que elabora las leyes de la república debe honrar la verdad debe entonces reparar el daño infligido a Javier Diez Canseco y a su familia. 

Le toca publicar las sentencias judiciales que anularon una mal tomada decisión y difundir el informe de la Comisión de Constitución que obliga a proceder formal y oficialmente a su desagravio. Esperamos que Luis Iberico con su proverbial corrección impulse este acto de justicia que daría una instrucción moral de rectificación y el mensaje de que el Congreso sabe cumplir, más allá de intereses subalternos, el mandato del Poder Judicial y lo que la verdad exige. No todo puede estar mal en el Congreso y la ejecutoria de la Comisión de Constitución lo testimonia. 

Los valores son los valores y la consecuencia, sin ideologías de por medio, enaltece personal o institucionalmente a quien se reviste de ella. 

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