lunes, 4 de marzo de 2019


EL DESCONCIERTO 
DE VIZCARRA

En Correo el 02 de Marzo 2019

La corrupción está en su momento más crítico, la población la considera el problema nacional más grave y el desembalse de revelaciones desde Brasil amenaza lo más importante de la clase política. Lo contradictorio es que Martín Vizcarra -auto designado líder anticorrupción- afronta una tendencia a la baja en las encuestas y en las calles que responde a un estado de ánimo de desconfianza y de indignación ante cierta parálisis gubernamental que el presidente debería poder revertir.

Martín Vizcarra logró avasallar al Legislativo y al fujimorismo, impuso un referéndum que ganó y eliminó la tradicional reelección parlamentaria. Pronto cumplirá su primer año de gobierno bastante lejos de la luna de miel pero también debería estarlo de los discursos casi monotemáticos con los que quiere convencer que la corrupción lo quiere sacar de la presidencia.

Pero el tema no va por ahí. Dados los cuestionamientos que lo complican se le exigen respuestas políticas racionales pero su reacción ha sido un viaje protocolar a Europa en un momento muy complicado por la emergencia con una comitiva poco relevante, sin tender puentes con el Legislativo cuando más los necesita.

En el tiempo de los huaicos políticos -vinculados a los físicos- destaca la inacción en la reconstrucción del norte a lo que se agrega urgencias como la salud pública con la gravedad de la anemia, la inseguridad ciudadana, la violencia contra la mujer y sobre todo el estancamiento de la economía con un bajo crecimiento. Vizcarra escucha a quienes quiere escuchar pero no a las calles que lo encumbraron y han sido su único puntal. Y ahora exigen acciones concretas que no llegan. El resultado es la sensación de desprotección y de gobierno débil o peor aún ineficiente o poco ético. Tiempo de replantear estrategias y de gobernar con una agenda precisa. Y de convocar a quiénes saben qué hacer en momentos críticos.


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