ATENDER
LAS
URGENCIAS LOS UNIRÁ
Publicado en Político,pe el 09 06 16
Terminó la espera y se
confirmó que por pequeña diferencia PPK consiguió la presidencia del Perú.
Décimas de punto forjaron un panorama complicado pues dividen al país en dos
mitades casi iguales pero no complementarias sino opuestas. Sobre todo porque
siendo nuestro sistema político presidencialista el Ejecutivo es el poder que
personifica a la nación aunque el Congreso congregue a los representantes
elegidos está vez con mayoría casi calificada de lo que será la oposición
fujimorista.
Desde el primer momento
dijimos que esta definición sería moral y así ha sido en especial por el impulso
de los jóvenes que con peso electoral específico dieron la victoria al
candidato que consideraban limpio y sin vinculaciones con el narcotráfico. La
trayectoria de los noventa pesó en un país que no quiere repetir lo sucedido en
corrupción y violaciones de derechos humanos. La lección más allá de los
errores puntuales, destacados por muchos analistas, es que debe haber memoria pero
no odio y que las campañas electorales deben dejarnos autoridades que funcionen
sin inmadureces que nublen su desempeño. El antifujimorismo existe y sigue
siendo ganador pero en el gobierno es otro tema. No alcanzó por ejemplo para
dar coherencia a la gestión de Ollanta Humala, el más mediocre gobernante del
siglo, junto a su cogobernante esposa.
Por ello ahora comienza lo más
difícil para PPK, y su equipo lo sabe, conseguir unir a un país dividido, dar
cohesión a su gobierno con base en los aspectos comunes de los programas de
gobierno, que los hay y muchos, y sobre todo bajar la animadversión de quienes
sienten que por diferencia mínima pierden por segunda vez la presidencia de la
nación.
Pero el camino que se abre
para PPK y para KF es largo y amplio, cinco años pueden pasar rápido o lento si
las habilidades para hacer política no se exhiben y no se reflejan en logros
que la sociedad peruana reclama y pueda reconocer más allá de las diferencias.
Ambos presiden dos fuerzas políticas que son ganadoras y perdedoras al mismo
tiempo. Una tiene el Ejecutivo en un país presidencialista y otra tiene el
Congreso con mayoría casi calificada. Una será gobierno y la otra oposición
pero ninguna de ellas puede ir en contra de los intereses del país que dividido
por mitades les ha dado su voto y su confianza.
Lo único que no pueden hacer
es decepcionar porque la sociedad entera, sin divisiones, demandará y exigirá
logros y cumplimiento de promesas. Para eso existe el rendimiento de cuentas
que abarca ambos poderes. Por tanto los problemas del país unen en las
urgencias, las exigencias sociales no tienen color político. Y la defección
tiene un costo.
El Acuerdo Nacional, bastante
olvidado en los últimos tiempos surgió para lograr la unidad de las propuestas
y de las acciones. No es una instancia de poder pero si un valioso documento que
contiene las políticas de Estado que unen a todos los peruanos. Es el momento
de retomarlo dadas las urgencias por atender, esas que los agravios cubrieron
temporalmente y que ahora los políticos deberán asumir con responsabilidad
política y social.
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