PRECAUCIÓN NO PARÁLISIS
En Correo el 13 de Marzo 2020
Se extiende el
temor al virus, más aún si conocemos las severas falencias de la salud pública
con hospitales desabastecidos y sin los equipos indispensables. Martín Vizcarra
reconoció que es un virus importado pero no dijo que no hubiera entrado por un
aeropuerto desguarnecido si hubieran tenido el reflejo básico del control
sanitario obligatorio a tiempo. El virus se está reproduciendo a velocidad
alarmante en una crisis aumentada por la globalización. Nadie está a salvo. En
los países europeos más desarrollados los números de los fallecidos crecen, en
especial en Italia, España y Francia con cifras insólitas a pesar de sus sólidos sistemas de salud pública.
La población está nerviosa y en alerta, el
desabastecimiento y la especulación posible ya están aquí. Debemos cuidar la
estabilidad económica y alertar del bloqueo que nos amenaza. Se nos pide
quedarnos en casa, salir menos, días o semanas o aceptar las cuarentenas. Los supermercados
han sido los primeros espacios vulnerables al punto de vaciar estantes y acabar
con productos esenciales como el alcohol en gel. ¿Cuánto tiempo durará esta
paranoia que coincide con la instalación del nuevo Congreso que motiva mayores
expectativas ante la inercia y el populismo del Ejecutivo?
La crisis está empezando y puede
ser larga y dañina en la salud y en la economía. Estamos en terreno desconocido
y andamos a tientas. Necesitamos expertos para prevenir los desastres en la salud
y en la economía. Se necesita frenar el virus con la responsabilidad individual
de los ciudadanos y con la de los medios de comunicación ante el desafío de
proteger la vida, en especial la de padres y abuelos, sin dejar de atender el trabajo
y las tareas cotidianas. Más aún con la desinformación que prolifera en
Internet. El miedo no debe ni puede
paralizarnos, si la productividad y el orden financiero se afectan estaremos en
un país convulsionado.
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