domingo, 14 de agosto de 2016




TODOS 


CON VENEZUELA


En Político.pe el sábado 13 de agosto 2016

Venezuela, una república petrolera antes rica y hoy quebrada ha entrado en crisis terminal con inmensas colas para comprar hasta lo elemental. Un verdadero desastre con aristas humanitarias que todo el pueblo latinoamericano debe repudiar para luchar conjuntamente por el retorno de la democracia. Aunque el gobierno de Nicolás Maduro tenga legitimidad de origen en elecciones populares su legitimidad de ejercicio es inexistente por los abusos reiterados y la ostensible incapacidad de gestión. A lo que se agrega la sistemática violación de los derechos y libertades fundamentales, el irrespeto al derecho a la vida cuando el porcentaje de pobres ha aumentado y la gente muere por falta de alimentos y de medicinas.

El retroceso político y social gestado por el régimen bolivariano de Nicolás Maduro es descomunal al punto que ya hay gente desesperada que sale a países vecinos para buscar desde trabajo y oportunidades hasta condiciones mínimas para vivir con dignidad.

Maduro pretende que está realizando una revolución bolivariana pero lo que ha conseguido es una involución social, política y económica que puede terminar en cualquier momento en un estallido de rebeldía y rechazo con repercusiones regionales, como bien lo señaló Henrique Capriles de visita nuevamente en nuestro país.

Aquí ya no se trata de ideología sino de indignación que motiva la solidaridad con el pueblo venezolano sufriente. Aquí no hay antiimperialismo que valga o justifique la ineptitud de un gobierno que a ojos vista tiene serios problemas de ineficiencia y corrupción.

La oposición venezolana quiere darle la palabra al pueblo a través de un procedimiento revocatorio constitucional pero el gobierno dilata la consulta ciudadana porque teme la derrota. Confiar en el diálogo con un gobernante que avasalla a la prensa, manipula e impide la acción política libre, que mantiene líderes opositores en la cárcel es una ingenuidad.

El gobierno de Ollanta Humala fue insensible con la situación venezolana, tal vez por sus conocidas conexiones con Hugo Chávez, pero PPK, nuestro actual presidente, se pronunció positivamente desde su campaña por defender la democracia en Venezuela y coherentemente recibió a Capriles y defendió la revocatoria como instrumento constitucional.

El Legislativo ha hecho lo propio al aprobar por 103 votos la moción multipartidaria que, con la excepción del Frente Amplio, expresa la solidaridad y preocupación por la crisis política en Venezuela. Lamentable que los legisladores en contra y los que se abstuvieron pusieran por delante aspectos ideológicos plasmados en otra moción que no convenció y no fue admitida a debate.

La dictadura venezolana ha llegado a límites inadmisibles. La comunidad internacional, en especial la regional, debe apoyar la consulta ciudadana para evitar que Maduro dilate los plazos e impida su concreción a tiempo. No son asuntos internos, a todos interesa el retorno a la democracia en el país de la bandera tricolor y de los llanos festivos. 

La continuidad de Nicolás Maduro es una amenaza.



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