PRIMERO LA SALUD
En Correo el 13 de Marzo 2020
Ningún peruano podría recordar una situación como la que
vivimos. Sin salir de casa, encerrados y recibiendo información de terror sobre
una amenaza que puede concretarse en muerte. Enfrentamos un enemigo desconocido
con un Estado deficitario obligado a mover recursos extremos para salvar vidas.
Algunos ven en las respuestas acertadas grandes oportunidades de aprendizaje: un
Estado que resurge, una autoridad que se ejerce, la obediencia temerosa, el carenciado
sistema de salud que funciona gracias a la abnegación y a la entrega de médicos
y profesionales de la salud, siempre mal pagados y en riesgo pero con la mística al tope. Verdaderos héroes del
juramento hipocrático. Un Presidente que se pone al
nivel de los gobernantes del mundo y de la región para hacer responder al Estado
peruano a pesar de su desconexión con las mayorías en territorios lejanos a la
capital. Esta traumática experiencia debería
convencer al gobierno y a los peruanos que la prioridad es y será siempre la
salud. Con esta misma lógica atender a la población que no tiene agua, dar a la
salud pública un mayor presupuesto y no el miserable 2.2% que es mínimo en la
región. Debemos procesar estas lecciones escritas en sangre para ser recordadas
en el futuro inmediato. Toca defender el derecho a la vida para no ser un
estado fallido.
Termina la primera etapa del aislamiento
y la plaga avanza inexorable sin aplanar la curva de infectados. Millones de
peruanos reclaman acción y dinero gubernamental. Vizcarra enfrenta como puede la
informalidad, la indisciplina y la poca solidaridad pero las repercusiones
económicas, comerciales y financieras ya están aquí. Esta prueba de fuego y de
supervivencia también pone en jaque al Congreso que sin tiempo y en cuarentena,
debe tener presencia, fiscalizar al Ejecutivo, exigir agua para los que no la
tienen y el presupuesto indispensable para que esto no sea una masacre.
EL VALOR
DE LA INFORMACIÓN
En Correo el 21 de Marzo 2020
No se aplana
la curva de infectados y el confinamiento ha sido prolongado por 2 semanas más.
La información llega de todos lados especialmente de las redes sociales y puede
ser aterradora con el enorme riesgo de que sea falsa. Nadie quiere páginas
plagadas de trolls que atacan y difunden mensajes dudosos o de propaganda
política. La información tiene gran valor en este momento de sacrificio y
también para extraer lecciones que inspiren las futuras políticas públicas a ser implementadas
o exigidas. Este valor está ligado a la correcta observación de lo que estamos
viviendo. Cuando corremos peligro de vida o muerte replanteamos el sentido de
lo importante y lo prioritario. Tenemos derecho a la noticia seria y certera.
Felizmente la
audiencia de los medios tradicionales crece en detrimento de las redes sociales
más vulnerables a los múltiples intereses políticos y económicos. Importante
que nuestro sistema mediático se abra a las opiniones diferentes y hasta discrepantes
con las decisiones del Ejecutivo que no debería estar solo ante esta inmensa
responsabilidad política y social.
Nadie puede
considerar enemigo o adversario a quien está en desacuerdo con alguna medida del
gobierno. La duda o la discrepancia importan. Por eso es esencial el control
fiscalizador del Legislativo. Muy bien su pleno selectivo de 70 congresistas
para responder a las expectativas de ser el contrapeso político en momentos en
que millones de peruanos reclaman acción y dinero gubernamental. Vizcarra enfrenta
como puede la informalidad, la indisciplina y la poca solidaridad pero las repercusiones
económicas, comerciales y financieras ya están aquí. Es una prueba de supervivencia
que pone en jaque al Estado y en especial al Congreso que sin tiempo y en
cuarentena, debe tener presencia, fiscalizar al Ejecutivo, exigir agua para los
que no la tienen y el presupuesto indispensable para que esto no sea una
masacre para los más pobres.
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