sábado, 18 de abril de 2020




TENEMOS DERECHO A SABER

En Correo el 18 de abril 2020

Esta crisis de salud muestra la importancia de la información y de la verdad para la credibilidad en el gobierno para proteger el derecho a la vida. Si queremos reducir riesgos e incertidumbres debemos tener la data que refleje la realidad sobre la evolución de la pandemia. No sabemos cuándo se aplanará la curva ni si hay muertos no conocidos. El fantasma del drama de países poderosos con sistemas de salud más sólidos nos asalta. Demasiados rumores mellan la confianza, teorías conspirativas, desinformación y propaganda socavan con razón o sin ella la labor de los funcionarios de salud de maneras que podrían alargar la pandemia o deformar la realidad maquillando cifras de infectados o muertos. 

Podríamos estar al borde del pánico lleno de temores o de la prescindencia en la creencia de que todo va muy bien y pronto retornaremos a la normalidad. Ambos extremos son muy graves. Para cuidarnos necesitamos la transparencia motivadora y no la oscuridad paralizante. 

Muchas falsedades son promovidas por gobiernos que buscan ocultar sus fracasos o un beneficio político. Y las dudas están ahí más aún con conferencias presidenciales que no admiten repreguntas. El desacato lleva a imponer multas a gente sin recursos que sale a las calles a vender lo que sea ante el dilema virus o hambre. Y poco les importa el distanciamiento social, quedarse en casa o usar mascarillas para contener un virus que viene cobrando vidas de cientos de miles. 

El coro informativo desconcierta al punto que la Organización Mundial de la Salud advierte de una “infodemia” con fuerte contaminación desde las redes sociales o de los medios controlados o subvencionados. La supresión o el maquillaje de cifras y estadísticas son más peligrosos que la verdad que empodera al ciudadano y motiva su responsabilidad. Ni mordaza a funcionarios que disienten ni persecución a críticos y descontentos. Tenemos derecho a saber.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario