LA BURBUJA
CONGRESAL
En diario Exitosa el domingo 24 de Marzo 2019
Tiempo de reformas y no de
figuretismos. Falta mucho por hacer en reformas políticas y sociales que den
viabilidad a nuestro país y lo alejen del fantasma del estado fallido. La
anemia, entre otros graves problemas, es una espada de Damocles que nuestros
representantes desdeñan como fundamental mientras se pierden en una
interpelación a un Ministro sin investidura. Y a pesar de estar legalmente
impedidos intervienen en un proceso en marcha, el de un acuerdo de colaboración
eficaz entre una megaempresa corruptora y el Estado, para obtener información
sobre cuatro casos de corrupción, los únicos en que ha admitido participación y
culpabilidad.
El absurdo y el afán de figurar
terminan de desprestigiar a un Congreso plagado de escándalos internos cuyos
miembros, con notables excepciones, a través de histriónicos discursos hablan a
nombre del país para no decir mucho y aburrir a la ciudadanía. Están dentro de
una burbuja tóxica y no se dan cuenta. Entre ellos se alientan y se escuchan a espaldas
de la gente.
Es patético cuando no
dramático. El ciudadano de a pie sabe que los congresistas están hablando y sin
respeto ni interés cambia de canal. Y si se queda por unos minutos ve un
hemiciclo semivacío que implica que ni ellos se oyen ni atienden a un Ministro
de Estado, juramentado pero no investido, empeñado en aclarar el sentido de un
acuerdo inminente que en las siguientes horas será homologado por el Poder
Judicial.
La cereza de la torta es la
absurda denuncia penal presentada por la congresista Yeni Vilcatoma que pide
prisión en el Perú para algunos directivos de la empresa corruptora -entre
ellos Marcelo Odebrecht- que ya purgan
pena en Brasil. Complementada por la impolítica declaración de la
vicepresidenta congresista Mercedes Araoz que descontenta con su remuneración
congelada pide su sinceramiento o su incremento de acuerdo al costo de vida. Y
lo hace con el telón de fondo del escándalo por cobros indebidos de los bonos
de representación.
Las mayorías, incluso las que
siguieron a Martín Vizcarra en su orientación en el referéndum de diciembre
pasado, ahora exigen un gobierno eficaz y eficiente. Al ingresar a su segundo
año el presidente -con un nuevo gabinete en busca de la confianza congresal-
requiere sostener el apoyo de la ciudadanía para lo cual debe demostrar su
capacidad de gestión y solución de los graves problemas del país, más allá de
la proclama monotemática de la lucha contra la corrupción.
Bienvenida la reforma política
propuesta por la comisión Tuesta que aborda aspectos electorales necesarios
para mejorar la representación. Dentro de ella la bicameralidad es esencial. Y
aunque los actuales congresistas no serán reelegidos están a tiempo para salir
de su burbuja y defender la imagen y función del Congreso poniéndose de acuerdo
entre ellos y con el Ejecutivo sobre una agenda común para avanzar como país,
antes del Bicentenario. Seguiremos.